El tema del Foro, de alta prioridad para la UNESCO, es especialmente oportuno en el contexto del movimiento Black Lives Matter y la pandemia de la COVID-19, que ha amplificado muchos problemas sociales estructurales, incluida la discriminación
Coorganizado por la UNESCO y la República de Corea, el Foro tratará de identificar las acciones políticas y los puntos de referencia contra el racismo y la discriminación, en línea con las normas internacionales y con el apoyo de los resultados de la investigación basada en la evidencia en las ciencias sociales y humanas. También servirá de base para la preparación de la hoja de ruta de la UNESCO contra el racismo y la discriminación.
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, inauguró el Foro, y estuvo acompañada por el Secretario General de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría. Entre los participantes hubo líderes, defensores e intelectuales de todo el mundo, entre ellos Martin Luther King III, Forest Whitaker (actor y Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO), Michelle Bachelet (Alta Comisionada para los Derechos Humanos), Yvonne Aki Sawyerr (alcaldesa de Freetown, Sierra Leona), Ada Colau, (alcaldesa de Barcelona, España), Carolina Cosse (alcaldesa de Montevideo, Uruguay), y Kailash Satyarthi (Premio Nobel de la Paz), así como ministros, responsables políticos, expertos, miembros de la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicación.
El reciente recrudecimiento de la discriminación estructural basada en la raza y la etnia, incluida la violencia racial, como se ha visto en los movimientos de protesta mundiales, requiere un compromiso renovado de la comunidad internacional para construir un frente fuerte que frene el racismo y la discriminación.
La discriminación directa e indirecta, dirigida a grupos e individuos en función de su etnia, origen, identidad (incluida la cultural y religiosa), género, edad, estatus socioeconómico, capacidad física y otros criterios injustos, ha proliferado en las sociedades, exacerbando las desigualdades y la exclusión, especialmente en el contexto de la pandemia de la COVID-19.
Los participantes en el Foro examinaron las formas de reforzar el trabajo de la UNESCO y su amplia red de socios en este ámbito, y destacarán la urgente necesidad de superar la discriminación, en consonancia con el «Llamamiento Mundial contra el Racismo» adoptado recientemente por los Estados Miembros de la UNESCO. El Llamamiento Mundial invita a los países a «llevar a cabo iniciativas destinadas a reforzar la cooperación local, regional y mundial para combatir el racismo y la discriminación».
También se emitirá un nuevo sello de correos de la ONU, «Unidos contra el racismo y la discriminación», que reproduce la identidad visual de la serie de clases magistrales de la UNESCO contra el racismo y la discriminación.
Promoción de los derechos, la inclusión y la no discriminación
Aunque avances significados se han logrados en muchos sectores, las sociedades siguen siendo objeto de discriminación, racismo y de desigualdades. Ninguno de los múltiples y complejos desafíos de nuestro tiempo pueden ser abordados de manera efectiva sin inclusión. Este es el rotundo mensaje de la Agenda 2030 y de su promesa de “no dejar a nadie atrás”.
Para transformar esa visión en realidad en un mundo multicultural, las iniciativas deben basarse en los derechos humanos y la igualdad de género, y promover la apertura, la empatía y otros valores comunes. Esta es la piedra angular de la labor normativa y operacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que fomenta el respeto, la protección y la realización de los derechos en las esferas donde la UNESCO posee conocimientos especializados y una ventaja comparativa evidentes.
Las ciudades desempeñan un papel esencial en la promoción de la diversidad y la inclusión, centrándose en los grupos más desfavorecidos como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, la juventud, las personas migrantes y refugiadas, las mujeres y niñas vulnerables, y las personas mayores. En un mundo cada vez más urbano, muchos de los principales desafíos que surgen para la sociedad provienen de las ciudades, por lo que es en ellas donde deben afrontarse, desde el aumento de las desigualdades hasta la pobreza y la discriminación en todas sus formas. Como centros de migración, diversidad y conectividad, las ciudades, son también lugares de innovación, intercambio, aprendizaje, diálogo y cooperación y, como tal, son los mismos espacios donde se encontrarán soluciones creativas a los desafíos contemporáneos.
Además, basándose en sus más de 25 años de experiencia rompiendo el silencio sobre la trata de esclavos y la esclavitud, la UNESCO destaca los vínculos entre la historia de la ruta del esclavo y las expresiones modernas de prejuicio, racismo y discriminación. La UNESCO pone también de relieve las contribuciones de las personas esclavizadas a las sociedades que las acogieron por medio de la identificación, la preservación y la promoción de lugares e itinerarios conmemorativos.
En respuesta a estos restos y aplicando un enfoque basado en los derechos humanos y una perspectiva de género, la UNESCO está trabajando con los Estados Miembros, las partes interesadas locales y diferentes asociados mediante el diálogo, el desarrollo de capacidades y la promoción.
Desde el derecho a la educación y el derecho a la ciencia hasta el derecho a la diversidad cultural y el derecho a la libertad de expresión: los derechos humanos fundamentales son, por una parte, la expresión universal de los valores e ideales en torno a los que gira la UNESCO y, por otra, un llamamiento a la acción para garantizar que esas normas sean uno de los pilares de su misión.
La UNESCO basa su cooperación con las ciudades para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 5, 11 y 16, así como la Nueva Agenda Urbana, sobre los derechos humanos, la inclusión y la no discriminación. Además, contribuye a la consecución de la meta 4.7 de los ODS.
Ver encuentro: YouTube: https://youtu.be/h1S0OvlUGxs