Justo en el momento en que conocemos que la ayuda ha bajado por primera vez en 2011, la décima edición del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos (EPT) en el Mundo muestra que por cada dólar invertido en educación y formación de competencias de los jóvenes en países en vías de desarrollo genera un crecimiento económico de entre 10 y 15 dólares. Cerca de 171 millones de personas podrían salir de la pobreza si todos los estudiantes de los países pobres tuviesen conocimientos básicos de lectura. La necesidad de invertir en formación no es menos importante en los países ricos: en algunos países europeos uno de cada cinco jóvenes abandona la escuela antes de alcanzado el segundo ciclo de la educación secundaria.
El Informe de Seguimiento de la EPT hace un llamamiento a los donantes a mantener su apoyo a la educación para que se pueda formar adecuadamente a los jóvenes para trabajar. En el Informe se calcula que con 8.000 millones de dólares, menos de la mitad del coste de los Juegos Olímpicos de 2012, se podría lograr que todos los jóvenes de los países pobres accediesen al primer ciclo de la educación secundaria y adquiriesen así las competencias cruciales para el empleo.
El Informe anual publicado por la UNESCO constata que el progreso hacia los objetivos de la Educación para Todos, establecidos en el año 2000, se está ralentizando. La situación se ha agravado debido a que los donantes de los países ricos se están echando atrás en su promesa de que no se dejaría atrás a ningún país por falta de fondos. Los países con bajos niveles de ingresos tan sólo recibieron 1.900 millones de dólares en 2000. Hay señales preocupantes que indican que la ayuda dedicada a la educación podría disminuir de aquí a 2015, reflejo del descenso de la ayuda total al desarrollo desde 2010-2011.
Una reasignación de la ayuda podría servir para encontrar los 24.000 millones necesarios para que todos los niños de los países pobres accedan a la educación primaria y secundaria. Un cuarto de la ayuda, unos 3.000 millones de dólares, se gasta en educación superior, y una gran parte de esta cantidad ni siquiera llega a los países en desarrollo, si no que se utiliza para que los estudiantes de países en desarrollo cursen sus estudios en las universidades de los países donantes.
En los países ricos también es urgente dar a los jóvenes las competencias y conocimientos necesarios. En algunos países europeos, una quinta parte de los jóvenes entre 18 y 24 años han abandonado los estudios con tan sólo el diploma básico de secundaria y sin las competencias necesarias para encontrar un trabajo. Mientras que algunos países, como los Países Bajos, ofrecen a estos jóvenes una oportunidad para retomar la educación, semejantes sistemas de aprendizaje de competencias no están al alcance de la mayor parte de la juventud europea. En el sureste y el centro de Europa, casi uno de cada cinco jóvenes no tiene trabajo.
Uno de los efectos a largo plazo del abandono temprano de la escuela es un nivel de alfabetización deficiente. El Informe calcula que cerca de 160 millones de adultos en los países ricos no tienen las cualificaciones que necesarias para postular con éxito a una oferta laboral. En Italia, donde más de la mitad de las personas de entre 16 y 65 años no han llegado al segundo ciclo de la educación secundaria, la mitad de los adultos tienen un nivel bajo de alfabetización. Es el mismo caso para uno de cada cinco en el Reino Unido, de uno de cada seis adultos en Alemania y uno de cada diez en Francia.
Con la recesión económica, que ha exacerbado el paro juvenil, dotarlos de las competencias necesarias es aún más crucial que antes. En Italia, el paro entre los jóvenes se acercaba al 30% en 2010, en 2012 uno de cada dos jóvenes está sin trabajo. Este periodo sin trabajo puede durar años a veces. Incluso antes de la crisis financiera, más del 40% de los jóvenes griegos e italianos seguían sin trabajo cinco años después de haber dejado la escuela.
“Estamos presenciando el surgimiento de una joven generación frustrada por el desajuste crónico que se da entre la adquisición de competencias y las exigencias del mercado de trabajo. La mejor respuesta a la crisis económica y el desempleo juvenil es garantizar que los jóvenes puedan adquirir la formación pertinente y las competencias básicas necesarias para ingresar en el mundo de trabajo con confianza en sí mismos”, ha dicho Irina Bokova, Directora General de la UNESCO. “Es imprescindible ofrecer vías alternativas a la juventud, y en particular a las jóvenes, para que se eduquen y adquieran así las competencias que les permitan ganarse la vida, vivir con dignidad y aportar su contribución a las comunidades y sociedades a las que pertenecen”.
Para dar a los jóvenes la formación y cualificaciones necesarias que les ayuden a encontrar un trabajo, el Informe recomienda el desarrollo de pasantías y periodos de prácticas. El sistema de pasantías alemán se cita a menudo como una de las razones del bajo nivel de desempleo juvenil en Alemania, que se sitúa en el 8%, comparado con el 22% del Reino Unido, por ejemplo. El sistema francés, desarrollado a menor escala, también ha mostrado proporcionar mejores oportunidades laborales y salarios más altos. En la actualidad, no obstante, esta formación de tipo práctico no es accesible para todo el mundo y existe el riesgo de crear desigualdades. En el Reino Unido, los jóvenes de minorías étnicas tienen menos probabilidades de encontrar una pasantía, y las mujeres que siguen este tipo de formación reciben salarios hasta un 21% inferior al de los hombres.
Para Pauline Rose, directora del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo, “la creación de empleos no será suficiente para acabar con el desempleo juvenil. Los jóvenes necesitan las competencias necesarias para ejercer esos trabajos. Las economías competitivas europeas necesitan jóvenes que entren en el mercado laboral con cualificaciones que se adapten al lugar de trabajo, experiencia profesional y capacidad para seguir y adaptarse a las evoluciones tecnológicas. Hay que doblar los esfuerzos para llegar a los jóvenes en riesgo de abandono escolar y proponer una educación adaptada al mundo del trabajo, como es el caso de las pasantías y formación profesional. Si no invertimos en el potencial que representan estos jóvenes, y que no desean otra cosa que encontrar un empleo digno y satisfactorio, se perderá una oportunidad para estimular el crecimiento. La frustración de los jóvenes crecerá si no se hace algo urgentemente.”
Recomendaciones
Es hora de actuar para apoyar y fomentar la adquisición de competencias por parte de los jóvenes.
1- Los jóvenes, y en particular los más desfavorecidos, tienen derecho a una segunda oportunidad para adquirir las competencias y conocimientos básicos.
2- Los jóvenes necesitan una buena formación de calidad en materia de competencias básicas en el primer ciclo de la enseñanza secundaria.
3- En los planes de estudios del segundo ciclo de la enseñanza secundaria se debe establecer un equilibrio entre la adquisición de competencias estrictamente profesionales y técnicas (comprendidas las relativas a las tecnologías de la información) y la adquisición de competencias polivalentes, como la seguridad en sí mismo y la aptitud para comunicar, que son indispensables en todo puesto de trabajo. La formación mediante pasantías y periodos de prácticas ha demostrado ser una buena forma de asegurar la transición entre la escuela y el trabajo, pero hace falta que todos los jóvenes accedan al sistema en igualdad de condiciones.
4- Para lograr en los países pobres la escolarización de todos los jóvenes en el primer ciclo de la enseñanza secundaria se necesitarían unos 8.000 millones de dólares anuales. Los gobiernos y los países y organismos donantes de ayuda, así como el sector privado, deben aportar su contribución para enjugar el déficit de financiación actual. Los 3.000 millones de dólares que los países donantes gastan actualmente para acoger a estudiantes extranjeros deberían ser dedicados al desarrollo de competencias básicas en los países de origen de esos estudiantes.