El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, alertó en el Foro de la Nueva Economía de que la mayor amenaza a la que se enfrenta actualmente Europa son los “demonios del siglo XX”, entre los que enumeró el racismo, la xenofobia, la intolerancia, el miedo y el antisemitismo
Schulz reconoció que pensaba que “todos esos ingredientes, que desembocaron en dos guerras mundiales”, habían desaparecido, al tiempo que confesó que asumió su equivocación cuando observó los ataques en París a la redacción del semanario satírico ‘Charlie Hebdo’ y al supermercado judío de la capital gala por parte de extremistas religiosos.
Del mismo modo, manifestó que hace 25 años nadie se habría atrevido a plantearse la posibilidad de que en el corazón de Europa estallase una guerra, una posibilidad que hoy se contempla tras los combates de las tropas ucranianas y de los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.
En un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Schulz se confesó partidario de una Europa “rica, próspera, moderada y que respeta a sus vecinos”, ya que, “a pesar de lo que dicen por ahí, lo mejor que hemos tenido en nuestro continente a lo largo de la historia ha sido la Unión Europea (UE)”.
Por esa razón, consideró que ante los problemas y amenazas que sacuden actualmente a la Unión Europa, entre los que se encuentra la irrupción de los terroristas del autodenominado Estado Islámico, hay que demostrar “coraje y encontrar una solución coordinada entre todos los socios, tal y como se ha hecho siempre en este gran proyecto común”.
Asimismo, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, aseguró en el Foro de la Nueva Economía que “si los jóvenes no encuentran empleo, la democracia está peligro”, ya que consideró que aumenta el riesgo de que se dejen seducir por las nuevas formaciones populistas.
En ese sentido, reconoció en el acto organizado por Nueva Economía Fórum que “sólo con austeridad y recortes presupuestario no se va a ninguna parte”, por lo que es necesario, a su juicio, que los Estados miembros comprendan que el control de la deuda y la sostenibilidad de los presupuestos nacionales deben combinarse con medidas que impulsen el crecimiento y fomenten la creación de puestos de trabajo.
Del mismo modo, subrayó que el control de la deuda “no es un capricho alemán”, sino una cuestión de “solidaridad intergeneracional”, ya que “los hijos no deben ser las víctimas de los errores de sus padres”.
Ello le sirvió para señalar que durante las discusiones que desembocaron en la creación del denominado ‘Plan Juncker’ se produjo un “auténtico debate ideológico” entre los defensores de la austeridad a ultranza y aquellos que abogaban por políticas de crecimiento.
“Muchas de las personas que forman parte de la UE se habían olvidado de que el Pacto de Estabilidad, que establece que los Estados miembros deben tener un máximo del 3% de déficit y del 60% de deuda pública, también se llama de crecimiento”, aseveró.
El presidente del Parlamento Europeo aseguró que en la UE no va a haber una “recuperación efectiva” en tanto no se luche contra el fraude y la evasión fiscal, ya que “no es justo que toda la carga impositiva de un país recaiga sobre el conjunto de la sociedad y sobre las pymes, mientras las grandes empresas tributan en otros lugares”.
Martin Schulz también lamentó que la dificultad de acceso al crédito está provocando que “muchos grandes talentos” no puedan cumplir sus expectativas ante la ausencia de financiación para sus proyectos.
Ante esta situación, abogó por la creación de un Banco de Capital Riesgo para Pymes, ya que en Europa se necesita “una cultura basada en el capital riesgo”. Uno de los grandes problemas del viejo continente, desde su punto de vista, es que, a diferencia de EE.UU., “si fracasas, estás acabado”.
Schulz reconoció que uno de los grandes problemas del proyecto europeo es la “enorme desconfianza que existe entre los políticos y la ciudadanía”, lo que se debe a que la clase política se limita a hacer promesas a largo plazo. “¿Qué tiempo va a esperar ese joven que actualmente no encuentra trabajo? Si los jóvenes no encuentran empleo, la democracia está en peligro”.
Por otra parte, en referencia a España, el presidente del Parlamento Europeo resaltó el contraste existente entre la situación actual y lo que ocurría hace 10 años cuando el país era conocido como el “tigre ibérico”.
Schulz concluyó observando que los contribuyentes españoles tuvieron que pagar un “alto precio” como consecuencia de un “sistema injusto basado en una serie de especuladores que ganaron ingentes cantidades de dinero, no pagaron impuestos y fueron los ciudadanos quienes pagaron la factura de la quiebra”.