Medio millón de personas que viven en el África subsahariana mueren cada año por este tipo de productos. Los países de la región, con apoyo de la ONU, están aunando fuerzas para luchar contra esta lacra
En el verano de 2022, 70 bebés y niños gambianos murieron por insuficiencia renal tras ingerir jarabe para la tos ilegal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta mundial informando que cuatro productos sanitarios infantiles procedentes de la India estaban contaminados.
Desde gel desinfectante defectuoso hasta píldoras falsas contra la malaria, la ONU y los países aliados de la región africana del Sahel combaten meticulosamente un comercio ilícito que creció durante la pandemia de COVID-19 en 2020.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), los medicamentos de calidad deficiente o falsos, como el jarabe infantil para la tos de contrabando, matan anualmente a cerca de medio millón de subsaharianos.
El informe explica cómo las naciones del Sahel, una franja de 6000 kilómetros de ancho que se extiende desde el Mar Rojo hasta el Atlántico y en la que viven 300 millones de personas, están aunando fuerzas para detener los medicamentos falsos en sus fronteras y exigir responsabilidades a los autores.
Mientras se produce esta lucha, los habitantes del Sahel se enfrentan en una contienda sin precedentes: el conflicto y la violencia han desplazado a más de 2,9 millones de personas y los ataques de los grupos armados provocaron el cierre de 11.000 escuelas y 7000 centros de salud.
Disparidad entre la oferta y la demanda médica
A este violento escenario se le une la escasa atención sanitaria regional que cuenta con una de las incidencias de malaria más altas del mundo, todo ello en una región donde las enfermedades infecciosas son una de las principales causas de muerte.
«La disparidad entre la oferta y la demanda de atención médica se cubre, al menos en parte, con medicamentos obtenidos ilegalmente», señala el informe, que explica que los mercados callejeros y los vendedores no autorizados, especialmente en zonas rurales o afectadas por conflictos, son a veces las únicas fuentes de medicamentos y productos farmacéuticos.
Más de 200.000 muertos
El estudio muestra el elevado coste del comercio ilegal de medicamentos, en términos de atención sanitaria y vidas humanas.
Los falsos medicamentos contra la malaria matan anualmente a 267.000 personas en el Sahel, mientras que unos 170.000 niños mueren cada año por antibióticos no autorizados utilizados para tratar neumonías graves.
El tratamiento de las personas que han utilizado productos médicos falsificados o de baja calidad para el tratamiento de la malaria en el África subsahariana cuesta hasta 44,7 millones de dólares al año, según estima la Organización Mundial de la Salud.
Corrupción en las cadenas de suministros
La corrupción es una de las principales razones por las que se permite que florezca este comercio.
Se calcula que cerca del 40% de estos productos, denunciados en los países del Sahel entre 2013 y 2021, aterrizan en las cadenas legales de suministros, revela el estudio. Estos medicamentos suelen proceder de países exportadores como Bélgica, China, Francia e India y algunos llegan a las estanterías de las farmacias.
Los implicados en estas tramas son trabajadores de empresas farmacéuticas, funcionarios públicos, agentes de la ley, trabajadores de agencias sanitarias y vendedores ambulantes, todos ellos motivados por un posible beneficio económico.
Aunque se suele asociar el tráfico de medicinas en el Sahel a los grupos terroristas y a los grupos armados no estatales, éste gira principalmente en torno al consumo de medicamentos o a la extorsión, camuflados como supuestos “impuestos”, sobre los envíos en las zonas bajo su control.
Recortar la oferta, satisfacer la demanda
Con esta problemática de fondo, se está intentando adoptar un enfoque regional del problema, en el que participen todos los países de la región. A excepción de Mauritania, todos los países del Sahel ratificaron un tratado para crear una agencia africana de medicamentos y una iniciativa de Armonización de la Reglamentación de Medicamentos en África.
Según los datos de la agencia, todos los países del Sahel cuentan con disposiciones legales relativas al tráfico de productos médicos, pero algunas de ellas son obsoletas. La agencia recomendó, entre otras cosas, revisar la legislación y mejorar la coordinación entre las partes interesadas.
Medidas adoptadas por los Estados
Asimismo, señaló que los operativos policiales y judiciales deben priorizar la protección de la cadena de suministro legal, y destacó que las autoridades regionales incautaron unas 605 toneladas de medicamentos falsos entre 2017 y 2021.
Así, la operación Pangea, coordinada por INTERPOL, socio de la ONU, en 90 países, se centró en la venta en línea de productos farmacéuticos. Como resultado, aumentaron un 18% las incautaciones de antivirales ilegales y un 100% las de cloroquina no autorizada, un fármaco para tratar la malaria.
La directora ejecutiva de la Oficina, Ghada Waly, recordó que «la delincuencia organizada transnacional aprovecha los vacíos de reglamentación y supervisión nacionales para vender productos médicos de calidad inferior y falsificados»
“Tenemos que ayudar a los países a incrementar la cooperación para colmar las lagunas, reforzar la actuación policial y la competencia de la justicia penal, e impulsar la concienciación pública para mantener a salvo a la población», añadió.
Iniciativas
En apoyo de los Estados, la ONU han puesto en marcha varias Iniciativas para combatir el tráfico de estupefacientes y proteger la salud pública
- La Organización Mundial de la Salud lanzó el Sistema Mundial de Vigilancia y Seguimiento, que trabaja en colaboración con un mecanismo de los Estados miembros sobre productos médicos de calidad inferior y falsificados, supervisa los productos y emite alertas a sus 194 miembros
- La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la OMS se asociaron en un grupo de discusión sobre el uso de la inteligencia artificial relacionado con la salud
- El Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI) estudia los productos falsificados y su impacto en la salud y la seguridad de los consumidores
- La Visión Estratégica para África 2030 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito incluye una mayor protección frente a los productos médicos falsificados, y sus Buenas Prácticas Legislativas para Combatir los Delitos Relacionados con los Productos Médicos Falsificados apoyando a los países en la promulgación de leyes y la protección de la salud pública
- La Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la UNODC iniciaron un programa de control de contenedores en 70 países para ayudar a las autoridades a compartir información y garantizar la seguridad de la cadena de suministro