La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, condenó firmemente la destrucción del templo antiguo de Baalshamin, situado en la emblemática ciudad de Palmira, en Siria, lugar inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO
“La destrucción sistemática de los símbolos culturales que encarnan la diversidad cultural siria revela la verdadera intención de tales ataques: privar al pueblo sirio de su saber, de su identidad y de su historia. Una semana después del asesinato del profesor Khaled al-Asaad, jefe de arqueología del sitio de Palmira durante cuatro décadas, esta destrucción supone un nuevo crimen de guerra y una gran pérdida para el pueblo sirio y para la Humanidad”, afirmó la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
Construido hace cerca de 2.000 años, el templo de Baalshamin es un ejemplo de la riqueza de la historia preislámica del país. Según varias informaciones, el edificio habría sido dinamitado el domingo 23 de agosto. Su cella, o parte interior, habría quedado seriamente dañada y las columnas que lo rodeaban se habrían derrumbado.
La estructura del templo de Baalshamin data del periodo romano. Fue erigido en el Siglo I después de Cristo y ampliado por el emperador romano Adriano. El templo es uno de los edificios más importantes y mejor conservados de Palmira. Forma parte del sitio arqueológico de Palmira, uno de los más importantes centros culturales del mundo antiguo famoso por sus ruinas greco-romanas monumentales. Desde mayo de 2015 se había convertido en un objetivo recurrente del Dáesh.
“El arte y la arquitectura de Palmira, situada en la encrucijada de varias civilizaciones, es un símbolo de la complejidad y de la riqueza de la historia y la identidad sirias. Los extremistas quieren destruir esta diversidad y riqueza. Pido a la comunidad internacional que permanezca unida frente a esta persistente limpieza cultural. El Dáesh asesina a personas y destruye sitios pero no puede silenciar la historia y fracasará en su intento de borrar esta gran cultura de la memoria del mundo. A pesar de obstáculos y del fanatismo, la creatividad humana prevalecerá, los edificios y sitios serán rehabilitados y algunos reconstruidos”.
“Semejantes actos son crímenes de guerra y sus autores responderán por sus acciones. La UNESCO está del lado del pueblo sirio en sus esfuerzos por salvaguardar su patrimonio, un patrimonio para toda la Humanidad”, concluyó la Directora General.