«Me entristece profundamente enterarme de la repentina muerte del ex Secretario General de las Naciones Unidas y Premio Nobel de la Paz, Kofi Annan», dijo Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO
Gran defensor de la paz, fue la encarnación misma de la paz y de una visión resueltamente moderna de las Naciones Unidas.
Su convicción de que debería desarrollarse una cultura de la paz está totalmente en consonancia con el mandato y compromiso diario de la UNESCO.
«Recuerdo su amabilidad, su determinación y su absoluta elegancia. Me gustaría expresar mis más sinceras condolencias a su familia y amigos, a sus compañeros ghaneses y unirme a la comunidad internacional para rendir homenaje a sus incansables esfuerzos por construir un mundo mejor y una paz duradera a través de la cooperación internacional».
En 2011, escribiendo para una publicación de la UNESCO, dijo: «Necesitamos actuar a un nivel más profundo para prevenir los conflictos violentos antes de que surjan. Necesitamos una cultura de paz. El primer y fundamental principio de tal cultura debe ser la tolerancia. En otras palabras, esto significa acoger y celebrar las diferencias que hacen de nuestro planeta un lugar tan rico y variado».
El 8 de diciembre de 1998, participó en la celebración del quincuagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la UNESCO. Recordó que «la acción de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos es única e indivisible. «Todos los derechos humanos para todos» es nuestro objetivo común». Fue con este espíritu que Kofi Annan se embarcó en una amplia reforma de las Naciones Unidas.
Mientras nos preparamos para celebrar el 70 ° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, su visión comprometida del multilateralismo y el papel central de las Naciones Unidas sigue siendo tan relevante como siempre.