La Embajada de Portugal, con la colaboración del Instituto Camões, ha presentado una nueva edición de Cultura Portugal ‘La Muestra de cultura portuguesa en España’, que este año alcanza su 17ª edición
Una propuesta cultural que cada año va ganando más seguidores y que ha conseguido hacerse un hueco durante los meses de otoño en la amplia oferta cultural de Madrid.
El lema escogido esta vez es Bem-vindos y pretende ser de nuevo uno de los referentes para aprender más sobre la cultura portuguesa, de la mano de los numerosos artistas y sus propuestas actuales y contemporáneas, destacando además la presencia de numerosas figuras femeninas en todas ellas.
El embajador Francisco Ribeiro de Menezes destacó en la presentación del acto el papel de la cultura y la lengua no solo como realidades, sino también como instrumentos de conocimiento para acercar, promover y explicar Portugal a los españoles.
En el acto de inauguración participó también Luz Amparo Medina, directora general de Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), que puso especial énfasis en las 4 actividades de Cultura Portugal que integrarán además el programa del festival Celebremos Iberoamérica 2019 con el que la organización celebra 70 años, reivindicando Madrid como capital iberoamericana.
Los conciertos de la conocida fadista Gisela João así como la actuación de la Orquesta de Jazz de Matosinhos junto a la cantante Maria João; la proyección de la película As Filhas do Fogo, del director Pedro Costa junto al grupo musical «Os Músicos do Tejo», así como la retrospectiva dedicada a Paulo Rocha en el Festival Márgenes y la obra de la artista plástica Cristina Rodrigues con su proyecto Home is the cathedral of life, protagonizan esta cita cultural.
Palabras del Embajador de Portugal Francisco Ribeiro de Menezes
Bajo el lema “Bem-vindos” se inicia en la última semana de septiembre, y trascurre hasta finales de noviembre, un nuevo Cultura Portugal, en 2019, ya en su 17ª edición. Nuestro saludo se dirige, en primer lugar, al público en España que, crecientemente, con entusiasmo y año tras año, se ha adherido a nuestras propuestas culturales. Pero también son destinatarios de esta bienvenida todos los autores e intérpretes portugueses que a lo largo de dos meses se desplazarán a España, dando valor a la cultura portuguesa y enriqueciendo sus experiencias. Aquí les esperamos, como siempre, con gran expectativa.
De la programación de este año, en Madrid, destacaría las sesiones conmemorativas del centenario del nacimiento de la poeta Sophia de Mello Breyner Andresen, los conciertos de Gisela João y de la Orquesta de Jazz de Matosinhos, acompañada por la cantante María João, la muy completa retrospectiva de la obra cinematográfica de Paulo Rocha, la presentación del cineasta Pedro Costa con un grupo musical de Cabo Verde, el proyecto “Home is the cathedral of life”, de Cristina Rodrigues, las representaciones de la compañía de Teatro Nacional de São João en el Teatro de la Abadía y las cuatro participaciones en el festival “Celebremos Iberoamerica 2019”, conmemorativa de los 70 años de la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI). En total, casi 40 eventos en 60 días, en su mayor parte de entrada libre, distribuidos por algunos de los espacios culturales más nobles de la capital española.
En vísperas de cumplir cinco años como Embajador de Portugal en España, y dejando a otros apreciaciones seguramente más objetivas y desprendidas, creo ser mi deber esbozar un balance de nuestra actividad en los múltiples sectores de intervención cultural, tejiendo un conjunto de ideas esenciales.
Para una Embajada que no dispone de espacios propios para el desarrollo de su programación en este ámbito, se hace imperioso conseguir la adhesión a sus proyectos de otras instituciones, públicas o privadas. Tal propósito ha sido alcanzado, sobre todo, debido al valor y al mérito de nuestras propuestas, pero de seguro que también en virtud de la credibilidad y del respeto granjeado ante el muy exigente mundo de la gestión cultural en España.
La creciente afirmación de la cultura portuguesa en este país, que siempre contó con el mayor empeño de la Embajada y de nuestros puestos consulares, es una realidad que se hizo posible aún con niveles de financiación pública limitados. Cada año que pasa se incrementa el número de iniciativas de índole cultural organizadas por otras entidades a las cuales nos asociamos; la generosa contribución de un significativo grupo de patrocinadores nos permitió, por su parte, expandir los horizontes. Y nunca el refuerzo cuantitativo de la oferta resultó perjudicial para la indispensable calidad.
Siendo la cultura portuguesa tan rica y vasta, se imponía el establecer como meta la diversificación del Cultura Portugal, de modo a cubrir áreas tradicionales (como la música, el cine, el teatro, la literatura, las artes plásticas, la fotografía y la danza) y abarcar nuevos segmentos y creadores, así como ámbitos quizá menos divulgados en España (caso de la arquitectura, del design, de la moda y de la gastronomía). Creo que todo ello fue alcanzado, con varios ejemplos concretos, en el quinquenio que ahora termina. Por lo demás, el propio concepto de diversidad acabó por imponerse dentro de las distintas áreas culturales. Véase lo que sucedió con la música que, desde el reconocido fado, se vio amplificada a formatos tan distintos entre sí (la música clásica, el rock y el pop, los “cantautores”, el jazz, la música experimental); o bien con la literatura, donde la presencia como país invitado en importantes Ferias como las de Madrid, Valladolid y Sevilla, sumó, a los escritores consagrados, nuevas generaciones de talentos en las listas de preferencias de los lectores españoles. Compruebo también en las artes plásticas un fenómeno semejante.
El apoyo de la Embajada a la internacionalización de la cultura portuguesa y de sus autores e intérpretes tiene como base – como no podría ser de otro modo – la apuesta por la excelencia. Con la permanente preocupación de no ejercer tipo alguno de censura y de mantener la inquietud abierta a la innovación en la creación artística. Son principios que requieren una constante atención a nuestros medios culturales. Sólo así llegamos a los peldaños de calidad que nos impusimos y al contacto con los valores emergentes.
En España, potencia cultural de enorme envergadura, justamente orgullosa de su pasado y de su presente, nunca es tarea fácil despertar interés para lo que viene de fuera. Importa, por otra parte, contar con el concurso de otros países que, como nosotros, poseen lazos privilegiados con este público. Trabajo hercúleo y permanente, por tanto, pero gratificante work in progress donde cada semilla aventada a la tierra puede dar – y los da – frutos venideros.
La cultura es hermana inseparable de la lengua. La promoción cultural configura, de este modo, un instrumento único de promoción de la lengua portuguesa en este país, que por su parte es plataforma de proyección para un enorme universo lingüístico que nos es cercano y accesible. En este determinante capítulo, los resultados son sinceramente positivos y cuantificables. Nunca se dedicó tanto tiempo y espacio al portugués en España. Que lo digan las decenas de miles de estudiantes que aprenden aquí, voluntariamente, nuestro idioma.
Añado una palabra de sincero y amistoso aprecio dirigida a nuestro Consejero Cultural, Pedro Berhan da Costa, arquitecto de la programación de sucesivas acciones, profundo conocedor de las artes y las letras portuguesas, y a los demás colaboradores que enriquecieron y adensaron con su dedicación tantas ideas y su concretización. Me queda agradecer al conjunto de entidades, públicas y privadas, portuguesas y españolas, que se asociaron a la Embajada de Portugal en la preparación y ejecución de esta muestra cultural – y desear que los eventos previstos trascurran con el mayor de los éxitos. Sean todos, en fin, “bem-vindos” al Cultura Portugal.
Toda la programación puede consultarse en la web de Cultura Portugal.