Un corresponsal chino acreditado ante la ONU explica cuán lejos llega la manipulación, en general, y sobre la ONU, en particular, de dónde proviene y cómo combatirla
Sobre la superficie, las invenciones e invectivas contra la Organización se deben a las grandes expectativas de la gente sobre ella, pero lo que les molesta es lo que realmente puede hacer la ONU.
Tal y como afirma el Secretario General de la ONU en su octavo informe de políticas, titulado Nuestra Agenda Común, «la desinformación y la incitación al odio han pasado de los márgenes del espacio digital a ser la tendencia dominante».
La propia ONU es víctima de esta «enfermedad global». En las plataformas digitales chinas, la difusión de mentiras, incluidas la dirigidas contra la ONU, están principalmente «impulsadas por la emoción», lamenta un periodista.
En junio de este año, en su última sesión informativa ante los periodistas en la sede de la Organización en Nueva York, António Guterres hizo un llamamiento para hacer frente al «grave daño global» causado por la proliferación del odio y la mentira en internet. Incluso algunas misiones de mantenimiento de la paz y operaciones de ayuda humanitaria de la ONU fueron blanco de estas lacras, señaló.
El informe apunta explícitamente a los grandes protagonistas del panorama de las redes sociales, como Facebook, Youtube e Instagram, así como algunos contendientes destacados de China, argumentando que las plataformas digitales deben ser agentes fundamentales en la defensa de la «integridad de la información», es decir, la exactitud, coherencia y fiabilidad de la información que los usuarios comparten.
El auge de We Media
A finales de 2021, China, la segunda economía mundial, llegó a contar con más de 1000 millones de internautas, lo que la convierte en una de las comunidades de internet más dinámicas, pero también en el hogar perfecto para rumores y mentiras generalizadas.
Desde el lanzamiento de Sina Weibo en 2009, también conocido como el Twitter chino, «We Media» o «Self Media», un sector floreciente se expande por distintas plataformas digitales con proveedores individuales de contenido, hasta convertirse en un fenómeno.
Se calcula que en 2021 en China había unos 9,7 millones de personas trabajando en este sector, de las cuales la mayoría son trabajadores autónomos. Según los últimos datos oficiales, el vídeo de corta duración, uno de los pilares en «We Media», consiguió más de 1000 millones de espectadores en China en diciembre de 2022.
«Es de allí donde proceden las noticias falsas dirigidas contra la ONU», observó Dezhi Xu, corresponsal de China Media Group en la sede de la Organización desde 2019. Creador de contenido él mismo, se sintió «obligado» a responder, desde una perspectiva que evite que la manipulación se apodere y socave la credibilidad y el valor de las Naciones Unidas.
Ocultar las oleadas de desinformación
Xu dijo a Noticias ONU que al menos cuatro oleadas de fabricaciones y falsedades han llamado su atención desde marzo.
El 5 de abril, durante la sesión informativa de mediodía de la ONU, Xu sacó a relucir una sorprendente noticia falsa, según la cual «Rusia, que preside el Consejo de Seguridad este mes, ha empezado a investigar al Secretario General». A esto, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, respondió con sátira pero con firmeza, burlándose de esta historia inventada como «un ejemplo perfecto de la manipulación desenfrenada que todos vemos muy a menudo en las redes sociales».
Basado también en la presidencia rusa de abril, y después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, se reuniera con el Secretario General en Nueva York, se difundió otro artículo afirmando que «Lavrov pidió pagar las contribuciones de Rusia al presupuesto ordinario de la ONU en yuanes chinos».
Xu insistió en que el artículo «levantaba muchas dudas y no era razonable». “Primero, ningún otro artículo por parte de Rusia o China hablaba sobre el presupuesto de la ONU; en segundo lugar, sin la aprobación particular de la Asamblea General, las contribuciones deben pagarse en dólares estadounidenses; y tercero, Rusia ya ha pagado la cuota de este año en su totalidad».
