En las últimas décadas, se han obtenido grandes avances en relación con el aumento de la esperanza de vida y la reducción de algunas de las causas de muerte más comunes relacionadas con la mortalidad infantil y materna. También se han logrado mejoras en el acceso al agua limpia y el saneamiento, la reducción de la malaria, la tuberculosis, la poliomielitis y la propagación del VIH/SIDA es un ODS
Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es fundamental garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal.
Sin embargo, se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud.
Situación 2017
Desde el año 2000, se han obtenido avances impresionantes en muchos frentes relacionados con la salud. Sin embargo, para cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de aquí al 2030, este proceso deber acelerarse, en particular en las regiones que experimentan la mayor carga de morbilidad.
Salud reproductiva, materna, neonatal e infantil
- En 2015, la tasa mundial de mortalidad materna fue de 216 muertes por cada 100 000 nacimientos. Para lograr la meta de este Objetivo, que establece que en 2030 haya menos de 70 fallecimientos, la tasa de reducción de la mortalidad debe ser de al menos un 7,5%, más del doble de la media registrada entre 2000 y 2015. La mayoría de las muertes maternas pueden prevenirse. En 2016, el 78% de los nacidos vivos en todo el mundo se beneficiaron de atención cualificada durante el parto, frente al 61% en 2000. Sin embargo, en África Subsahariana en ese mismo año, la tasa fue de solo el 53% de los nacidos vivos.
- La tasa de mortalidad de niños menores de 5 años en todo el mundo fue de 43 muertes por cada 1000 nacidos vivos en 2015. Esa tasa representa una reducción del 44% desde el año 2000. La mortalidad de niños menores de 5 años de edad sigue siendo elevada en África Subsahariana, con una tasa de 84 muertes en 2015.
- Los niños son más vulnerables en los primeros 28 días de vida (el período neonatal). En 2015, la tasa mundial de mortalidad neonatal fue de 19 muertes por cada 1000 nacidos vivos, lo que representa una disminución con respecto a las 31 muertes registradas en 2000. La mortalidad neonatal muestra los niveles más altos en Asia Central y Meridional, y en África Subsahariana, con 29 muertes en cada una de esas regiones.
- La prevención de los embarazos no planeados y la reducción del número de casos de maternidad de adolescentes –mediante el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva– es crucial para la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y los adolescentes. En 2017, el 78% de las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años de edad) que estaban casadas o vivían en pareja en todo el mundo satisfacían la necesidad de planificación familiar mediante métodos modernos, en comparación con el 75% en 2000. El progreso ha sido importante en los países menos adelantados, con un aumento de 18 puntos desde 2000 hasta 2017.
- A nivel mundial, la tasa de fecundidad de las adolescentes, con una edad comprendida entre 15 y 19 años, se redujo un 21% entre 2000 y 2015; en América del Norte y Asia Meridional disminuyó en más del 50%. Sin embargo, los embarazos prematuros siguen siendo elevados en dos terceras partes de los países, con más de 20 nacimientos por cada 1000 adolescentes en 2015.
Enfermedades infecciosas
- Se han logrado grandes avances en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En 2015 se registraron en todo el mundo 0,3 nuevas infecciones del VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) por cada 1000 personas; entre los niños menores de 15 años, esa tasa fue del 0,08. Estos datos constituyen una disminución del 45% y el 71%, respectivamente, desde 2000. La incidencia de la infección por el VIH siguió siendo más alta en África Subsahariana, donde hubo 1,5 casos nuevos por cada 1000 personas en 2015.
- En 2015 se declararon 10,4 millones de casos nuevos de tuberculosis en todo el mundo, lo que representa 142 casos nuevos por cada 100 000 personas, una disminución del 17% desde el año 2000. La tasa de incidencia mundial de la malaria en 2015 fue de 94 casos por cada 1000 personas en situación de riesgo, una reducción del 41% desde 2000. En 2015, 1600 millones de personas necesitaron tratamiento y atención por enfermedades tropicales desatendidas, lo que significa una disminución de un 21% respecto a 2010.
- Alrededor de 1,34 millones de muertes se atribuyeron a la hepatitis en 2015, incluidos 0,9 millones de muertes a causa de la hepatitis B, enfermedad que se puede prevenir mediante vacunación. La cobertura mundial de vacunación para esta enfermedad entre los niños de 1 año de edad aumentó del 29% en 2000 al 84% en 2015.
