El ministro de cultura de España se compromete a sacar del “cajón” el informe realizado por expertos para presentar a la UNESCO “la Zarzuela género lírico y su Teatro” a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
En una conversación mantenida en el día de hoy con Juan Ignacio Vecino, director de la revista digital patrimonio actual.com, el ministro de Cultura y Deporte de España, José Manuel Rodríguez Uribes, se ha comprometido a que el informe realizado por expertos sobre la “Zarzuela género lírico y su Teatro” se saque del “cajón” donde se encuentra desde que se elaboró por los especialistas independientes en tiempos del anterior gobierno, hoy en la oposición, y que no ha salido aún a la luz a pesar de las continuas preguntas a los responsables culturales de los distintos gobiernos de España, por parte del responsable de la revista digital, al que en alguna ocasión han llegado a tachar de “pesado”.
En dicha conversación, el ministro Rodríguez Uribes se ha declarado ferviente defensor de nuestro género lírico por excelencia, y se ha comprometido a poner al día la situación en la que se encuentra dicho informe con el fin de que todos los involucrados en la toma de decisiones del proyecto para la presentación de la Zarzuela y su Teatro a Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, por fin vea la luz y, que uno de los géneros musicales más importantes del mundo, no solo en España, sino en todo Hispanoamérica y otros países del resto del mundo, sea presentada a la Organización para conseguir la declaración por parte de la UNESCO.
Con ciento setenta años de existencia y transmitida de generación en generación, la zarzuela se merece el reconocimiento por ser un patrimonio vivo, que se mantiene día a día y ha evolucionado.
Un poco de historia
Asimismo, nos encontramos con una de las maravillas culturales de mayor calado que haya registrado jamás la cultura de España. Más de siglo y medio de repertorio vivo, que unió como ningún otro fenómeno artístico ni sociológico a ricos y pobres, a progresistas y conservadores, a monárquicos y republicanos, a creyentes y anticlericales. Por ello, la zarzuela vuelve a ser hoy un fenómeno digno de la mayor atención.
Si hasta hace unas décadas su vigencia parecía relegada a un tierno ejercicio de nostalgia, en los últimos treinta años, ahora, desde que Daniel Bianco está al frente del coliseo de la plazuela de Jovellanos, se ha potenciando de una forma exponencial el género lírico de la Zarzuela y su Teatro.
Es importante reseñar que numerosas investigaciones, tesis doctorales y congresos han revelado datos y documentaciones que nos invitan a conocer, con perspectiva histórica y sin tópicos, este género único en el mundo, con las luces y las sombras tan características de la España que le fue contemporánea.
Si analizamos la historia vemos que La zarzuela surgió en Madrid en el siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, amante del teatro y de los espectáculos musicales, especialmente tras su boda con Mariana de Austria en 1649, que supuso el fin de casi una década de luto y abrió una etapa dorada de fiestas cortesanas.
El “Rey Planeta” solía utilizar un edificio construido en un lugar llamado “La Zarzuela”, en el Real sitio del Pardo pero alejado del palacio, que utilizaba para descansar y divertirse después de sus jornadas de caza. Allí se representaban piezas teatrales con música y de ese lugar, rodeado de zarzas, proviene el término “zarzuela”, con el que designamos a este género lírico musical que se situaba entre el teatro, el concierto, el sainete y la tonadilla… y que, con el paso de los años, se impondría como espectáculo de la realeza española.
Las primeras zarzuelas fueron escritas por Pedro Calderón de la Barca, con música de Juan de Hidalgo. Algunas tan destacadas como El jardín de Falerina (1648), La fiera, el rayo y la piedra (1652), Fortunas de Andrómeda y Perseo (1653), El golfo de las Sirenas o El laurel de Apolo, tenían la finalidad de divertir al público y exponer una crítica social, a modo de moraleja.
La zarzuela decayó durante el siglo XVIII con la llegada de los Borbones y la adopción de la ópera italiana. Felipe V desconocía la lengua española y prefería la música cantada en italiano. La zarzuela trató de adaptarse a la manera italiana, pero fracasó.
El reinado posterior de Carlos III, que no era muy aficionado a la música italiana, impulsaría nuevamente la zarzuela, de temática mitológica y costumbrista.
Ramón de la Cruz fue el primer autor que apostó por los temas costumbristas madrileños, más cercanos a las zarzuelas que hoy conocemos. Sus obras se representaban en funciones nocturnas veraniegas a beneficio de los cómicos, como Las segadoras de Vallecas (1768) y Las labradoras de Murcia.
Sin embargo, el verdadero resurgimiento de la zarzuela se produjo a lo largo del siglo XIX con la llegada del Romanticismo, impulsado por un grupo de jóvenes compositores españoles, liderados por Francisco Asenjo Barbieri, creadores de la zarzuela moderna.