Grandes expectativas
Al ver una oleada tras otra de noticias falsas, Xu atribuyó estas invenciones en primer lugar a las grandes expectativas de la gente acerca de que la ONU se debe ocupar de los grandes retos del mundo, pero les molesta lo que realmente puede hacer la ONU. Estas emociones acaban llevando a algunos individuos a arremeter contra la ONU y a alzar sus voces en internet.
«Precisamente por eso, el Secretario General António Guterres ha presentado «Nuestra Agenda Común», para mejorar la gobernanza mundial y reforzar el papel de la ONU», añadió.
Todo es cuestión de tráfico en la web
También reconoció que una combinación de temas de tendencia imbricados en estas narrativas erróneas, tal como la llamada «desdolarización», crea un imán para el tráfico en la web, que se ve favorecido por las plataformas digitales.
En estas plataformas, el modelo de negocio dominante se basa sobre todo en la «economía de la atención», como denuncia el informe de la ONU.
Para que esta economía funcione, «los algoritmos están diseñados para dar prioridad a los contenidos que mantengan la atención de los usuarios, maximizando así su participación y los ingresos publicitarios», explica, «el contenido inexacto y odioso diseñado para polarizar a los usuarios y generar emociones fuertes es a menudo el que genera más participación».
Una isla informativa
Haciéndose eco de este análisis, Xu advirtió de la aparición inminente de una «isla informativa» amplificada por estos algoritmos. Esta metáfora se refiere a la información que se ofrece a los usuarios como en una isla, en el que la gente sólo recibe información de su interés y habla con los que piensan como ellos, con lo que se cierran al mundo exterior, e incluso se vuelven insolentes ante cualquier opinión diferente.
«El efecto se ha acentuado demasiado», argumentó Xu sobre la intención de los afectados, «ellos no participan en verdaderos debates, sino que se dejan llevar y abrumar por sus emociones y opiniones, como la insatisfacción ante el mal funcionamiento del Consejo de Seguridad».
Yendo más lejos, consideró casi una «misión imposible» tratar de refutar los rumores, ya que sencillamente no hay lugar para narrativas alternas, y es como abrir la caja de pandora de la negación y la irracionalidad.
«Cuando intentas decir que algo no es cierto, te responden ‘pero qué me dices de esto, y qué me dices de aquello’. Luego resulta que te has desviado demasiado, lo que sólo sirve para dejar salir más emociones».
Nuevos enfoques
Tras demasiados esfuerzos en vano, Xu está adoptando nuevas estrategias. Por ejemplo, intentó explicar en un vídeo de ocho minutos difundido en sus cuentas de redes sociales los hechos y las cifras relativos a la Iniciativa de Grano del Mar Negro, negociada por la ONU y Turquía con Ucrania y Rusia para la exportación de cereales y fertilizantes. Ya han empezado a verse algunos primeros signos positivos.
Además, está de acuerdo con las recomendaciones del informe de políticas del Secretario General, entre ellas fortalecer los esfuerzos legislativos y la autorregulación de las plataformas digitales. Pero lo que más valora del informe sigue siendo mejorar la alfabetización digital de los usuarios, lo cual es «clave» para romper la «isla informativa».
Entrar en razón
Hablando de su propia experiencia en Siria durante una cobertura de tres años de la guerra, Xu subrayó la importancia de ser prudente cuando los mensajes sobre un mismo asunto procedentes del Gobierno, la oposición, los kurdos e incluso el Daesh eran diferentes.
«Lo que yo hacía era ponerlos todos sobre la mesa y encontrar la información coincidente, igual que se intenta encontrar el máximo común divisor en matemáticas”, añadió.
Apelando a un retorno al sentido común, Xu reiteró: «Siempre que aparezca un título asombroso en internet, yo sugeriría mantener la calma y pensar con raciocinio, en lugar de reaccionar con actitudes. Sólo así se puede ver a través de los encubrimientos engañosos y proceder a cotejar diversas fuentes de información».