- Un importante factor de riesgo de enfermedades infecciosas y mortalidad es la falta de servicios de agua apta para el consumo, saneamiento e higiene, que afecta de manera desproporcionada a las regiones de África Subsahariana, y Asia Central y Meridional. Las tasas de mortalidad debidas a la falta de esos servicios en ambas regiones fueron de 46 y 23 por cada 100 000 habitantes, respectivamente, frente a 12 por cada 100 000 en todo el mundo en 2012.
Enfermedades no transmisibles y salud mental
- Las muertes prematuras (antes de los 70 años de edad) debidas a enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas o diabetes alcanzaron unos 13 millones en 2015, lo que representa el 43% de las muertes prematuras en todo el mundo. De 2000 a 2015, el riesgo de morir entre los 30 y los 70 años de edad por una de esas cuatro causas disminuyó del 23% al 19%, por lo que de seguir a este ritmo no se cumplirá la meta de reducción de esas muertes en un tercio antes de 2030.
- Los trastornos mentales, como la depresión, pueden llevar al suicidio. En 2015 se produjeron casi 800 000. suicidios en todo el mundo; los hombres muestran aproximadamente el doble de probabilidades de suicidarse que las mujeres.
- El consumo de tabaco y alcohol contribuye a la carga de morbilidad por enfermedades no transmisibles. El Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido ratificado por 180 partes, que representan el 90% de la población mundial. Aún así, más de 1100 millones de personas, en su mayoría hombres, consumían tabaco en 2015. La prevalencia del tabaquismo entre personas de 15 o más años de edad disminuyó del 23% en 2007 al 21% en 2013. En 2016, el consumo promedio de alcohol puro era de 6,4 litros por persona por año entre personas de 15 o más años de edad.
- La contaminación atmosférica y en interiores es el mayor riesgo para la salud ambiental. A nivel mundial, en 2012 la contaminación del aire en lugares cerrados por cocinar con combustibles contaminantes o tecnologías ineficientes provocó 4,3 millones de muertes, según las estimaciones, mientras que la contaminación del aire debida al tráfico, la industria y la quema de desechos o combustibles residenciales provocó unos 3 millones de muertes.
Otros riesgos para la salud
- En 2013, en torno a 1,25 millones de personas murieron por lesiones debidas a accidentes de tráfico, la principal causa de muerte de varones entre 15 y 29 años de edad. Estas muertes han aumentado alrededor del 13% a nivel mundial desde 2000.
- En todo el mundo, unas 108 000 personas murieron como resultado de envenenamiento accidental en 2015. Esa cifra representa 1,5 muertes por cada 100 000 habitantes, lo que representa una disminución de un 33% desde 2000.
Sistemas de salud y financiación
- En 2015, el total de fondos oficiales para la investigación médica y la salud básica de todos los países donantes y las organizaciones multilaterales ascendió a 9700 millones de dólares, lo que representa un aumento en términos reales del 30% desde 2010. De ese importe, los países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE aportaron 4300 millones de dólares.
- Los datos disponibles entre 2005 y 2015 indican que el 40% de los países tienen menos de 1 médico por cada 1000 habitantes y alrededor de la mitad cuentan con menos de 3 enfermeros o parteras por cada 1000 habitantes. La situación es más grave en los países menos adelantados.
