La UNESCO creará en Beirut (Líbano) un observatorio de salvaguardia del patrimonio cultural sirio para monitorear el estado del patrimonio construido, mueble e inmaterial de Siria con vistas a combatir el tráfico ilícito y de reunir toda la información necesaria para restaurarlo cuando concluyan los combates
El observatorio tendrá su sede en la oficina de la UNESCO en Beirut y mantendrá una plataforma en línea en la que especialistas nacionales e internacionales intercambiarán información sobre edificios dañados, obras de arte robadas y elementos del patrimonio inmaterial en peligro.
La reunión, titulada “Movilización de la comunidad internacional para la salvaguardia del patrimonio cultural sirio” congregó a más de 120 expertos de 22 países para intercambiar información, definir políticas y mejorar la cooperación internacional durante el conflicto y después de él. Entre los participantes figuraron especialistas en patrimonio cultural de Siria y su diáspora, representantes de ONG sirias, arqueólogos y miembros de varios organismos socios de la UNESCO. Profesores de universidades de Oriente Medio y otras regiones y representantes de las principales casas de subastas del mundo estuvieron igualmente presentes.
Los participantes propusieron también pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que adopte una resolución que facilite la restitución de objetos de arte robados o exportados ilegalmente desde Siria así como prohibir su venta o transferencia.
Subrayaron asimismo la necesidad de “desmilitarizar los sitios culturales”, para así impedir que se usen como bases o blancos militares y hacerlo basándose en la legislación internacional vigente, en particular la Convención para la protección de bienes culturales en caso de conflicto armado (1954), que Siria ha ratificado.
En la reunión destacaron también la necesidad de formar y concienciar a policías y funcionarios de aduanas de la región sobre el papel que les incumbe desempeñar en la lucha contra el tráfico ilegal de objetos culturales.
“En algunas zonas estamos alcanzando un punto sin retorno en lo que respecta al patrimonio cultural sirio”, advirtió Irina Bokova, Directora General de la UNESCO. “La destrucción del patrimonio supone una hemorragia cultural que se suma a la trágica crisis humanitaria y al sufrimiento del pueblo sirio”, añadió.
La Directora General de la UNESCO se mostró particularmente preocupada debido a los recientes daños causados a la sinagoga de Eliyahu Hanabi, en Damasco.
“La destrucción de una de las sinagogas más antiguas de Siria es un nuevo ataque a su patrimonio cultural y religioso, que ya ha sufrido daños enormes”, declaró la Directora General, refiriéndose al hecho de que Siria alberga monumentos significativos de las confesiones cristiana, judía y musulmana.
“Esa sinagoga es un testimonio de la diversidad cultural de la historia de Siria y de su potencial para la coexistencia pacífica de todas las comunidades en el país”, añadió.
La Directora General agradeció la solidaridad y el apoyo mostrados por los participantes sirios de diversas tendencias y los expertos frente a la amplitud de la tragedia que vive el país.
Varios sitios arqueológicos inestimables de Siria, centros históricos y monumentos han sido devastados desde que empezó el conflicto, en marzo de 2011. Entre ellos, los seis sitios del patrimonio mundial de Siria, como son:Ciudad Vieja de Alepo (1986); Ciudad Vieja de Bosra (1980); Ciudad Vieja de Damasco (1979); Ciudades Viejas del Norte de Siria (2011); Crac de los Caballeros y Qal’at Salah El-Din (2006) y el Sitio de Palmira (1980) especialmente la Ciudad Vieja de Alepo y el Crac de los Caballeros. Además, existen pruebas de que se han usado con fines militares y han sido objeto de bombardeos directos y de explosiones intencionales.
El patrimonio mundial y otros muchos vestigios arqueológicos han estado expuestos a excavaciones ilegales, destrucción intencionada, construcciones ilegales y ocupación humana.
El patrimonio cultural inmaterial, que incluye prácticas culturales y artes del espectáculo entre otras muchas cosas, está también en serio peligro como consecuencia de la fragmentación social y los desplazamientos de la población.
En Alepo, muchos talleres artesanales, herramientas y materiales han quedado completamente destruidos y se han suspendido las actividades de enseñanza de estos saberes. En zonas cercanas a Damasco, cuya ciudad vieja está relativamente intacta, en cambio se ha visto muy afectada la producción de cerámica tradicional Qishani y de tejidos.
“Es fundamental que la prensa informe al público de la crisis del patrimonio cultural sirio”, declaró Francesco Bandarin, Subdirector General de Cultura en la UNESCO. “Los marchantes de arte y sus clientes deben saber que existe riesgo de tráfico ilícito y también que bandas mafiosas internacionales están utilizando esta crisis para tratar de vender objetos genuinos y falsos procedentes de Siria”, añadió.
La reunión de expertos contó con el apoyo financiero del gobierno de Flandes y se inscribe en el marco de un proyecto financiado por la Unión Europea con 2,5 millones de euros llamado “Salvaguardia urgente del patrimonio cultural sirio”. Este proyecto se lleva a cabo desde la oficina de la UNESCO en Beirut desde el pasado marzo.