La UNESCO creó el proyecto La Ruta del Esclavo, una iniciativa mundial que promueve el acercamiento entre los pueblos a través del legado de esta tragedia. El 10 de septiembre se celebró el 20º aniversario del proyecto en la Sede de la UNESCO en París
Elie Wiesel escribió una vez: “El verdugo siempre mata dos veces, la segunda mediante el silencio”. Históricamente, la comprensión y concienciación sobre la trata transatlántica de esclavos se ha excluido de los desafíos mundiales ‑como el desarrollo, los derechos humanos, el pluralismo cultural y el diálogo intercultural‑.
“La Ruta del Esclavo no es sólo algo del pasado: es nuestra historia y ha definido la fisonomía de numerosas sociedades modernas, creando vínculos indisolubles entre los pueblos y los continentes y transformando de manera irreversible el destino de las naciones, su economía y su cultura”, dijo la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
Desde 1994, el Proyecto ha tenido un impacto significativo. Su liderazgo contribuyó especialmente al reconocimiento oficial de la trata de esclavos como crimen contra la humanidad en 2001. “A propuesta de Haití y los países africanos, la UNESCO creó el proyecto La Ruta del Esclavo. Deseamos adoptar una visión de conjunto y un enfoque que no culpabilice a nadie para restablecer el diálogo. Debemos comprender esta tragedia que dividió a la humanidad; omitir este hecho histórico es obstáculo para la construcción de la paz y la reconciliación.
La UNESCO ha logrado situar la trata de esclavos en la agenda internacional, al mismo tiempo ha desarrollado conocimientos científicos sobre el tema y ha aumentado la concienciación a escala mundial. Además de contribuir al reconocimiento de la esclavitud como crimen contra la humanidad, hemos ayudado a proclamar el 23 de agosto Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. Hemos creado Comités Nacionales de La Ruta del Esclavo (Cuba, Haití, Benín, Portugal, México, Ghana, etc.) y creado vínculos entre instituciones científicas (América Latina, Caribe, Mundo Árabe-Musulmán, Océano Índico, Américas, Europa, etc.)”, explicó Ali Moussa Iye, jefe del proyecto La Ruta del Esclavo. A través de una amplia gama de programas culturales y educativos, el Proyecto trata de concienciar sobre la esclavitud y sus consecuencias. Muestra la contribución de los esclavos en la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos universales. La UNESCO ofrece ayuda a los Estados Miembros para que fomenten la investigación, enriquezcan su historia nacional y faciliten el intercambio de recuerdos mediante alguna de las iniciativas de la Organización como la Historia General de África. Otros ejemplos incluyen la formación de profesores para que enseñen sobre la trata de esclavos, la creación de materiales didácticos, la preservación de sitios conmemorativos y archivos y la promoción de la interacción cultural. Para la UNESCO, el recuerdo es un elemento fundamental de la lucha contra el racismo. Transmitir la historia de la trata de esclavos fortalece los cimientos de la paz y aumenta el respeto de los derechos humanos. “El desafío de la convivencia en sociedades multiculturales implica reconocer la memoria y la historia de cada individuo, y construir al mismo tiempo un patrimonio común que permita superar las tragedias del pasado”, dijo Moussa Iye.
Marcus Miller, Artista de la UNESCO por la Paz y portavoz del proyecto La Ruta del Esclavo, ayuda a difundir este mensaje a través de su música: “La historia de la esclavitud nos muestra que se puede superar, que el mundo puede mejorar y que podemos hacer algo más que simplemente sobrevivir – ¡podemos volar!”
El proyecto La Ruta del Esclavo evidencia el poder de la cultura en la lucha por la dignidad. Celebra el genio artístico surgido de la interacción entre personas de diferentes continentes, a través de expresiones culturales que han enriquecido nuestras sociedades y han demostrado la riqueza del diálogo intercultural. Numerosos géneros musicales en el mundo –jazz, blues, soul, R&B, reggae, hip hop, tango, capoeira, y muchos otros‑ tienen sus raíces en la trata de esclavos. Estas expresiones culturales, al igual que ciertos lugares históricos que guardan una fuerte relación con la trata de esclavos como la isla de Gorea, están protegidos por los programas de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural Inmaterial y el Patrimonio Mundial. La UNESCO promueve este patrimonio como un puente para el diálogo y el entendimiento.
“Esta historia forma parte de la lucha universal por los derechos humanos y la igualdad, y debe enseñarse a los niños de todo el mundo como un ejemplo de lucha por la paz, como su lucha”, dijo la Directora General. Esta historia también puede enriquecer nuestra manera de entender las sociedades multiculturales y multiétnicas actuales. Es una fuente de inspiración para las luchas que se llevan a cabo hoy en día contra los prejuicios raciales y la discriminación, y contra todas las formas de esclavitud que todavía afectan a más de 20 millones de personas en el mundo.