Gracias al apoyo de MinCultura, ICBF y Fundalectura, hasta el 22 de noviembre, Colombia estará representada en la Bienal de Venecia, Italia con una selección de audios de lenguas indígenas en riesgo de desaparecer
En el marco del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores y gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y Fundalectura, se seleccionó un compendio de audios de lenguas indígenas en riesgo de desaparecer, las cuales hacen parte de la audioteca De agua, viento y verdor, que consta de paisajes sonoros, cantos y relatos indígenas para niños y niñas, que recoge las voces de nueve comunidades indígenas del país: Camëntsá, Coreguaje, Embera Chamí, Sáliba, Kokama, Yagua, Awá, Etenaca y Wiwa en el que se muestra la riqueza de nuestros ancestros indígenas, sus lenguas, relatos y costumbres, además de permitir que sus lenguas en riesgo de extinción sean escuchadas, valoradas y revitalizadas.
Fragmentos sonoros provenientes de 15 países de América Latina, entre los que se encuentra una selección de la audioteca De Agua Viento y Verdor, harán parte del pabellón del Instituto Italo-Latinoamericano (IILA), “Voces indígenas, Cuando la Voz es el Alma de un Pueblo”, a cargo del curador Alfons Hug, para quien las voces indígenas de América no son lenguas muertas, sino un tesoro genético-cultural vivo por redescubrir.
“Estamos muy contentos, sobre todo por todas las comunidades indígenas que nos permitieron compartir su música y sus sonidos. Todo un universo sonoro que ahora está al alcance de los niños de Colombia”, explica León David Cobo, quien tuvo a su cargo la grabación, edición, producción musical y curaduría de la audioteca -por cuyo trabajo resultó seleccionado junto a María Cristina Rincón y Claudia Rodríguez-, para quien el resultado final es producto de un gran trabajo en equipo.
“El talento humano del equipo que se encargó de producir y post producir la audioteca luego de año y medio de trabajo es lo que nos tiene en la Bienal de Venecia: estoy hablando del Ministerio de Cultura, ICBF y Fundalectura, gracias a estas tres instituciones logramos estos resultados”, afirma con vehemencia el artista sonoro, quien estuvo a cargo de la serie documental Expedición sonora, así como un proyecto de similares características en el Río Orinoco que recibió el apoyo del Ministerio de Cultura de Colombia.
“Los ojos del mundo están puestos en los indígenas, porque ellos son la esperanza del planeta”, puntualiza León David, para quien el sonido es medio a través del que cualquiera puede expresarse. “Al igual que la música, el sonido es un elemento expresivo en el que una parte tiene un carácter material”, explica el artista sonoro, cuya intención no ha sido otra que la de expresarse de una manera artística a través del sonido.
Conformada por un libro y nueve discos compactos, De agua, viento y verdor contiene cantos, relatos y arrullos de la tradición oral de las nueve comunidades indígenas ya mencionadas, acompañados de textos escritos en sus lenguas originarias y castellano, así como de paisajes sonoros que recogen diversos registros del viento, agua y animales que se escuchan en cada uno de estos territorios y que hace parte de su entorno, junto a fotografías de ambientes cotidianos, lugares de juego y espacios ceremoniales, al igual que información de contexto respecto a los mitos de origen, costumbres alrededor del embarazo, la crianza y educación de los niños; anotaciones sobre las lenguas y su uso cotidiano.
»Este es un pilar importantísimo para el fortalecimiento de nuestra lengua materna; especialmente en la Primera Infancia, con la colaboración de nuestros sabedores y abuelos, tíos y tías que han venido en este proceso esencial para la preservación de nuestra cultura», comentó Wilson Chindoy Jacanamijoy, miembro de la comunidad Camëntsá del Valle del Sibundoy (Putumayo) durante la entrega de la audioteca a las comunidades (Ver «De agua, viento y verdor: un homenaje a nuestras lenguas indígenas), quien destacó el que la audioteca recogiera canciones al medio ambiente, la vida cotidiana, el territorio y la paz. »Aspectos que para nosotros son de gran importancia y que ahora están en este documento del que nos sentimos felices de haber podido hacer parte».
»Para nuestro pueblo, y para todos nuestros hermanos indígenas, nuestra fortaleza está en nuestros propios dialectos; y a través del canto y de estas manifestaciones culturales, estamos reviviendo y fortaleciendo todo este legado. Por eso tenemos el compromiso de seguir trabajando junto con nuestros niños, para que puedan tener este tipo de material didáctico», subrayó Wilson, para luego insistir en la necesidad de continuar contando con el apoyo de instituciones como el Ministerio de Cultura de Colombia, Fundalectura y el ICBF.