El Instituto Cervantes, con su director a la cabeza, Víctor García de la Concha, reunió en su sede central a los exdirectores del Instituto Cervantes desde su creación hace 25 años con motivo de la presentación del Anuario 2016 El español en el mundo
Los máximos responsables del Instituto Cervantes desde 1991 rememoraron sus respectivas etapas al frente del organismo y coincidieron en que, pese a que nació con retraso respecto a entidades europeas paralelas, estos cinco lustros de trabajo han compensado ese tiempo perdido.
Acompañaron a García de la Concha sus predecesores Nicolás Sánchez-Albornoz, el Marqués de Tamarón, Fernando R. Lafuente, César Antonio Molina y Carmen Caffarel. El 25 aniversario del Cervantes era un motivo de peso para reunir a todos ellos ante más de un centenar de invitados (diplomáticos, académicos, periodistas y público en general) y ofrecer un recorrido por la memoria de la principal institución –la más valorada por los españoles– dedicada a la promoción de la lengua y la cultura.
Nicolás Sánchez-Albornoz (1991-1996), que fue quien abrió camino hace cinco lustros, recordó los difíciles retos que hubo de afrontar para poner en marcha el Instituto y celebró «la dimensión y el reconocimiento conseguidos». Atribuye el éxito cosechado a «la profesionalidad con la que el Cervantes viene operando desde su fundación» y vaticinó una exitosa madurez si continúa «la gestión profesional que tan buenos resultados ha dado».
El Marqués de Tamarón (1996-1999) planteó algunos dilemas, como «la contradicción de querer expandir la cultura hispánica siempre en español», lo que no permite llegar al público-objetivo, o elegir al Quijote o a personajes románticos como representantes de nuestra cultura: «No es fácil vender el Talgo si los extranjeros piensan que el maquinista tomará los parques eólicos como gigantes, o creen que lo construyó Carmen la Cigarrera», sentenció. Recomendó más coordinación entre actividades y presupuestos, y afirmó que «el Cervantes ha hecho una labor útil y buena; queda mucho por hacer pero el camino trazado es el bueno».
Fernando R. Lafuente (1999-2001) insistió en la «dimensión americana» de la lengua española y su «vocación atlántica»: nueve de cada 10 hispanohablantes viven en América, y sólo un 5 por ciento pronunciamos la letra «c». «Ni un paso sin Iberoamérica», propugnó, para aseverar que el futuro del español radica tanto en el aumento de hablantes como en que «las expectativas que otorga su conocimiento no desaparezcan».
César Antonio Molina (2004-2007) elogió la «buena y maravillosa voluntad» de quienes trabajan o han trabajado en el Cervantes y afirmó que «la mejor inversión que puede hacer España es su cultura y su lengua», incluidas las lenguas cooficiales. «La cultura no es un gasto», dijo, y lamentó que se olviden «la trascendencia y la potencialidad que tiene el Instituto Cervantes».
Para Carmen Caffarel (2007-2012), «a veces no somos conscientes de la joya que tenemos con la lengua española», algo que comprobamos cuando salimos al extranjero. Recordó que, como primera y única mujer que ha dirigido la entidad, defendió la presencia femenina en la cultura (Ana M.ª Matute, Nuria Espert, Margarita Salas o Alicia Alonso dejaron legados en la Caja de las Letras durante su mandato) y destacó que éste coincidió con «una época estupenda de expansión» que permitió centrarse en la globalización tecnológica.
Por último, García de la Concha, director desde 2012, dijo que «este acto demuestra la importancia de la continuidad». Gracias a ella, el Cervantes no es visto por los españoles como un organismo ligado a una política u otra, sino que se siente «de España». Y, cada vez más, los hispanoamericanos lo sienten como suyo, ya que «trabajamos brazo con brazo con Hispanoamérica» y el idioma compartido es responsabilidad de todos.
Cerró la sesión el nuevo secretario de Estado de Cooperación Internacional, Fernando García Casas, presidente del Consejo de Administración del Cervantes, quien recordó la relación profesional que ha mantenido desde diferentes cargos con el Cervantes, que «siempre ha sido un proyecto de Estado y uno de los buques insignia».
Opiniones de expertos y personalidades de la cultura
El español en el mundo. Anuario del Instituto Cervantes 2016 analiza la labor desarrollada en estos 25 años e incluye una completa cronología de los hitos más relevantes, datos actualizados sobre el español en el mundo, artículos de los mencionados directores y de destacados expertos y opiniones de personalidades de la cultura española.
El libro, de 540 páginas, arranca con la respuesta de doce personalidades de la cultura a una doble pregunta sobre la labor desempeñada en estos 25 años y sobre su papel en el futuro. Opinan al respecto Teresa Berganza, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Gamoneda, Carmen Millán, Soledad Puértolas, Valentí Puig, Sergio Ramírez, Laura Restrepo, Carme Riera, Gregorio Salvador, Rosa Torres-Pardo y Juan Villoro.
