Bursa-Cumalikizik “cuna del Imperio Otomano” y la ciudad de Pérgamo “y su paisaje cultural” han sido incluidas en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la 38ª Reunión del Comité de Patrimonio de la Humanidad
Ambos se suman a la lista de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad con los que cuenta Turquía y que se elevan a trece en este momento conforme a la Convención de 1972 que cuenta con 191 estados miembros relativa a la Protección del Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, incluyendo las regiones históricas de Estambul, la gran Mezquita y el Hospital de Divrigi; Hattuşaş; la capital de los hititas; el Monte Nemrut; Xanthos-Letoon, el sitio arqueológico de Troya; el Parque Nacional de Göreme y las regiones rocosas de Cappadocia; Hierápolis-Pamukkale, la ciudad de Safranboly; la mezquita Selimiye y su complejo social y el yacimiento neolítico de Çatalhöyük, además de los recién incorporados Bursa-Cumalikizik y Pérgamo.
La elección de la ciudad de Bursa y el pueblo de Cumalikizik para ser distinguidas en la lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad por UNESCO ha venido dada por su relevancia como origen del Imperio Otomano, en la zona sur del Mar de Mármara. La inclusión en la lista de Patrimonio de la Humanidad tiene en cuenta la creación de un sistema urbano y rural en la región, con una organización socio-económica novedosa, que sirvió de apoyo al nacimiento del Imperio Otomano en el S.XIV. Los sitios reconocidos como Patrimonio en Bursa, primera capital del Imperio Otomano, incluyen distritos comerciales o khanatos, instituciones religiosas, con mezquitas y escuelas, baños públicos, comedores sociales para gente sin recursos y la tumba de Orhan Ghazi, fundador de la dinastía otomana. Fuera del centro histórico de Bursa, el pueblo de Cumalikizik ha sido reconocido por el apoyo logístico a dicha capital.
Por su parte, la ciudad de Pérgamo (Turquía) nos conecta directamente con la historia: tanto su paisaje, que se eleva sobre la planicie de Bakirçay en la región del Egeo, como un riquísimo legado cultural que nos traslada a uno de los centros culturales y artísticos más importantes del período helenístico: la acrópolis de Pérgamo fue la capital de la dinastía Helenística Atálida y constituyó un gran centro de enseñanza y aprendizaje de la Antigüedad. La ciudad, rodeada por una muralla, incluía templos monumentales, teatros, pórticos, academias, un altar y una biblioteca. El Santuario de Cibeles, tallado en roca, se encuentra en la parte noroeste en la cima de otra colina conectada visualmente con la acrópolis. Posteriormente, la ciudad se convirtió en la capital de la provincia romana de Asia y fue conocida por su Asclepeion (templo curativo consagrado al dios Asclepio), precursor de los modernos hospitales. La acrópolis corona un paisaje lleno de túmulos funerarios y de restos de los imperios Romano, Bizantino y Otomano y del yacimiento sagrado de Cibeles, alrededor de las bajas laderas en las que se encuentra la actual ciudad de Bergama.
Con estas nuevas distinciones, Turquía afianza su indudable potencial basado en su riqueza histórica y cultural única, que han llevado a la nominación de otros 52 hitos, 49 culturales, 2 mixtos (culturales/naturales) y 1 natural, en la Lista Tentativa para Inclusión en el Patrimonio de la Humanidad de UNESCO.