En respuesta a la destrucción del patrimonio cultural de Siria, la UNESCO se asoció con profesionales de la arqueología y el patrimonio para evaluar las necesidades materiales de los agentes sobre el terreno para ayudarles a continuar con sus acciones de protección del patrimonio
En especial se constató la necesidad urgente de conseguir materiales indispensables para la evacuación y salvaguardia de colecciones, materiales de conservación para preservar las piezas frágiles y restaurar las piezas dañadas, así como materiales de estudio y de registro para permitir que se continúe el inventario y documentación científica del patrimonio sirio, para así facilitar su identificación, su gestión y la conservación de datos.
En coordinación con el Centro Arqueológico Europeo y Museo Bibracte (Francia), se realizó una vasta colecta que movilizó a más de 50 instituciones, asociaciones y profesionales independientes del mundo de la cultura, de archivos, bibliotecas, museos, arqueología, de la restauración y del arte repartidos en el conjunto del territorio francés y suizo. En total, se reunieron cerca de siete toneladas de material que fueron enviadas a Beirut (Líbano) para ser encomendadas a la Oficina de la UNESCO en Beirut. La UNESCO por su parte ha realizado una donación a los profesionales de arqueología, patrimonio y museos de Siria, que recibieron el material el pasado 7 de marzo.
Además de ser un apoyo significativo en términos de materiales esenciales para las acciones sobre el terreno, esta aportación es una muestra de apoyo a aquellos que trabajan para proteger un patrimonio que tiene un claro valor no sólo para la historia del pueblo sirio sino para toda la humanidad en su conjunto.
Siria posee un patrimonio cultural de una riqueza excepcional que desde 2011 ha sido seriamente afectado por el conflicto que vive el país, con la destrucción creciente de sus monumentos más importantes, en especial aquellos inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Numerosos sitios arqueológicos han sido devastados y saqueados por grupos organizados con la intención de exportar de forma ilícita objetos arqueológicos y obras de arte para ser vendidos en el mercado internacional del arte.
Desde 2011, y más aún desde la adopción de la resolución 2199 del 12 de febrero de 2015 del Consejo de Seguridad de la ONU, la UNESCO está al cargo de la misión de hacer frente al grave daño que se está infringiendo al milenario patrimonio de Siria. La UNESCO ha encomendado a su Oficina en Beirut (Líbano) la puesta en marcha de planes de acción para movilizar a actores locales, ONG y colaboradores de la comunidad internacional mediante el proyecto de Salvaguardia de emergencia del patrimonio cultural sirio, financiado por la Unión Europea, el Gobierno de Flandes y Austria.