El movimiento de ciencia abierta tiene como objetivo hacer la ciencia más accesible, más transparente y, en última instancia, más eficaz
Reconocen “el poder de la cooperación científica y la diplomacia para unir a las naciones”
Los descubrimientos y avances científicos se deben compartir. Este es el significado de la Declaración a favor de la “ciencia abierta”, ciencia sin barreras ni fronteras, formulada conjuntamente el 27 de octubre por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), con la participación de Fabiola Gianotti, Directora del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).
La epidemia de la COVID-19 demuestra la urgente necesidad de reforzar la cooperación científica y garantizar el derecho fundamental de acceso universal al progreso científico y sus aplicaciones.
Por “ciencia abierta” se entiende el acceso libre a las publicaciones científicas, los datos y la infraestructura, así como a los programas informáticos gratuitos, los recursos educativos y las tecnologías abiertas, como los ensayos o las vacunas. La ciencia abierta también promueve la confianza en la ciencia en un momento en que proliferan los rumores y la desinformación, hasta el punto de que se ha hablado de una “infodemia”.
«Antes de la crisis de COVID-19, solo una de cada cuatro publicaciones científicas era de libre acceso, lo que privaba a miles de investigadores acceder al trabajo de sus homólogos”, explicó la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay. «Hoy en día, los modelos de ciencia cerrada se encuentran en un callejón sin salida porque aumentan las desigualdades entre los países y los investigadores y porque hacen que el progreso científico solo sea accesible para una minoría.”
“La crisis sanitaria ha demostrado el increíble potencial de la colaboración científica que nos ha permitido secuenciar el genoma del virus tan rápidamente», añade Audrey Azoulay. “La solidaridad mostrada por la comunidad científica es un ejemplo para el futuro: frente a los desafíos globales, ahora más que nunca, necesitamos una inteligencia colectiva. A medida que los países piden colaboración científica internacional; a medida que la comunidad científica, la sociedad civil, los investigadores y el sector privado se movilizan en estos tiempos sin precedentes; la urgencia de la transición a la ciencia abierta nunca ha sido más evidente.”
Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, señaló que «la supresión o negación de las pruebas científicas en algunos sectores -y la reticencia a adoptar políticas basadas en pruebas- ha amplificado el daño devastador generado por la pandemia». Un principio básico de la salud pública es la necesidad de un compromiso pleno y honesto con el público”, dijo. “El uso de la fuerza no mitigará ni pondrá fin a esta pandemia, pero sí lo hará el uso de la ciencia, el consentimiento público informado y el respeto”.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, mencionó las acciones mundiales emprendidas por su institución para proporcionar un mayor acceso a los beneficios de la ciencia en el contexto de la pandemia. Citó el llamamiento a la acción solidaria realizado conjuntamente por el Presidente de Costa Rica, la OMS y Fondo de Acceso a la Tecnología (C-TAP).
En su Declaración Conjunta Audrey Azoulay, Tedros Adhanom Ghebreyesus y Michelle Bachelet “reconocen el poder de la cooperación científica y la diplomacia para unir a las naciones, la sociedad civil, el sector privado y el mundo, al mismo tiempo que subrayan la importancia de la adopción de decisiones basadas en pruebas.”
“Reiteramos que las políticas públicas eficaces y sostenibles deben basarse en la información, los hechos y los conocimientos científicos sólidos en beneficio de todos”, añaden. “Invitamos a todos los Estados Miembros, a los responsables de la formulación de políticas, a los representantes de la sociedad civil, a la juventud y a la comunidad científica a que promuevan los ideales de la ciencia abierta, en todas las etapas del proceso científico, con miras a la adopción de la Recomendación Internacional sobre la Ciencia Abierta”, concluyen.
A petición de sus Estados Miembros, la UNESCO emprendió la preparación del proyecto de recomendación, proceso que supuso una amplia consulta en la que participaron científicos, gobiernos e instituciones como la OMS y el CERN.
El primer proyecto de texto se acaba de distribuir a los Estados Miembros de la UNESCO. Aboga por una ciencia más transparente, accesible, equitativa e inclusiva en la que se tenga en cuenta el conocimiento tradicional e indígena, una ciencia que esté más cerca de los responsables de la toma de decisiones y de los ciudadanos.
El anteproyecto de la Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia Abierta está actualmente abierto a comentarios. El texto revisado será tratado por los Estados Miembros, que se espera que adopten la versión final en la próxima Conferencia General de la organización en noviembre de 2021.