La lengua española es una de las más ricas y habladas en el mundo. Esta enorme tarea ha podido permanecer eternamente gracias a la palabra escrita en los libros, que puede ser leída, interpretada, mejorada y transmitida. Libros que permanecen en la Biblioteca Nacional de España, donde se conserva la cultura española
Desde hace 300 años, la RAE y la Biblioteca Nacional de España (BNE) trabajan conjuntamente, convencidas de que la educación y la cultura convierten a las personas en seres más libres, y a las sociedades en mejores, afirmó hoy la directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos Aramburo, durante la presentación de la exposición La lengua y la palabra. Y como dice el lema de nuestra publicación digital, patrimonioactual.com: “sólo la cultura da libertad”.
Trescientos años de la Real Academia Española, que estará abierta al público desde el viernes 27 de septiembre hasta el 26 de enero de 2014 en la Sala Recoletos de la BNE.
Seguidamente, Teresa Lizaranzu, presidenta de Acción Cultural Española (AC/E), manifestó que “no podíamos dejar de estar presentes en esta esencial conmemoración del Tricentenario de la RAE, una de nuestras instituciones señeras, al igual que lo es la Biblioteca Nacional de España… “
José Manuel Blecua, director de la RAE, calificó de “momento emocionante el de hoy, porque con él comienzan las actividades de nuestro tercer centenario, que acabarán con la presentación en otoño del año que viene de la nueva edición del diccionario. En esta exposición se podrá ver lo que es la relación entre la historia interna y la externa, contemplar la lengua y la palabra, y la lengua y la no palabra, desde las pizarras visigóticas al catecismo descrito por signos de Fray Pedro de Galda, que es, nada menos, el autor de la primera cartilla para enseñar a leer a los niños en la Nueva España, una de las maravillas mayores que existen…”
La académica Carmen Iglesias, comisaria de la exposición, explicó que “esta muestra tiene una estructura cronológica dividida en siete grandes bloques. Tenemos en ella varios goyas de primera categoría, sorollas, zuloagas, cuadros que han sido poco vistos y que son piezas artísticas de primera. También joyas bibliográficas de todo tipo y objetos de un gran valor sentimental. Rendimos también un homenaje muy especial a América….”
El otro comisario, José Manuel Sánchez Ron, se refirió a la exposición como “el reflejo de trescientos años de la historia de España, un viaje a través del tiempo. Se entra por el cuarto milenio antes de Cristo con tablillas cuneiformes y se sale por el futuro. Nos sentimos parte de un legado, de un pasado, pero también de un presente y un futuro”.
Finalmente, Darío Villanueva, secretario de la RAE, dijo que “con esta exposición nos quitamos una espina, porque en nuestro primer centenario, en el 1813, España estaba invadida por Francia y los académicos divididos, y cien años más tarde, en el segundo aniversario, la Academia solamente hizo una sesión privada en la que nuestro director, Antonio Maura, justificó que no se hacía ninguna conmemoración porque Europa estaba en guerra. Así pues, hoy, como las circunstancias son difíciles, la Academia ha querido programar un Tricentenario austero, pero sin dejar de exponer lo que ha sido nuestra trayectoria con una serie de actos como esta exposición”.
La exposición La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española, descubre, a través de más de tres centenares de piezas procedentes de los fondos bibliográficos de la RAE, y a partir de una selección de obras artísticas de diverso género, el ayer y el hoy de la institución, haciendo un recorrido por su historia y las figuras ilustres que la han integrado. Además, ofrece una visión sobre su presente y su futuro, así como sobre la capacidad para adaptarse a la sociedad actual e incorporar la tecnología y la innovación a sus recursos.
La muestra está dividida en siete apartados relacionados entre sí, y ofrece un viaje imaginario a una época y a una situación concreta de la historia de la lengua, de la propia Academia y de los avatares personales de algunos de los académicos más notables en cada momento
El lenguaje como magia y ciencia
El primer bloque, La lengua y el habla: del sonido a la voz y la letra, se adentra en la doble condición del lenguaje como magia y como ciencia en la historia humana. Conduce desde el carácter demiúrgico que todas las civilizaciones han otorgado al lenguaje articulado, y posteriormente a la escritura, así como a la diferencia entre lenguaje y lengua, hasta el alcance científico que adquiere en la actualidad el sistema lingüístico y las relaciones entre la lengua y el habla
El segundo apartado, La creación de la Real Academia Española y la Ilustración, plasma el contexto ilustrado en el que fue posible que surgiera una institución como la Real Academia Española, sus precedentes, sus influencias, sus resultados, su mantenimiento y la ejecución del primer Diccionario, gracias a la asignación de recursos procedentes de la Renta de Tabaco que decretó Felipe V en 1723.
