La Biblioteca Nacional de España (BNE) ha iniciado un proceso de restauración de carteles taurinos de comienzos del siglo XX en el que se aplican los materiales y técnicas japonesas
Este sistema se utiliza desde hace cientos de años en Asia para favorecer la preservación del papel, pero es novedoso y llamativo en Europa y América. En este procedimiento se emplean materiales que puedan eliminarse fácilmente en el caso de cometer un error o de ser necesario otro tratamiento.
Los carteles de ferias de toros de ciudades como San Sebastián o Sevilla, que tuvieron lugar entre 1903 y 1920, adquiridos por la BNE, “estaban compuestos por papeles de celulosa muy degradada, pegados a otros elementos y que en algunos casos presentaban desperfectos, por lo que la restauración ha sido complicada”, señala Luis Crespo, conservador-restaurador de bienes culturales y especialista en tratamientos de papel y pergamino de la Biblioteca Nacional de España.
Tal y como explica Crespo, este procedimiento, que puede prolongarse hasta un mes y medio, comienza con la adhesión temporal por el verso del cartel de, al menos, dos capas de un papel formado por pulpa de pasta mecánica y rayón (una fibra muy utilizada en la confección textil).
Tras este primer paso, se vierte una sustancia compuesta, entre otros materiales, por un derivado semicelulósico en forma de gel con el fin de separar el cartel del soporte original, prosigue Crespo. “A continuación se procede a un abundante enjuagado de ambas caras de cada panel que conforma el cartel, para así eliminar todos los restos de rayón, de geles y de los antiguos adhesivos. Tras su secado, se adhieren por la trasera diversos papeles japoneses de una fibra especialmente larga, fina y resistente que no altera la esencia de la obra y le otorga la consistencia necesaria para poder reforzar las zonas que estaban perdidas o dañadas previamente al tratamiento”, afirma el restaurador.
Posteriormente, relata Crespo, se aplican a las grietas del cartel unas tiras de refuerzo, tras las cuales se coloca una nueva capa de papel japonés para mantener la firmeza. El siguiente paso que el experto indica es completar las zonas que faltan por medio de los “injertos” y una vez que la superficie está completa se aplica color a toda la obra.
Finalmente, se coloca para su estirado y secado definitivo en unos paneles de secado temporal, realizados en el propio taller de la BNE según la tradición japonesa. Una vez acabado este proceso se recortan las partes sobrantes de los papeles que se han ido añadiendo en el conjunto del cartel y se enrolla para su conservación.
Luis Crespo, uno de los mayores expertos en la restauración de papel y que figura entre el reducido grupo de especialistas que emplea estas técnicas japonesas en Europa, intenta trasladar el conocimiento nipón a la conservación del papel occidental, material que presenta unas características y problemas bien distintos de los papeles orientales para los que fueron concebidas estas técnicas y herramientas. Partidario de no emplear productos sintéticos y de encontrar las soluciones con materiales naturales fácilmente asequibles, Crespo se enfrenta a los retos de la restauración de papel donde apenas hay margen de error y donde el control de la humedad de los adhesivos y de los componentes cobra una importancia primordial en el proceso de restauración.
El taller de restauración del Departamento de preservación y conservación de la BNE es uno de los más prestigiosos de España y numerosos estudiantes y profesionales solicitan realizar sus prácticas en él. Alumnos españoles, mexicanos e ingleses acuden al taller de restauración donde Crespo trata de enseñarles las técnicas (el uso de las brochas y herramientas, los adhesivos naturales como las algas y el almidón…) y los métodos de trabajo (la postura, la limpieza, la serenidad, la respiración…). En definitiva, pretende inculcar una actitud mental para trabajar que él resume como “dar el máximo como profesional anónimo e intentar ser felices a través del trabajo”.