Metas del Objetivo 3
- 3.1 Para 2030, reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos
- 3.2 Para 2030, poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años, logrando que todos los países intenten reducir la mortalidad neonatal al menos hasta 12 por cada 1.000 nacidos vivos, y la mortalidad de niños menores de 5 años al menos hasta 25 por cada 1.000 nacidos vivos
- 3.3 Para 2030, poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles
- 3.4 Para 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante la prevención y el tratamiento y promover la salud mental y el bienestar
- 3.5 Fortalecer la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas, incluido el uso indebido de estupefacientes y el consumo nocivo de alcohol
- 3.6 Para 2020, reducir a la mitad el número de muertes y lesiones causadas por accidentes de tráfico en el mundo
- 3.7 Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales
- 3.8 Lograr la cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos
- 3.9 Para 2030, reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos y la contaminación del aire, el agua y el suelo
- 3.a Fortalecer la aplicación del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco en todos los países, según proceda
- 3.b Apoyar las actividades de investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos para las enfermedades transmisibles y no transmisibles que afectan primordialmente a los países en desarrollo y facilitar el acceso a medicamentos y vacunas esenciales asequibles de conformidad con la Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud Pública, en la que se afirma el derecho de los países en desarrollo a utilizar al máximo las disposiciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio en lo relativo a la flexibilidad para proteger la salud pública y, en particular, proporcionar acceso a los medicamentos para todos
- 3.c Aumentar sustancialmente la financiación de la salud y la contratación, el desarrollo, la capacitación y la retención del personal sanitario en los países en desarrollo, especialmente en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo
- 3.d Reforzar la capacidad de todos los países, en particular los países en desarrollo, en materia de alerta temprana, reducción de riesgos y gestión de los riesgos para la salud nacional y mundial
ONUSIDA
ONUSIDA lidera el esfuerzo mundial por poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde que se declararon los primeros casos de VIH hace más de 35 años, 78 millones de personas han contraído el VIH y 35 millones han muerto por enfermedades relacionadas con el sida. Desde que se puso en marcha en 1996, ONUSIDA ha liderado e inspirado el liderazgo, la innovación y la colaboración a nivel mundial, nacional y local para conseguir acabar con el VIH definitivamente.
ONUSIDA resuelve problemas. Propicia que las personas que viven con el VIH, o afectadas por este, participen activamente de la toma de decisiones, y les da un papel fundamental en el diseño, puesta en marcha y seguimiento de la respuesta al sida. Traza las rutas a seguir por los países y las comunidades para avanzar de acuerdo a la iniciativa de Acción acelerada para poner fin al sida, y aboga firmemente por que se eliminen las barreras legales y políticas en la respuesta al sida.
ONUSIDA proporciona las orientaciones estratégicas, la difusión, la coordinación y el apoyo técnico necesarios para catalizar y conectar a los líderes de los gobiernos, del sector privado y de las comunidades y para la prestación de servicios del VIH que salvan vidas. Sin ONUSIDA no habría un plan estratégico para la respuesta al sida.
ONUSIDA produce información estratégica y análisis que ayudan a comprender mejor el estado de la epidemia de sida y los progresos logrados a nivel nacional, regional y mundial. Dispone de la colección de datos del VIH sobre epidemiología, cobertura de los programas y financiación más extensa del mundo, y publica la información sobre la epidemia de VIH más acreditada y actualizada, la cual resulta fundamental para una respuesta eficaz al sida. ONUSIDA consigue resultados gracias a los datos. No se ha presentado ni elaborado un solo informe, discurso o iniciativa política de importancia que no haya tenido en cuenta los datos recopilados y publicados por ONUSIDA.
ONUSIDA es todo un ejemplo para las reformas en las Naciones Unidas, y el único Programa Conjunto copatrocinado en todo el sistema de las Naciones Unidas. Se vale de la experiencia y el saber hacer de 11 copatrocinadores del sistema de las Naciones Unidas, y es la única entidad de las Naciones Unidas que cuenta con representantes de la sociedad civil en su organismo directivo.
ONUSIDA ha contribuido a posicionar, definir y ampliar la respuesta al VIH como ninguna otra organización ha hecho, fomentando el diálogo e integrando a las comunidades que habían sido excluidas de la toma de decisiones. Sin ONUSIDA, se habrían seguido ignorando los derechos humanos de las personas que viven con el VIH y la voz de la sociedad civil.
ONUSIDA ha transformado la política. ONUSIDA ha definido las políticas públicas sobre VIH a nivel mundial, regional y nacional. Valiéndose de las pruebas, la experiencia y la concienciación, ha movilizado la inversión necesaria en aras de conseguir políticas nacionales sólidas, ha puesto en marcha sistemas sanitarios y comunitarios, ha establecido los marcos legales y ha fomentado que la opinión pública apoyara la creación de sociedades saludables y resistentes.
La Secretaría de ONUSIDA, con oficinas en 70 países, cuenta con un 70% de su personal trabajando sobre el terreno y con un presupuesto para 2018 de 140 millones de dólares. El presupuesto del Programa Conjunto para 2018 es de US$ 242 millones.