La historia de una civilización es la historia del hombre que vive su vida cada día, en todos sus aspectos. Es la historia de lo que hace y de lo que piensa; y, en último análisis, su contribución a la sociedad en la cual se encuentra. Roma, es “social” como pocas ciudades en el mundo
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En 1980, junto a las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede que se encuentran en la ciudad y la Basílica de San Pablo Extramuros (lugar de sepultura del apóstol San Pablo, la Basílica de San Pablo Extramuros es una de las cuatro basílicas mayores de Roma, la segunda en tamaño por detrás de la de San Pedro), fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Historia
Roma tiene una especial importancia en la historia de la civilización, es decir, la urbanización y por consecuencia las relaciones sociales en un centro poblado. Precisamente porqué fue la capital política del Mundo antiguo y después la capital moral del mundo contemporáneo, Roma no ha tenido la posibilidad de obtener dominios extranjeros, si se exceptúan las de forma espontanea y efímera. Todo lo que se ha hecho en Roma ha sido por desarrollo natural, y lo que ha llegado desde el exterior en el transcurso del tiempo se ha fundido no solamente en la realidad local, sino también en el espíritu de análoga tradición.
La diferencia de los términos es solamente aparente. Es exacto, según lo entendemos, hablar de análoga contradicción, pues la historia de Roma nos proporciona diferentes ejemplos como las ostentaciones, los retrocesos y el continuo resurgimiento de Roma como gran ciudad cosmopolita.
Tenía un millón de habitantes en el siglo II del Imperio, pero trescientos años después se quedó con menos de cuarenta mil habitantes. Con la llegada del papado al gobierno, Roma vuelve a resplandecer por unos siglos, pero las invasiones bárbaras las destruyeron de tal forma que, según la historia, quedó totalmente despoblada. Roma, sin embargo, toma vida otra vez cuando, en el 800, el Emperador Carlo Magno le rinde su nobleza llevando a la ciudad la ceremonia de la coronación. Roma despierta y tiene otro periodo de resplandor. En el año1084 sufre otra invasión y bajo dominación de los normandos la ciudad vuelve a despoblarse.
El voluntario exilio del papa Clemente V de Aviñon, seguido por los de Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI y Gregorio XI –que llevo otra vez la sede papal a Roma- vacía la ciudad entre los años 1305 y 1377, de forma tal que, como ya hemos dicho, las calles de la ciudad permanecen desiertas.
El Renacimiento
Con el Renacimiento, después del “saqueo de Roma” en 1527, la ciudad vuelve a las fastuosidades de los tiempos pasados y desde aquel periodo la marcha ascendente de la
“Ciudad Eterna” –llamada así porque en ella el tiempo parece haberse parado hace siglo- es casi constante. Pero también de su mismo esplendor, salen las contradicciones.
La nobleza romana acapara los edificios antiguos y los transforma en viviendas, no siempre respetando la original armonía. De tal forma el Arco de Jano – que a diferencia de otros arcos de Roma, posee cuatro “caras”, mide aproximadamente 16 metros de altura y 12 metros de ancho- se vuelve fortaleza, y el Teatro de Marcelo convertido en residencia – comenzó su construcción Julio César, y lo finalizo Augusto, quien lo dedico a su sobrino Marcelo. Fue uno de los grandes teatros romanos, y su cávea tenía una capacidad de entre 15.000 y 20.000 personas.
El periodo del renacimiento la ciudad sigue completando su aspecto monumental tomando características mejor definidas. Nuevas calles, iglesias, palacios, plazas se abren en lugares estrechos buscando poner en orden lo que había sido empobrecido, sobre todo con respecto a los monumentos de la Roma Republicana e Imperial.
Dejando aparte los “Foros” y las otras antigüedades de Roma, entre ellas la “Pirámide Cestia” el mejor exponente de arte egipcio en plena ciudad romana, edificada como sepultura para Cayo Cestio Epulón en el año 12 a. de C., cuenta con una base cuadrada de 30 metros de cada lado y una altura que alcanza los casi 37 metros, recubierta en mármol y con un interior en ladrillos. Los laterales de la pirámide muestran inscripciones en latín en la que se menciona el tiempo que duro su construcción: apenas 330 días. También el “Mausoleo de Augusto”, las “Termas de Diocleciano”, y otras más, la Roma del sueño por largo tiempo acariciado por los poetas, escritores, músicos y otros intelectuales, la Roma romántica del turista y del peregrino, nace en este periodo.
