Un nuevo documento de política de la UNESCO muestra que la tasa de pobreza mundial podría reducirse a la mitad si todos los adultos terminaran sus estudios secundarios
Sin embargo, nuevos datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) muestran tasas persistentemente altas de personas no escolarizadas en muchos países, lo que hace probable que los niveles de finalización de la educación secundaria permanezcan muy por debajo de dicho objetivo para las generaciones venideras.
El documento, titulado Reducir la pobreza mundial a través de la educación primaria y secundaria universal, se publica antes del Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas (10-19 de julio), que se centrará en la erradicación de la pobreza en pos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El documento demuestra la importancia de reconocer que la educación es clave para acabar con la pobreza en todas sus formas y en todas las latitudes.
«El nuevo análisis sobre los beneficios de gran alcance de la educación publicado debería ser una buena noticia para todos aquellos que trabajan en el Objetivo de Desarrollo Sostenible para erradicar la pobreza de aquí a 2030», dijo Irina Bokova, Directora General de la UNESCO. «Esto demuestra que tenemos un plan concreto para garantizar que la gente no tenga que vivir con apenas unos pocos dólares al día, y que la educación es una parte central de ese plan».
El nuevo análisis del impacto de la educación sobre la pobreza realizado por el equipo del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO se basa en los efectos promedio de la educación sobre el crecimiento y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo de 1965 a 2010. Muestra que cerca de 60 millones de personas podrían escapar de la pobreza si todos los adultos tuvieran tan solo dos años más de escolaridad. Si todos los adultos terminaran la educación secundaria, 420 millones de personas podrían salir de la pobreza, reduciendo el número total de personas pobres en más de un 50% a nivel mundial y en casi dos tercios en África Subsahariana y Asia Meridional.
Los estudios han demostrado que la educación tiene repercusiones directas e indirectas tanto en el crecimiento económico como en la pobreza. La educación proporciona habilidades que aumentan las oportunidades laborales y los ingresos, al tiempo que ayuda a proteger a las personas de vulnerabilidades socioeconómicas. Una expansión más equitativa de la educación reduciría la desigualdad y elevaría a los pobres del peldaño más bajo de la escala.
A pesar del potencial de la educación, los nuevos datos del IEU indican que prácticamente no ha habido progreso alguno en la reducción de las tasas de las personas no escolarizadas en los últimos años. A nivel mundial, a un 9% de todos los niños en edad de escolarización primaria todavía se les niega el derecho a la educación, con tasas que alcanzan el 16% y 37% para los jóvenes en edad de acudir a la secundaria inferior y superior, respectivamente. En total, 264 millones de niños, adolescentes y jóvenes no asistieron a la escuela en 2015.
África Subsahariana todavía es la región con las tasas más elevadas de personas no escolarizadas en todos los grupos etarios: más de la mitad (57%) de todos los jóvenes de entre 15 y 17 años no asisten a la escuela, así como más de un tercio (36%) de los adolescentes de entre 12 y 14 años y más de una quinta parte (21%) de los niños de entre 6 y 11 años. Seis países albergan a más de un tercio de los niños que no asisten a la escuela primaria: Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Sudán.
Si persisten las tendencias actuales, de los 61 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria que actualmente no lo hacen, 17 millones nunca acudirán a un aula. Esto afecta a uno de cada tres niños no escolarizados en África Subsahariana, Asia Occidental y África Septentrional, y a más de uno de cada cuatro en Asia Central y Asia Meridional.
Las niñas de países pobres siguen enfrentando obstáculos particularmente fuertes para educarse. Según los datos del IEU, en los países de bajos ingresos, más de 11 millones de niñas de edad escolar primaria están fuera de la escuela, en comparación con casi nueve millones de niños. La buena noticia es que las niñas que sí logran comenzar la escuela tienden a completar el ciclo primario y continuar sus estudios en el nivel secundario.
Para maximizar sus beneficios y reducir la desigualdad de ingresos, la educación debe alcanzar a los más pobres. Sin embargo, el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo muestra que es ocho veces más probable que los niños de las familias más pobres (-20%) estén fuera de la escuela que los niños más ricos (+20%) en los países de ingresos medios bajos. Es nueve veces más probable que los niños en edad escolar primaria y secundaria en los países más pobres estén fuera de la escuela que sus pares en los países más ricos.
Al tiempo que pide a los países que mejoren la calidad de la educación, el documento hace hincapié en la necesidad de reducir los costos directos e indirectos de la educación para las familias. Los nuevos datos del IEU confirman que muchos hogares todavía deben sufragar los gastos relacionados con la educación, que en total representan 87 dólares estadounidenses por niño para la educación primaria en Ghana, 151 dólares por niño en Costa de Marfil y 680 dólares en El Salvador.