El estudio, desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, se han dañado o destruido 1443 edificios y laboratorios, así como 750 equipos científicos. Esto ha provocado graves contratiempos para la comunidad científica ucraniana y un descenso de la financiación de la investigación
«A medida que la situación se vuelve más y más crítica para la comunidad científica, debemos proteger y apoyar sus investigaciones en Ucrania. Los científicos, ingenieros y otros expertos serán esenciales para la recuperación del país, sin olvidar que este sector representa una valiosa fuente de innovación y descubrimiento para el resto del mundo,» ha declarado Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO.
Ucrania, antes de la invasión rusa, era reconocida internacionalmente por sus destacadas contribuciones en campos como la Informática, la Física Nuclear y la Astronomía. De 2015 a 2019, el volumen total de publicaciones científicas (excluidas las ciencias sociales, las artes y las humanidades) aumentó un 45%. Solo en Inteligencia Artificial y Robótica, Ucrania produjo 6214 publicaciones entre 2012 y 2019 (Informe de la UNESCO sobre la ciencia 2021).
Según el nuevo estudio publicado hoy por la UNESCO y la Academia de Ciencias de Ucrania (Junior Academy of Sciences of Ukraine), un total de 1443 edificios pertenecientes a 177 instituciones científicas han sido dañados o destruidos en los últimos dos años. Restaurar estos edificios costará más de 1210 millones de dólares, de los cuales 980,5 millones corresponden únicamente a las universidades, que han sufrido las mayores pérdidas.
La infraestructura científica de la región de Kharkiv ha sido la más afectada, con los costes de daños más elevados sufragados por la Universidad Nacional de Derecho Yaroslav Mudryi (116,5 millones de dólares) y la Universidad Nacional de Economía Urbana O. M. Beketov (104,1 millones de dólares).
Se ha destruido o robado una gran cantidad de equipos esenciales
Además de las instalaciones, más de 750 equipos científicos y técnicos han sufrido daños, 643 de los cuales se consideran irreparables. Estos equipos se utilizan para numerosas actividades de investigación. Se estima que el coste total de la restauración de estos equipos fundamentales asciende a 45,9 millones de dólares.
La ocupación temporal de los territorios por las fuerzas rusas tiene también importantes repercusiones: 18 institutos científicos han tenido que reubicarse, algunos de los cuales realizaban estudios sobre la biodiversidad y la ecología locales que no pueden continuar a distancia.
La situación en torno al Instituto de Problemas de Seguridad de las Centrales Nucleares, cerca de Zaporizhzhia, es especialmente preocupante. Se han robado o destruido equipos esenciales para la supervisión del estado de la industria nuclear, entre los cuales un laboratorio radiológico único que controla los niveles de radiación. La desaparición de estos equipos representa una grave amenaza para la seguridad de toda la región.
Un revés importante para la comunidad científica ucraniana
Como consecuencia de la guerra, los científicos ucranianos se han dispersado por todo el país e incluso en el extranjero, y sus condiciones de trabajo se han deteriorado. En febrero de 2022, el sector público de investigación empleaba a 88 629 investigadores. Desde entonces, el 12% (10 429) de estos investigadores y profesores de 524 instituciones y universidades se han visto obligados a trasladarse a otro lugar dentro de Ucrania (4887) o al extranjero (5542). Alemania y Polonia acogen actualmente al mayor número de científicos ucranianos en el exilio. El número de científicos empleados por el sector público de investigación ucraniano ha disminuido en 4958 (5,3%).
Actualmente, cerca del 30% de los científicos ucranianos se ven obligados a trabajar a distancia. Esto incluye tanto a emigrantes como a desplazados internos, como los que se han visto obligados a huir de las zonas más afectadas por los bombardeos de Kharkiv, Kiev, Sumy, Dnipro, Odesa y la región de Zaporizhzhia.
Un aumento de la falta de fondos
La financiación de la ciencia también se ha reducido considerablemente. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, el gasto interno bruto en investigación y desarrollo se redujo un 38,5% entre 2021 y 2022, al pasar de 2019,5 millones de dólares a 1242,1 millones.
La Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, que agrupa a 450 institutos afiliados, ha sufrido desde 2021 una reducción del 48% de su presupuesto. Esta medida ha forzado la suspensión de múltiples programas de investigación y ha provocado el debilitamiento de muchos grupos y equipos de investigación. Los salarios medios mensuales han caído un 39% y muchos investigadores se han visto obligados a trabajar a tiempo parcial.
Durante los dos últimos años, el desplazamiento de científicos y los recortes presupuestarios han afectado a la producción científica de Ucrania, incluida la actividad editorial, así como al grado de colaboración con los Estados miembros de la Unión Europea, los miembros de la Asociación Euroatlántica y los países de África y Asia.
La UNESCO convoca el 11 de marzo una reunión en su sede (París, Francia) en la que científicos ucranianos y de otros países debatirán con los Estados Miembros de la Organización las conclusiones del estudio y analizarán los próximos pasos en el apoyo de la UNESCO a Ucrania.
Acerca de la UNESCO
Con 194 Estados Miembros, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura contribuye a la paz y la seguridad liderando la cooperación multilateral en materia de educación, ciencia, cultura, comunicación e información. Con sede en París, la UNESCO tiene oficinas en 54 países y emplea a más de 2300 personas. La UNESCO supervisa más de 2000 sitios del Patrimonio Mundial, Reservas de la Biosfera y Geoparques Mundiales; redes de Ciudades Creativas, Educativas, Inclusivas y Sostenibles; y más de 13 000 escuelas asociadas, cátedras universitarias e instituciones de formación e investigación. Su Directora General es Audrey Azoulay.
«Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz» – Constitución de la UNESCO, 1945.