La UNESCO llevó a cabo del 16 al 19 de enero una misión de emergencia a la ciudad siria de Alepo para hacer un balance preliminar de los daños sufridos en su Ciudad Vieja, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial y en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, así como en sus centros educativos
El equipo de la UNESCO pudo constatar con precisión daños considerables en la Gran Mezquita de los Omeyas, en la Ciudadela, en mezquitas, iglesias, zocos, khans, madrasas, hamames, museos y otros edificios históricos emblemáticos de Alepo. Según una primera estimación, cerca de 60% de la ciudad vieja de Alepo registra graves daños y un 30% está completamente destruido.
La UNESCO subraya también la extraordinaria resiliencia del pueblo de Alepo y los esfuerzos de los profesionales sirios del patrimonio para llevar a cabo acciones de protección durante el conflicto y tomar medidas urgentes, tales como la evaluación de daños y la gestión de los sitios en ruinas con miras a su restauración. El equipo de la UNESCO examinó éstas y otras medidas en varias reuniones con personal del Consejo Municipal de Alepo, de la Dirección General de Antigüedades y Museos y con miembros de ONG con el objetivo de identificar medidas y soluciones adaptadas. En el curso de estas consultas se propuso por ejemplo declarar la Ciudad Vieja de Alepo “zona de urgencia”. En paralelo, la UNESCO trabaja en una iniciativa para coordinar el trabajo de los distintos actores internacionales.
En el ámbito de la educación, la UNESCO comprobó la terrible destrucción de numerosos centros de enseñanza. La misión visitó escuelas en el este de la ciudad que, o bien están destruidas, o bien necesitan una rehabilitación completa. Apenas queda nada en pie, por ejemplo, de la escuela elemental Osam Alnadir, en tanto que el Instituto de Enseñanza Profesional de Alepo, un centro que gozaba de reconocimiento internacional, está hoy reducido a escombros. Las escasísimas escuelas todavía en actividad están en una situación dramática, son peligrosas para alumnos y docentes, carecen de agua y electricidad, tienen las puertas y ventanas rotas y albergan fragmentos y esquirlas de obuses.
“La destrucción de una de las más grandes y antiguas ciudades del mundo es una tragedia para todos los sirios y para toda la humanidad”, declaró la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova. “Esta situación exige la acción inmediata y el sentido más elevado de la responsabilidad y de la coordinación de todos los actores implicados”, agregó.
La población de Alepo y el pueblo sirio son conscientes de la importancia de la educación y la cultura para construir resiliencia y paz. La UNESCO los acompañará para acelerar la reapertura de los centros educativos y la protección del patrimonio.
Desde diciembre de 2016 casi 20 escuelas han reabierto sus puertas. Con todo, existe en Alepo una elevada demanda de espacios alternativos de aprendizaje, tales como aulas móviles, que deben construirse y abrirse con urgencia. En todas las escuelas visitadas en el curso de la misión, el equipo de la UNESCO fue testigo de la voluntad de todos de recobrar la normalidad lo antes posible, con alumnos deseosos de aprender y profesores comprometidos con su profesión pese a las extremas dificultades. Para la UNESCO, la educación es la piedra angular de todo esfuerzo de reconstrucción, por lo que es preciso reforzar drásticamente el apoyo que se le presta, incluso mientras continúe el conflicto.
“Como he dicho en reiteradas ocasiones, pido a todas las partes que no ataquen los monumentos culturales ni los centros de enseñanza, de conformidad con el derecho internacional y el derecho humanitario. Destruir el patrimonio sirio es matar al pueblo sirio por segunda vez. Olvidar su historia es negar los valores y los derechos que le son inherentes. La guerra no esquiva ni a las guerras ni a las vidas, por lo que buscar la paz implica desde luego salvar vidas, pero a la vez proteger las escuelas y el patrimonio. La UNESCO está decidida a desempeñar el papel que le corresponde junto al pueblo sirio y en estrecha coordinación con sus aliados”, concluyó Bokova.