El tercer bloque, Guerra y revolución: 1808-1812. España en el siglo XIX, cuenta la compleja y dura transición del Antiguo Régimen a un sistema liberal-constitucional.
Los distintos episodios y las diferentes etapas en las que, incluso con características peculiares como son los pronunciamientos militares en la alternancia de los partidos políticos, se consigue una relativa estabilidad constitucional que permite una modernización económica visible ya desde mediados de siglo y especialmente a partir de la Restauración.
Los malos momentos
Especialmente, en lo que concierne a la Real Academia Española y a los académicos, los peores momentos para la institución y sus miembros se vivieron en el primer cuarto de siglo, en la ruptura que supuso la invasión francesa y en una larga guerra contra el invasor, una guerra «gloriosa y fatal» —la más larga de las napoleónicas europeas— y en la vuelta del absolutismo de Fernando VII.
Pero en ese primer cuarto del siglo XIX otro gran hecho histórico tuvo lugar: la desintegración de los virreinatos de la monarquía hispánica en los reinos de Indias y el surgimiento e independencias de las repúblicas americanas. Ambos procesos están vinculados a los sucesos peninsulares de 1808, 1812 y 1814: la invasión francesa, la guerra en España por la independencia, el vacío de poder, la constitución de Cádiz, en la que participaron activamente representantes españoles de América (el conocido artículo primero de la Constitución comenzaba con la solemne declaración de «La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios»), pero de 1810 a 1824 la ruptura política es definitiva, y, precisamente, en estos años del bicentenario de las independencias abundan las investigaciones y estudios sobre estos procesos. Aquí se quiere mostrar el hecho casi milagroso de la no ruptura de la lengua española, gracias a la voluntad, decisión e inteligencia de algunos próceres americanos en aquellas jóvenes repúblicas independientes y al buen hacer a ambos lados del Atlántico de personas e instituciones que mantuvieron la lengua común, la lengua que nos une. A este hecho histórico hace referencia el bloque IV: España y América. La lengua que nos une. Y no sólo es el mantenimiento de la unidad de la lengua, sino por la difusión de la misma.
La mujer llama
Otras cuestiones y otros acontecimientos fueron importantes para la historia de la Academia en el filo entre el siglo XIX y el XX. Destacan, en la V sección, Entre siglos, dos puntos fundamentales: Las mujeres llaman a la Academia y La sede de la Academia, como asiento definitivo de la institución y de sus miembros. Y se dedica un espacio singularizado en la muestra para contar la historia de unas mujeres que, con la excepción del caso de María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda en el siglo XVIII, primera mujer académica en la institución en la categoría de honoraria, llamaron inútilmente a la puerta de la Academia desde mediados del siglo XIX hasta más allá de mediados del XX.
El bloque VI, Un agitado siglo XX. La lengua como ciencia, es en buena medida la crónica de nuestro tiempo y de nuestros inmediatos antecesores. Asistimos a las convulsiones históricas que sacudieron el siglo pero, especialmente, a los cambios y vicisitudes de la Academia y de sus académicos, comenzando por el desarrollo rigurosamente científico de los estudios lingüísticos que, si ya se habían iniciado en el siglo anterior, adquieren en el XX la consolidación de métodos y de teorías cada vez más sofisticados y precisos, hasta desembocar en la explosión tecnológica que ha permitido un enriquecimiento y variación en tiempos y técnicas en el conocimiento y tratamiento del lenguaje nunca antes imaginado.
Cierra la exposición, el apartado Revolución cognitiva y tecnológica. El paso al siglo, que se ocupa de las profundas transformaciones que la era digital y computacional ha introducido en nuestras vidas y, en el lenguaje, en el estudio y análisis de la lengua y en los métodos e instrumentos de la Academia. Aquí se pueden ver los hitos que han marcado las nuevas tecnologías en las tareas académicas.