Incluye también datos actualizados sobre el español en el mundo, desmenuzados en el informe «El español y su expansión como lengua de comunicación internacional desde la creación del Instituto Cervantes», escrito por David Fernández Vítores (Universidad de Alcalá).
Tres artículos detallan la actividad del Cervantes en los ámbitos académico, cultural y de comunicación, coordinados por los directores de las respectivas áreas: Richard Bueno, Beatriz Hernanz y Jacinto Aramendi.
También se aborda el papel de la diplomacia cultural en sendos artículos de Emilio Lamo de Espinosa y Ángel Badillo Matos (Real Instituto Elcano) y de Javier Noya (Universidad Complutense), mientras que la «mirada americana» la aporta Adolfo Elizaincín (Universidad de la República, Uruguay). Por su parte, Álex Grijelmo (Grupo Prisa) desgrana los siete Congresos Internacionales de la Lengua Española celebrados, desde Zacatecas (México, 1997) hasta San Juan de Puerto Rico (2016).
Cierra el Anuario un directorio con la presencia del Cervantes en el mundo, en un total de 87 ciudades de 44 países a través de centros propios, antenas y Aulas Cervantes. También se resumen «otras formas de presencia» en el mundo: los centros acreditados (un total de 192), los centros de examen DELE (Diploma de Español, en torno al millar), los 165 centros de examen CCSE (Conocimientos Constitucionales y Socioculturales de España) y el universo de internet.
Datos cuantitativos del español
A continuación se resumen algunos datos contenidos en el artículo de Fernández Vítores:
Idiomas más estudiados. Después del inglés, el español se disputa con el francés y con el chino mandarín el segundo puesto en la clasificación de idiomas más estudiados como segunda lengua. No existen análisis exhaustivos que comparen el número de estudiantes de las distintas lenguas.
Las cinco lenguas más habladas. La evolución demográfica del chino, el inglés, el español, el hindi y el árabe entre 1950 y 2050 refleja un descenso en la proporción de hablantes nativos de chino e inglés. Por el contrario, el español y el hindi registran un aumento moderado pero continuo de hablantes. El árabe presenta un mayor crecimiento relativo pese un nivel menor de uso.
Crecimiento previsto del español. La comunidad hispanohablante seguirá creciendo para situarse en el año 2050 en los 754 millones de personas, con distinto grado de dominio de la lengua.
El 7,8% de la población. Hoy habla español el 7,8% de la población mundial. Las proyecciones indican que el peso de la comunidad hispanohablante en 2050 permanecerá inalterado.
Estados Unidos. En 2060 será el segundo país hispanohablante del mundo después de México. Según prevé la Oficina del Censo, los hispanos serán 119 millones en 2060. Es decir, más del 28% de la población estadounidense será hispana, casi uno de cada tres residentes.
21 millones de estudiantes de español. El número de estudiantes de español como lengua extranjera en todo el planeta no ha dejado de crecer desde la creación del Instituto Cervantes. Más de 21 millones de alumnos estudian actualmente este idioma como lengua extranjera.
Acción del Instituto. Resulta difícil valorar cómo influye el Cervantes sobre el aumento de estudiantes de español registrado en estos 25 años. Pero es evidente que la implantación de una sede o un Aula Cervantes en cualquier país genera sinergias positivas para la difusión de la lengua y la cultura hispanas.
Unificar la evaluación. Destaca el valor de instrumentos creados recientemente por el Instituto Cervantes como el Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE), un sistema de certificación que determina por medios electrónicos los conocimientos de español para nativos y no nativos. El SIELE confirma la vocación iberoamericana del Instituto y consolida aún más los criterios universales a la hora de evaluar el nivel de español de cualquier persona, independientemente de su lugar de residencia o su origen etnolingüístico.
DELE y matrículas de español. El número de inscripciones para obtener el Diploma de Español (DELE) se ha multiplicado por nueve desde la apertura del Instituto Cervantes. Y el número total de matrículas de los centros del Instituto Cervantes se ha multiplicado por doce.
Factores en el auge del español. El aumento de hablantes no se basará solo en el crecimiento demográfico de los países que tienen el español como lengua oficial. Influyen positivamente en el auge del español otros factores, como el despegue económico de países hispanoamericanos y al aumento del comercio bilateral dentro y fuera de esta comunidad.
Activo económico y herramienta útil. Crece el peso del español como lengua internacional: ya no es visto únicamente como una vía de acceso a una cultura de primer orden, sino también como un activo económico en toda regla y como una herramienta muy útil en los terrenos comercial y diplomático.
Papel del Instituto Cervantes. La institución ha sido un agente fundamental en este cambio de percepción con respecto al español. Ha propiciado una imagen de prestigio y utilidad de nuestra lengua que era prácticamente inexistente antes de la creación del organismo en 1991.