Diana Ochoa, del Grupo de Geociencias Oceánicas, participa en la misión científica internacional cofinanciada por la Unión Europea junto a investigadores de España, Francia, Perú, Argentina y Chile
La investigación analiza los sedimentos del lago para estudiar los cambios climáticos de los últimos milenios y evaluar si el clima actual ha sobrepasado los límites naturales de variabilidad
El Lago Parinacochas (Ayacucho) es uno de los pocos lagos naturales en el flanco occidental de los Andes que, además, conserva un registro de información único sobre las variaciones climáticas del pasado.
En este contexto, la investigadora Diana Ochoa, del Departamento de Geología y miembro del Grupo de Geociencias Oceánicas de la Universidad de Salamanca (USAL), acaba de regresar de la misión científica internacional desempeñada en esa región del planeta con el objetivo principal de extraer testigos de sedimento del centro del lago que permitirán estudiar los cambios climáticos de los últimos milenios y evaluar si el clima actual ha sobrepasado los límites naturales de variabilidad.
Como explica la geóloga de la Universidad de Salamanca a Comunicación USAL, el estudio de estos sedimentos “no sólo permitirá definir cambios significativos en el clima y ambientes locales, sino que brindará nuevas perspectivas para entender si los patrones climáticos actuales se desvían de la variabilidad natural, y sobre la evolución del clima en los Andes y su relevancia para los desafíos actuales relacionados con el cambio climático global”.
La investigación, desarrollada bajo el título «Desentrañando el Clima de los Andes: Sedimentos del Lago Parinacochas como archivos climáticos» por un consorcio de investigadores procedentes de instituciones de España, Francia, Perú, Argentina y Chile, se enmarca, a su vez, en el proyecto «Climate Emergence and Long-Term Variability in the Southern Peruvian Andes”, cofinanciado por la Unión Europea.
Paisaje y ecosistemas costeros en los últimos 20.000 años
A pesar de las agrestes condiciones climáticas, la misión cumplió el objetivo.
El núcleo más extenso que se recuperó alcanzó los 7.5 metros y se anticipa que el estudio podría llegar hasta los 21.000 años atrás, un período que coincide con la última era glacial máxima experimentada por la Tierra.
Asimismo, la expedición también aprovechó para explorar y analizar la flora actual de la vertiente oriental de los Andes, desde la costa hasta la puna, necesario para estudiar los cambios pasados en la vegetación y el paisaje andino.
Al respecto, Ochoa apunta que está interesada en entender cuál es el efecto de los cambios climáticos sobre el paisaje y ecosistemas costeros y andinos, “el estudio del polen recuperado de estos sedimentos nos permitirá estudiar la respuesta de las comunidades vegetales a diversos estadios climáticos de los últimos veinte mil años”. Concretamente, “podremos ver cambios en diversidad y composición florística o en la altura de la línea de árboles, cambios que en ultima nos permitan entender la historia de configuración del actual paisaje”, destaca.
Por ello, para la geóloga, incorporada a la Universidad de Salamanca a través del programa USAL4EXCELLENCE en marzo de 2023, estar “en campo” como miembro del equipo es importante porque “me permite conocer de primera mano el estado actual de la flora y del ecosistema en general, y da un punto de referencia sobre el cual empezar a trabajar”, concluye.
Estudio del material recuperado en laboratorios de la USAL
Parte del material recuperado tras la expedición será estudiado en los laboratorios del Grupo de Geociencias Oceánicas y en el de Radiaciones Ionizantes, incorporando especialistas de distintas ramas de las Ciencias de la Tierra e implicando a estudiantes de máster del Programa de Geología Ambiental y Aplicada de la Universidad de Salamanca. Esta contribución académica representa un paso significativo hacia la comprensión más profunda de los datos recogidos en el Lago Parinacochas y su aplicación en el estudio del cambio climático en la región.
El Grupo de Geociencias Oceánicas (GGO) de la Universidad de Salamanca ha centrado su trabajo en estudios sobre cambio climático gracias al empleo de técnicas micropaleontológicas y biogeoquímicas aplicadas al estudio de testigos oceánicos.
Durante los cinco últimos años sus acciones se han concentrado en estudios paleoclimáticos y paleoceanográficos del Mediterráneo y Atlántico norte de los últimos 100.000 años, sin olvidar la línea de estudio sobre Atlántico sur y Antártico.
La especialización que ha alcanzado el grupo en este campo ha conducido a que la producción de sus miembros se ligue a otras instituciones nacionales e internacionales.
Por otra parte, el “Máster Universitario en Ciencias de la Tierra: Geología Ambiental y Aplicada” de la Universidad de Salamanca aúna la creciente demanda de conocimientos en campos interdisciplinares que incluyen el manejo y el desarrollo de los materiales geológicos y los recursos geológicos asociados, la conservación y la recuperación del medioambiente y la prevención y mitigación de riesgos naturales, así como la modelización de procesos.
Por tanto, su objetivo específico es integrar todos estos campos a un nivel elevado con el fin de activar la comprensión multidisciplinar de los procesos geológicos que afectan al medioambiente.