Vivimos años convulsos. Las crisis desde hace años de todo tipo como económicas, pandémicas, humanitarias, climáticas, y del patrimonio de la humanidad, hace que tengamos que repensar nuestro incierto mundo
Por Juan Ignacio Vecino. Director de Patrimonioactual.com
Como dice nuestro texto de la felicitación de navidad de este año, “el sol sale y se pone todos los días. En algunos países eso no ocurre. Las guerras, las injusticias, la pobreza y la falta de derechos humanos acaban con la mirada hacia el horizonte. Todos debemos ayudar para que el mundo sea más justo y solidario, acabando con la tiranía de la guerra, el hambre y la conculcación de derechos de los ciudadanos”.
Desde la crisis económica de 2008 hemos ido retrocediendo a nivel global. Cuando hace tiempo, los países ricos se pensaban que a ellos no les afectaba, vimos como el mundo se tambaleaba y los populistas y populismos comenzaban a ocupar los puestos más relevantes en muchos países. Los incautos ciudadanos se pensaban que con la llegada de estos su situación se resolvería de la noche a la mañana y no fue así. Solo trajeron más ruina, tiranía, corrupción y falta de libertades, aparte, de una extrema politización y pobreza.
Para continuar, con el gran desastre global se nos vino encima una pandemia como la COVID-19, falleciendo en el mundo millones de personas en todos los países sin saber aún de donde procedió el virus, pero que se puede catalogar como crímenes contra la humanidad que algún día sus responsables tendrán que rendir cuentas. Las vacunas llegaron, pero nadie sabe de sus consecuencias a largo plazo, mientras tanto, los laboratorios farmacéuticos siguen “forrándose” con la anuencia de los distintos gobiernos.
Para terminar este resumen de muchos años en los que la población del mundo no levanta cabeza, viene un dictador de Rusia llamado Vladimir Putin y organiza una guerra invadiendo Ucrania convirtiéndola en global, puesto que todos estamos sufriendo sus consecuencias. En principio muchos países y Organizaciones Internacionales, con posibilidades de parar semejante genocidio, miró hacia otro lado. Hoy tenemos un mundo totalmente desmembrado y polarizado que no sabe que deriva tomará, ni cuándo ni cómo, terminará esta guerra absurda que arruina a buena parte del mundo, pero, que otra parte del mismo, se está haciendo más rica, si cabe, con la venta de armas, petróleo, materias primas, alimentos y muchos otros productos y servicios.
Otro gran problema lo encontramos con la violencia de género. En muchos países las mujeres no tienen ni voz ni voto, y son asesinadas, torturadas, vejadas, violadas y muchas atrocidades más por dirigentes y secuaces sin sentimientos, mientras, el mundo mira, otra vez, hacia otro lado por intereses económicos. Miren el caso de Irán, Afganistán, Ucrania, o el mismo Catar que acaba de celebrar un Campeonato del Mundo de Fútbol sin el más mínimo respeto a los derechos humanos, y todos… aplaudiendo.
No queremos ser catastrofistas, pero como nosotros nos dedicamos a investigar e informar sobre el patrimonio cultural, turístico-cultural, natural e inmaterial de todo lo que está declarado por la UNESCO en el mundo, auguramos un periodo muy oscuro puesto que, en muchos países, se está destruyendo y traficando ilícitamente con bienes culturales, e invirtiendo muy poco dinero en el mantenimiento de ciudades y sitios declarados patrimonio por la Organización. Además, corremos el riesgo de que nuestro patrimonio natural sea devastado, no solo por la propia naturaleza, sino, por la mano del hombre, que es cada día más dañina.
Aún así, tenemos esperanza y, como dice el lema de nuestra publicación: “solo la cultura da libertad” y, por tal motivo, exigimos a todos los gobiernos del mundo una concienciación amplia sobre la educación, la cultura y el medioambiente, y que los ciudadanos en cualquier lugar del planeta tengan acceso a dicha educación, cultura, agua potable y saneamiento, además, de la alimentación, siendo los habitantes de cada país los auténticos propietarios de todos los recursos en su entorno.