La problemática ocupará las discusiones del Comité intergubernamental para la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, que se reúne del 12 al 15 de diciembre de 2016 en la Sede de la UNESCO
Crecimiento vertiginoso del comercio electrónico, auge de los espacios dedicados a la creación digital, multiplicación de plataformas de distribución… en los últimos quince años, el entorno digital ha transformado radicalmente la escena cultural mundial, perturbando los mecanismos de regulación y modificando el estatuto de los bienes y servicios culturales en las negociaciones comerciales internacionales.
Esta décima reunión del Comité aprobará también un proyecto de directrices operativas sobre la aplicación de la Convención de 2005 sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales en el entorno digital. Concebidas para delimitar mejor cuestiones relacionadas con la gobernanza digital, las directrices se proponen alentar nuevas políticas y medidas basadas en el principio de la apertura y la accesibilidad: apoyo a la creación, modernización de las industrias culturales, diversificación de los contenidos culturales y lingüísticos y circulación equilibrada de bienes y servicios culturales.
Para abordar estas temáticas, inscritas en el marco más general de la inclusión de la cultura en el programa de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para 2030, el 13 de diciembre tendrá lugar un panel de alto nivel,. Intervendrán Irina Bokova, Directora General de la UNESCO; Audrey Azoulay, ministra de Cultura y Comunicación de Francia; Fernando Griffith, ministro de Cultura de Paraguay, Mélanie Joly, ministra del Patrimonio del Canadá y Yaya Abdoul Kane, ministro de Correos y Telecomunicaciones de Senegal.
Para alimentar los debates del Comité se presentarán dos informes. El primero examina por primera vez el impacto de la Convención de 2005 sobre el contenido de 51 acuerdos bilaterales y regionales alcanzados desde 2005. El documento muestra por ejemplo que las cláusulas culturales utilizadas en más de dos tercios de esos acuerdos «continúan siendo una técnica eficaz para preservar el margen de maniobra y el poder de intervención de los Estados en materia cultural». El segundo estudio, titulado «Impacto de las tecnologías digitales en la diversidad de las expresiones culturales de España e Hispanoamérica» describe cómo se ha adaptado el sector de las industrias culturales y creativas al entorno digital en España y en cuatro países de América Latina (Argentina, Colombia, Ecuador y México).
Además, el Comité se pronunciará respecto a las solicitudes de financiación presentadas al Fondo Internacional para la Diversidad Cultural (FIDC), creado para apoyar a las industrias culturales y creativas en los países en desarrollo. Seis proyectos, procedentes de Colombia, Madagascar, Namibia, Palestina, Paraguay y Togo han recibido una recomendación previa positiva.
La Convención de 2005 sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales, que ya han ratificado 144 Estados y la Unión Europea, introdujo un nuevo marco internacional para la gobernanza y la gestión de la cultura. Vela por que los artistas, profesionales de la cultura, especialistas y ciudadanos del mundo entero puedan crear, producir, difundir y disfrutar a bienes, servicios y actividades culturales.
El Comité intergubernamental está compuesto por representantes de 24 Estados Partes en la Convención. Se reúne una vez al año y puede reunirse para tratar de cuestiones específicas en sesión extraordinaria si así lo piden al menos dos tercios de sus miembros.
Con motivo de la reunión, el 13 de diciembre se inaugurará en la Sede de la UNESCO una instalación multimedia realizada por artistas senegaleses respaldados por el colectivo Kër Thiossane.