Por primera vez desde la ratificación de la Convención de 2003, Santo Tomé y Príncipe ha reunido a una gran variedad de actores clave para dar un impulso a la salvaguardia de su patrimonio vivo. Representantes de gobiernos y de la sociedad civil debatieron sobre la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial a la luz de las realidades y comunidades locales, trazando así el camino hacia la necesaria revisión de políticas y acciones y el establecimiento de un comité nacional para agilizar el proceso.
Junto con Angola y Mozambique, el país se beneficia de la generosa contribución de Noruega al Fondo del patrimonio cultural inmaterial. Durante un período de dos años, la UNESCO apoyará a estos tres países en la revisión de sus políticas y marcos legislativos y el desarrollo de capacidades para confeccionar inventarios del patrimonio cultural inmaterial presente en sus territorios, en el espíritu de la Convención. La aportación de expertos de Brasil, formados por la UNESCO para ofrecer programas de capacitación, fortalecerá, además, la cooperación Sur-Sur.