Esta fiesta de las Fallas de Valencia se celebra para dar la bienvenida a la primavera por comunidades de la ciudad y región de Valencia. Está inscrita en Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO desde 2016
Por Giovanna G. de Calderón. MUJERES Y PATRIMONIO
La noche del 18 de marzo una espectacular Nit del Foc cerró las Fallas 2023.
En el siglo XIX en vísperas de la festividad de San José, los carpinteros quemaban muebles viejos en la puerta de sus talleres para celebrar el fin del invierno y, según parece, se cree que éste fue el origen del festejo.
Sin olvidar que la palabra valenciana falla significa «antorcha». En la actualidad, su originalidad radica en la construcción e instalación de enormes grupos escultóricos (fallas) compuestos por efigies caricaturescas (ninots), que los artistas y artesanos locales crean inspirándose en sucesos de la actualidad política y social. Para simbolizar la purificación y renovación primaverales de la actividad social se les prende fuego el último día, que marca el fin de los festejos.
En pleno siglo XXI, el papel de la mujer en las fallas es residual. Según declaraciones del director del Museu Faller de Valencia, Gil-Manuel Hernández, al diario LEVANTE: el arte fallero, el diseño y confección de los «ninots» sigue estando lleno de «estereotipos de género». Las figuras de la mujer en los monumentos la muestran en roles propios de una «cosmovisión» masculinizada cuando no «machista». Las mujeres no son representadas como ejecutivas, profesionales o trabajadoras, sino que aparecen en muchos casos con roles de género muy estigmatizados como «madres, abuelas, princesas o reinas». No obstante, el arte fallero ha evolucionado mucho y se han eliminado «ciertas expresiones» y ya no se realizan «escenas degradantes» para las mujeres.
El informe presentado en 2019 por el Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia sobre el papel de la mujer en la fiesta, indicaba la baja participación que tienen las mujeres en todos los ámbitos de la celebración, así como en las estructuras de gestión de la misma. Concluía que la Fiesta de las Fallas se encuentra muy lejos de ser igualitaria, en cuanto a perspectiva de género se refiere, lo que levantó una gran polémica.
No obstante, la sociedad trabaja día a día para conseguir una igualdad real y en todos los ámbitos. En 2023, las artistas falleras todavía representan una minoría dentro del sector: tan solo 17 mujeres forman parte del Gremio Artesano de Artistas Falleros formado por 202 agremiados. Si bien las mujeres constituyen el 8%, estas cifras reflejan un pequeño incremento respecto al pasado 2021, cuando solo eran el 5% del sector.
Muchas de ellas ya habían formado parte de este oficio desde bien pequeñas, como es el caso de Carmen Guaita quien heredó el taller de su padre Salvador Guaita. Junto a su hermana lleva 40 años creando fallas y carrozas.
Marta Póvez o Miriam García son otro ejemplo de mujeres que se han formado y se han especializado como Artistas Falleras en la Construcción de Escenografías. Las tres artistas reconocen que la mayoría de mujeres se dedican a hacer fallas infantiles porque es más cómoda, y no necesita tantos colaboradores como las grandes, que no se pueden emprender en solitario.
Sin embargo, tenemos el caso de la ilustradora valenciana Marina Puche, la primera mujer en la historia que, junto al artista Manolo García, ha diseñado Cardioversió valenciana, la falla grande del Ayuntamiento de Valencia.
Marta Póvez anima a las mujeres a participar porque en el sector de las Fallas ya empiezan a estar bien valoradas.
¡Esperemos que, en pocos años, muchas mujeres participen en las Fallas de Valencia en igualdad de condiciones!
La fiesta de las Fallas de Valencia declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Celebrada por comunidades de la ciudad y región de Valencia, esta fiesta tradicional anuncia la llegada de la primavera. Se caracteriza por la construcción e instalación de grandes grupos escultóricos de efigies caricaturescas (fallas), creados por artistas y artesanos locales que se inspiran en sucesos de la actualidad política y social.
Para simbolizar la purificación y renovación primaverales de la actividad social de las comunidades, las fallas se erigen en las plazas de la ciudad entre el 14 y el 19 de marzo y se les prende fuego este último día, que marca el fin de las festividades.
Forman también parte de la fiesta múltiples desfiles callejeros de bandas de música, comidas al aire libre y quemas de castillos de fuegos artificiales.
Transmitida en el seno de las familias, la práctica de esta festividad cultural refuerza la cohesión social y propicia la creatividad colectiva de las comunidades.