Los directores de la Real Academia Española y del Instituto Cervantes presentan la nueva edición del Quijote, revisada y dirigida por Francisco Rico
Se presenta en la Real Academia Española (RAE) la nueva edición del Quijote llamada a convertirse en una verdadera enciclopedia de la gran novela cervantina. Una iniciativa que comenzó en 1998 con la edición que patrocinó el Instituto Cervantes bajo la dirección de Francisco Rico. Ahora, 17 años después, la obra se publica revisada y renovada en la colección Biblioteca Clásica de la Real Academia Española (BCRAE).
Han intervenido en la presentación el director de la Docta Casa, Darío Villanueva; el director del Instituto Cervantes y director honorario de la Española, Víctor García de la Concha; los académicos Francisco Rico y Soledad Puértolas; el secretario de la RAE, Santiago Muñoz Machado, y el director general de la Fundación la Caixa, Jaume Giró.
Cerca de un centenar de estudiosos y escritores, dirigidos por el académico Francisco Rico, han colaborado en la obra, que se publica en un estuche con dos volúmenes: uno con el texto cervantino más una serie de introducciones, y otro, complementario, dedicado a estudios e ilustraciones.
El volumen básico ofrece, por primera vez, una edición del Quijote establecida utilizando rigurosamente todos los instrumentos de la filología moderna para llegar al texto más cercano posible al del original. Se han tenido en cuenta desde la caligrafía de Cervantes hasta la forma de proceder en la imprenta de Juan de la Cuesta.
El texto ha sido fijado de acuerdo con las más rigurosas técnicas de la moderna crítica textual. Además, se acompaña de un copioso despliegue de estudios y materiales complementarios que de por sí constituyen una enciclopedia del Quijote.
El volumen complementario se abre con la sección Lecturas del Quijote, donde prestigiosos especialistas y escritores comentan uno a uno todos los capítulos de la novela. Han elaborado comentarios autores como Javier Cercas, Roger Chartier, Claudio Guillén, Javier Marías, Alberto Manguel o Martín de Riquer.
Contiene, además, ilustraciones que se han elaborado con un estricto criterio arqueológico, a fin de ofrecer una fiel imagen de la indumentaria, armamento y objetos de la vida cotidiana evocados en la novela. Se ofrece asimismo una selección de mapas y planos antiguos y modernos.
“Un gran libro para aprender español”
El director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, ha destacado que “este Quijote es del Instituto Cervantes”, en referencia a la aclamada edición de 1998, y ha manifestado su plena satisfacción por que hoy “encuentre su acomodo” en la Biblioteca Clásica de la RAE. Tras afirmar que es “un gran libro para aprender español”, el responsable del Cervantes ha recordado la exposición Quijotes por el mundo que reúne en la sede del Instituto en Madrid más de 180 ediciones de la novela en docenas de lenguas de todo el mundo.
Darío Villanueva, director de la RAE, ha asegurado que el libro que hoy se presenta constituye “la edición más crítica y erudita” de la que, según muchas encuestas, es “la novela más importante de todos los tiempos”.
Francisco Rico no ha ocultado su orgullo por el resultado de su trabajo: la peor edición de Don Quijote de la Mancha, ha dicho, fue la primera, de 1605 (llena de erratas, ha dicho), mientras que esta última es “la mejor”.
Por parte, Jaume Giró (la Caixa) ha reconocido su admiración por “la obra que más ha influido en las letras de occidente”, cuyo personaje central “nos anima a ser héroes y a luchar contra la injusticia” en la vida cotidiana.
La obra se publica coincidiendo con el cuarto centenario de la segunda parte del Quijote (2015-1615). Este Quijote es el eje de las obras completas de Cervantes, proyecto que la Real Academia acometió en el 2012 y confía en rematar en el 2017, cuando el Persiles y Sigismunda cumpla también cuatrocientos años.
Mito Universal
Una frase de Friedrich Schelling, convertida en la explicación estándar que en principio acompaña siempre a quien se pone a leer el Quijote, compendió el enfoque que más tercamente ha determinado la comprensión de la novela durante los últimos doscientos años: el tema es «la lucha de lo real con lo ideal». El filósofo alemán y un innumerable cortejo posterior entienden el Quijote como supremo exponente de unas convicciones previas, las definitorias de todo el fenómeno romántico, y por ende conceden al protagonista una grandeza trágica y lo ven como personificación del presunto espíritu de una presunta nación española.
El Quijote es, por lo menos, un libro castellano, una institución hispánica y un mito universal. De él circuló desde el mismo 1605 una síntesis de personajes y situaciones, una imagen paralela, incluso gráfica y plástica, que en sustancia no era incorrecta y a la que pronto fueron anejas diferentes significaciones. El libro se desdobló en institución y en mito, y hoy no podemos echar cuentas solo con él, no podemos leerlo como si hubiera permanecido inédito o arrinconado desde 1605. La dimensión institucional y la mítica le aseguran una atención distinta a la que prestamos a cualquier otro libro y nos fuerzan a formularle preguntas que tradicionalmente lo han acompañado: preguntas que el autor quizá ni siquiera soñaba, pero de las que esperamos respuesta.