El reconocimiento se entregó este miércoles en Madrid, “por su compromiso y difusión de la música como lenguaje universal entre personas y pueblos”
La Orquesta y Coro RTVE ha recibido la Medalla de Honor de la Fundación Yehudi Menuhin España (FYME) en un acto celebrado en CaixaForum de Madrid con motivo de la celebración del XXV aniversario de la Fundación. El director gerente de la Orquesta y Coro, Manuel Ventero, fue el encargado de recoger el reconocimiento.
La institución reconoce a la Orquesta y Coro RTVE “por su compromiso y difusión de la música como lenguaje universal de encuentro entre personas y pueblos, a través de sus programaciones y proyectos innovadores, que han acercado la música a nuevos públicos, coincidiendo con el legado de Yehudi Menuhin, quien tantas veces compartió escenario con la Orquesta y Coro RTVE”.
La Fundación Yehudi Menuhin España fue creada por el violinista y director de orquesta Yehudi Menuhin e inició su actividad en diciembre de 1998. Entre sus objetivos está la integración social y cultural de los niños y jóvenes desfavorecidos, así como el fomento del diálogo, la tolerancia y la solidaridad a través de las artes.
La formación sinfónico-coral de RTVE celebra en esta temporada el 75º aniversario del Coro y el 60º aniversario de la Orquesta. Décadas dedicadas a la interpretación y la difusión musical y cultural por parte de la única orquesta en España que cumple una función audiovisual intrínseca. Al mismo tiempo desarrolla una intensa actividad en la grabación de sintonías de radio y televisión, así como de bandas sonoras de series y de películas. Su presencia es habitual en los principales festivales españoles y tiene también una amplia presencia internacional. El Teatro Monumental de Madrid es la sede de sus conciertos de abono de cada temporada.
Sobre Yehudi Menuhin
Nació en Nueva York el 22 de abril de 1916 en el seno de una familia de origen judío ruso, y muere en Berlín el 12 de Marzo de 1999. Desde temprana edad demostró un especial talento para el violín, comenzó a estudiarlo a la edad de cuatro años con Sigmund Anker, su primer maestro.
Debutó a los siete años con la Orquesta Sinfónica de San Francisco en la Sinfonía Española de Lalo.
En estos primeros años de vida, Menuhin comenzó a elaborar su singular concepción musical y artística. Fue con George Enescu, su maestro en el viejo continente, cuando descubrió que “interpretar equivalía a ser”, tal y como reflejaría más adelante en su diario.
“Recuerdo vivamente mi primera lección con Enescu. Mi madre me llevó a su casa y esperamos en el salón, al poco rato apareció el maestro con su violín y comenzó a tocar una partitura de Johann Sebastian Bach. Ahí verdaderamente comenzó mi amor por el violín”, un instrumento musical que abandonaría al final de su vida para dedicarse, con la misma pasión, a la dirección de orquesta.
A lo largo de los años iría desarrollando y madurando sus criterios y valores más característicos, entre los que destacarán la capacidad de trabajo, la autoexigencia, así como una concepción del arte estrechamente interrelacionado con la vida.
Le gustaba acompañar y dar a conocer todas las músicas como valor universal. Su fascinación por las distintas culturas lo llevará a tocar tanto con Ravi Shankar como con sus amigos cíngaros, destacando así que la búsqueda de la belleza y compartirla con los demás.
Su carrera artística, desarrollada a lo largo de siete décadas, es una de las más espectaculares de nuestro tiempo. Como violinista primero, y posteriormente como director de orquesta, protagonizó, junto a los mejores solistas y formaciones orquestales, importantes convocatorias en los principales escenarios internacionales. Aliando la técnica irreprochable con una comprensión extraordinaria de la música, trabajó un repertorio muy amplio: de los clásicos Bach, Ravel y Beethoven a la música de vanguardia, de la música barroca a las improvisaciones de jazz con Stéphane Grappelli.
Menuhin se preocupó, durante toda su vida, por las grandes cuestiones del siglo XX, tanto en lo relativo a la educación como a la defensa de los derechos de las minorías, en numerosas manifestaciones públicas defendió la tolerancia y cooperación entre diferentes pueblos y culturas y nunca dejó de librar batallas por la música, la paz y la convivencia entre los hombres; ante todo, fue un humanista comprometido con la defensa de los derechos humanos. En 1945 intervino en el concierto de inauguración de la ONU, volvió a actuar en Alemania, preconizando la superación de las graves secuelas de la Segunda Guerra Mundial.
Su carrera de músico y reconocimiento público, Doctor Honoris Causa por más de 30 Universidades del mundo, entre ellas la Universidad de Córdoba, le sirvieron para emprender, sin tregua, la defensa de los más débiles, lo que le valió numerosas distinciones, entre ellas: Premio Nerhu de la Paz en 1968, Premio Mundial de la Paz en 1979, Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en 1992 y Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 1997, Lord Yehudi Menuhin desde 1993.
En 1991 creó la Fundación Yehudi Menuhin Internacional, cuyos cometidos prioritarios son la integración e inclusión social, educativa y cultural de niños y niñas desfavorecidos, desde el arte como herramienta de cohesión social, la defensa de los derechos de las minorías culturales, el fomento de la convivencia y la tolerancia y la creación de redes de cooperación internacional en los ámbitos de la educación y la cultura. “Es por luchar contra las injusticias que he visto a lo largo de mi vida por lo que creo una Fundación que lleva mi nombre”. Éste es su mandato.