Más de 60 fotos y cartas familiares de Mario Benedetti forman el legado guardado en la Caja de las Letras en homenaje a la cultura del vino
«Literatura y vino, maridaje perfecto», dijo el ministro de Agricultura de España, Luis Planas
La Caja de las Letras del Instituto Cervantes recibió un legado en recuerdo de Mario Benedetti (1920-2009) formado por 62 objetos, principalmente fotos familiares y correspondencia personal del poeta uruguayo, pertenecientes a Santiago Vivanco, presidente de la Fundación Vivanco para la Cultura del Vino.
El coleccionista y bibliófilo depositó el legado en la caja de seguridad número 1.448, donde reposarán durante dos años.
Un acto de maridaje entre las letras y la cultura vitivinícola en el que también intervinieron Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación; Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, y Emilio Restoy Cabrera, vicepresidente de la Federación Española del Vino (FEV).
Todos ellos coincidieron en resaltar la tradicional relación entre literatura y vino.
«Para el Instituto Cervantes es importante celebrar el vino de los poetas», dijo García Montero, mientras que para Emilio Restoy, «nada es más adecuado que vincular vino, gastronomía y cultura». El ministro, por su parte, confesó que le gusta unir vino y lectura porque «literatura y vino, maridaje perfecto».
Luis Planas se atrevió a recomendar diferentes tipos de caldos para las diversas horas del día, apuntó «acciones de promoción de los excelentes vinos que producimos» y agradeció a viticultores, bodegueros y todo el sector (campo, pesca y alimentación) su trabajo, que durante el confinamiento ha garantizado el suministro a la población.
En el marco del centenario del nacimiento de Mario Benedetti, que fue hijo y nieto de enólogos, Santiago Vivanco y la FEV quisieron recordar su figura con estos objetos que nos permiten redescubrir al poeta que escribió «Una copa de vino es un secreto / no se sabe por qué nos presta vida / hay una dimensión desconocida / en ese sorbo que es un amuleto», poema que concluye con un «¡brindemos por el vino con el vino!».
La cesión durará exactamente dos años, hasta el 18 de junio de 2022, según el renovado convenio de colaboración que minutos antes firmaron ambas partes.
El grueso del legado lo forman 50 fotografías familiares que ofrecen un desconocido recorrido por su vida, que comienza en su Uruguay natal con sus padres (Brenno Benedetti y Matilde Farrugia) y su hermano Raúl, y continúa por las diversas etapas de su vida como autor de poemarios, novelas, ensayos, cuentos y crítica literaria.
Hay varias imágenes tomadas de su infancia en Montevideo en las que Mario aparece con su hermano, varios años menor. Otras de juventud y madurez, en las que firma autógrafos, concede entrevistas, dicta una conferencia, celebra el cumpleaños de su madre, regresa de un viaje al aeropuerto, aparece junto a la cantante Nacha Guevara… Instantáneas tomadas en su país, en su casa de Palma de Mallorca, en Toledo, en Buenos Aires… Muchas de ellas tienen escritas a mano en el reverso la fecha y diversas anotaciones.
Cartas y postales manuscritas
También se guarda interesante correspondencia formada por cinco cartas personales y seis tarjetas postales que el autor de La tregua (1960) envió a su familia desde diversos lugares de España (Madrid, Aranjuez, Pollensa, Baeza…) y de otros países (desde ciudades como Washington o Ámsterdam).
En ellas escribe con letra pulcra sobre sus vivencias, sus viajes, su creciente fama internacional, su candidatura al Nobel de Literatura 1985 (que no llegó a obtener), la publicación de sus libros o algún problema de salud.
El legado que materializa este homenaje de la cultura del vino incluye además una caricatura original del poeta, dibujada por su hermano Raúl, y un recorte de prensa con la distinción que el comandante cubano Raúl Castro le entregó en presencia de Gabriel García Márquez.
«Oda al vino», de Neruda
Antes de depositar estos objetos de Benedetti, Santiago Vivanco retiró de la caja de seguridad 1.458 el legado de Pablo Neruda que su Fundación cedió por dos años en junio de 2018. Se trata del manuscrito original Oda al vino del Nobel chileno, cuyos versos escritos con tinta verde («Vino color de día / vino color de noche / vino con pies de púrpura / o sangre de topacio») regresan ahora al Centro de Documentación del Vino Vivanco (Briones, La Rioja), que guarda miles de monografías, fotografías y postales reunidas en 40 años de coleccionismo por la familia Vivanco, y que tiene dicho manuscrito como uno de sus principales tesoros.