Tras el asesinato de Juan Prim en 1870, la incertidumbre política y económica vació los teatros, los de zarzuela y los llamados de verso.
Los teatros de Madrid cobraban por una entrada entorno a catorce reales por espectáculos de cuatro horas. La solución para volver a atraer al público fue dividir por cuatro tanto la duración de los espectáculos como los precios, lo que permitió llegar hasta las clases humildes, que abarrotaron nuevamente el teatro.
Este nuevo impulso dio origen al denominado “género chico”, llamado así no por su menor calidad con respecto a la zarzuela, sino por su duración más breve.
A mediados del siglo XIX los compositores Hernando, Barbieri, Gaztambide, Oudriz, Inzenga y Salas, entre otros, fundaron la Sociedad Artística y decidieron levantar un nuevo teatro, destinado exclusivamente a la música lírico-escénica: el Teatro de la Zarzuela. El nuevo edificio se construyó en poco más de seis meses, según el diseño de Jerónimo de la Gándara, que se inspiró en la Scala de Milán. Fue inaugurado el 10 de octubre de 1856, coincidiendo con el cumpleaños de la reina Isabel II.
Sobre sus tablas nacieron obras como El barberillo de Lavapiés y Pan y toros, de Barbieri; Los madgyares, de Gaztambide; La bruja, de Chapí; La Dolores, de Bretón; o Los gavilanes, de Guerrero. En él se estrenaron en España Carmen, de Bizet; el Bolero de Ravel; el Don Juan Tenorio, convertido en zarzuela por el propio José Zorrilla.
Ni siquiera la Guerra Civil supondría un intermedio para la zarzuela ya que, aun con dificultades, continuaron estrenándose y representándose obras.
Además de los compositores mencionados anteriormente, también podemos citar y destacar a los siguientes maestros: Gerónimo Giménez, Amadeo Vives, José Serrano, Pablo Luna, Manuel Penella, Jesús Guridi, Vert y, Francisco Alonso que fueron artífices del resurgir del género con aportaciones que no se pueden dejar de escuchar.
Hoy, el Teatro el de la Zarzuela es un tesoro actual, vivo, moderno y abierto a todos, guardián de la historia musical española y uno de los patrimonios inmateriales (como género lírico y edificio, solo en España) más valiosos que debemos conservar con todo el cariño que se merece, y potenciarlo para que la UNESCO lo nombre lo antes posible Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Desde esta publicación, queremos agradecer al ministro José Manuel Rodríguez Uribes, su sensibilidad y actitud positiva, para poder retomar y presentar la candidatura en nombre de todos los españoles a la UNESCO.
Compositores célebres
- Francisco Asenjo (Barbieri) (El barberillo de Lavapiés) (Jugar con fuego) (Los diamantes de la corona) (Pan y toros) (Chorizos y polacos)
- Joaquín Gaztambide (El estreno de una artista) (Catalina) (Los magyares) (El juramento) (Una vieja)
- Emilio Arrieta (Marina) (Ildegonda) (La conquista de Granada)
- Manuel Fernández Caballero (El dúo de “La africana) (Chateau Margaux) (Los sobrinos del Capitán Grant) (La viejecita) (Gigantes y cabezudos)
- Ruperto Chapí (Jugar con fuego) (La tempestad) (La bruja) (El tambor de granaderos) (La chavala) (La Revoltosa) (Curro Vargas) (Margarita la tornera)
- Tomás Bretón (La verbena de la Paloma) (Jota la Dolores)
- Federico Chueca (La Gran Vía) (Cádiz) (El año pasado por agua) (La canción de la Lola) (Agua, azucarillos y aguardiente)
- Gerónimo Giménez (Trafalgar) (El baile de Luis Alonso) (La boda de Luis Alonso) (La Tempranica) (El barbero de Sevilla) (Enseñanza libre) (La gatita blanca)
- Vicente Lleó(La corte del Faraón)
- Amadeo Vives (Don Lucas del cigarral) (Bohemios) (El húsar de la guardia) (Maruxa) (Doña Francisquita) (La villana)
- José Serrano (La canción del olvido) (Los claveles) (La dolorosa) (Los de Aragón)
- Pablo Luna (Benamor. Danza del fuego) (El niño judío: De España vengo) (La pícara molinera)
- Manuel Penella (El Gato Montes) (Don Gil de Alcalá) (La Malquerida)
- Jesús Guridi (Mirentxu) (El caserío) (La meiga)
- Francisco Alonso (Las corsarias) (La linda tapada) (La bejarana) (La calesera) (La parranda) (Curro el de Lora) (Las leandras) (Doña mariquita de mi corazón) (Luna de miel en El Cairo) (24 horas mintiendo) (La zapaterita) (Maitechu mía)
- Sautuyo y Vert (La leyenda del beso) (Doña Francisquita) (La del Soto del Parral) (El último romántico)