La Reserva de Biosfera La Encrucijada (México) fue escenario, el 2 de septiembre, del lanzamiento de un proyecto de tres años que evaluará y restaurará los manglares de siete reservas de biosfera de América Latina y el Caribe
La Reserva de Biosfera de La Encrucijada (México) fue escenario, el 2 de septiembre, del lanzamiento de un proyecto de tres años que evaluará y restaurará los manglares de siete reservas de biosfera de América Latina y el Caribe.
Estas siete reservas de biosfera son: la Reserva de Biosfera Seaflower (Colombia), la Reserva de Biosfera Península de Guanahacabibes (Cuba), la Reserva de Biosfera Macizo del Cajas (Ecuador), la Reserva de Biosfera La Encrucijada (México), la Reserva de Biosfera del Darién (Panamá) y la Reserva de Biosfera Noroeste Amotapes-Manglares (Perú).
El proyecto cuenta con el apoyo de más de un millón de dólares de fondos flamencos en fideicomiso.
Además, la Reserva de Biosfera Xirihualtique-Jiquilisco, en El Salvador, podrá participar en los esfuerzos de reforestación dentro del mismo proyecto, gracias al apoyo del Organismo Autónomo Parques Nacionales de España.
América Latina y el Caribe albergan alrededor del 26% de los manglares del mundo, pero su extensión se está reduciendo rápidamente como consecuencia de la fragmentación del hábitat y la sobreexplotación. A pesar de que el potencial de restauración es particularmente alto en esta parte del mundo, la conservación y la restauración de los manglares carecen actualmente de fondos suficientes en la región. Por eso la UNESCO ha intervenido.
Trabajar con las comunidades para restaurar sus manglares
“La UNESCO ha constatado que la restauración ecológica de los manglares por parte de las comunidades es una estrategia eficaz para detener e invertir la pérdida de manglares, –observa María Rosa Cadenas, especialista asociada del programa de la UNESCO. En América Latina y el Caribe, los manglares en buen estado son un recurso precioso para los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidos los afrodescendientes. Los manglares sanos les proporcionan una fuente de alimento y sirven como amortiguador natural contra huracanes, tormentas e inundaciones. También son el hábitat de varias especies de aves, reptiles y anfibios y, por tanto, generan empleo a través del ecoturismo«.
La UNESCO trabajará con estas comunidades locales y con los comités de gestión local de las reservas de biosfera participantes para restaurar sus manglares. La educación será un componente importante del proyecto; los jóvenes participarán en el proyecto para apoyar la aplicación en sus propias comunidades. El proyecto también reforzará las redes de base como medio de concienciación y desarrollo de habilidades para facilitar la acción colectiva.
Una acertada integración de los conocimientos de las comunidades locales y la experiencia científica
Los manglares tienen una notable capacidad de regeneración si se dan las condiciones adecuadas. El mayor reto será garantizar una buena planificación. Para ello habrá que combinar desde el principio los conocimientos de la comunidad local y la experiencia científica.
En la primera fase, el proyecto identificará las causas que originan la pérdida de manglares y mitigará el riesgo de futuras pérdidas. Para ello será necesario conocer en detalle las condiciones socioeconómicas que afectan a los manglares. Se organizarán talleres técnicos a nivel local para determinar las amenazas a las que se enfrentan los manglares y cómo afectará su restauración a las comunidades.
Por ejemplo, una de las principales amenazas a las que se enfrenta la Reserva de Biosfera La Encrucijada (México) es la palma africana (Elaeis guineensis). En el lanzamiento del proyecto en septiembre, varios científicos se ofrecieron a apoyar los esfuerzos de la reserva de biosfera para controlar esta especie invasora.
Está previsto que en marzo de 2023 se celebre en Colombia un taller internacional para que los gestores de la reserva de biosfera y los científicos internacionales tengan la oportunidad de subsanar las posibles lagunas de la evaluación inicial y trazar los lugares exactos en los que se llevarán a cabo las futuras labores de restauración y los retos correspondientes.
Paralelamente, el proyecto identificará qué especies de manglares pueden reintroducirse y dónde pueden volver a plantarse y restaurarse de forma ecológica. Será crucial iniciar un ciclo de regeneración natural que pueda mantenerse a largo plazo, con el fin de proporcionar a las comunidades locales oportunidades económicas sostenibles. Esto, a su vez, debería reforzar el vínculo entre las personas y la naturaleza.
El declive de los manglares: un fenómeno global
Desde 1980, casi todas las regiones han experimentado grandes pérdidas de superficie de manglares. Algunos países han perdido más del 40% en un periodo de 25 años. Se calcula que los manglares cubren actualmente 152.000 km2, una superficie similar a la de Bangladesh.
Los manglares de todo el mundo siguen degradándose o perdiéndose a un ritmo alarmante, a pesar de que son una valiosa fuente de seguridad alimentaria -los manglares apoyan a las pesquerías locales al servir como criaderos de peces-, de madera y de medios de subsistencia para las comunidades locales, al tiempo que proporcionan una defensa costera natural.
Los manglares: la primera línea de defensa contra el cambio climático
En las próximas décadas, las comunidades costeras bajas serán especialmente vulnerables a la subida del nivel del mar como consecuencia del cambio climático. Es probable que esto aumente la frecuencia de las inundaciones y acelere la erosión. Al elevar el nivel freático, el cambio climático aumentará la intrusión de agua salada en la tierra y en los acuíferos subterráneos, afectando a la agricultura y al suministro de agua.
En las próximas décadas, las comunidades costeras bajas serán especialmente vulnerables a la subida del nivel del mar como consecuencia del cambio climático. Es probable que esto aumente la frecuencia de las inundaciones y acelere la erosión. Al elevar el nivel freático, el cambio climático aumentará la intrusión de agua salada en la tierra y en los acuíferos subterráneos, afectando a la agricultura y al suministro de agua. Al atenuar la fuerza del oleaje, los manglares protegen de la erosión costera y de las marejadas. Una franja de 500 metros de manglares puede reducir la altura de las olas en un 50-90%.
Los manglares mitigan el impacto del cambio climático de otras maneras. Son sumideros de carbono muy eficaces. Una hectárea de manglares puede almacenar 3.754 toneladas de carbono. ¡Esto equivale a retirar 2.651 coches de la carretera durante todo un año!