Monumentos
A mediados del XIV se construye la estupenda escalinata que sube a la Iglesia de Santa María de Aracoeli que nos la encontramos junto al Monumento a Víctor Manuel II y es una de las iglesias más queridas por el pueblo romano. Contiene al Santo Bambino; la Capilla Sixtina pertenece a mediados del siglo XV; en el XVI se crean los Palacios del Capitolio con la magnífica plaza de Miguel Ángel. En 1600 Lorenzo Bernini, el autor de los diez magníficos ángeles que decoran el Puente del Castillo de San Ángel, crea la Plaza de San Pedro.
También a 1600 pertenecen la Plaza Navonacon tres fuentes majestuosas y un ambiente único, la Plaza Navona se convierte en una de las plazas barrocas más bonitas del mundo y las Iglesias de San Ivo de la Sapiencia, San Andrés de le Fratte y San Carlito de las Cuatro Fuentes, obra de Francisco Borromini.
Los setecientos se caracteriza por la reconstrucción de la sublime “Escalinata de Trinidad de los Montes”; de la espectacular “Fontana de Trevi” la fuente más bonita y espectacular de Roma, millones de personas la visitan cada año y arrojan una moneda al agua esperando que el mito se convierta en realidad; del “Palacio Doria Panphili”. También en esta época fue arreglada la “Plaza de España” cuyas escalinatas son una de las imágenes más conocidas de Roma. La plaza está situada en una de las mejores zonas de Roma.
En el 1800 José Valadier repara de forma inmejorable la “Plaza del Pueblo” y vincula su nombre al Pincio donde se erige la “casina Valadir”. A finales del año 800 y principios del 900 surgen la sede de la Banca de Italia, la “Avenida Veneto”, y la “Plaza de la Exendra” (hoy de la República formada por una gran rotonda en la que se sitúa la Fuente de las Ninfas y rodeada por imponentes edificios).
Vivir Roma no es como vivir otras ciudades; se llega por intermedio de los estímulos más diferentes –espirituales, culturales, históricos o turísticos- que nos detienen ante su encanto, y nos someten por una grandeza, que desborda cada monumento, cada Iglesia y desde sus calles y sus gentes.
Roma Turística
Cuando paseamos por las calles de Roma, nos encontramos a cada paso un monumento o un resto arqueológico de gran importancia. Es la ciudad con la más alta concentración de bienes históricos y arquitectónicos del mundo, es la expresión del patrimonio histórico, artístico y cultural del mundo occidental europeo. Roma es la tercera ciudad de Europa que más visitantes atrae después de Londres y París.
A parte de los monumentos mencionados más arriba, también podemos visitar por su importancia los siguientes:
Coliseo Romano: es el anfiteatro más grande construido durante el Imperio Romano. Durante 5 siglos ofreció espectáculos de leones y lucha de gladiadores.
Catacumbas de Roma: aún se conservan muchas catacumbas como las de San Sebastián, San Calixto, Domitila, Priscina, y Santa Inés y muchas más.
Circo Máximo: ubicado entre los montes Aventino y Palatino fue un recinto extenso con espacio para 300.000 espectadores, lo que le convirtió en el más grande de Roma.
Castillo Sant´Angelo: Conocido como Mausoleo de Adriano, es una fortaleza situada en el margen derecho del río Tíber.
Termas de Caracalla: Construidas entre los años 212 y 216, fueron uno de los mayores centros termales de la antigüedad.
Arco de Constantino: fue levantado en el año 315 en conmemoración de la victoria de Constantino el Grande en la batalla del Puente Milvi. Es el arco del triunfo más moderno de Roma.
Panteón de Agripa: construido por Adriano en el año 126, el Panteón ostenta el honor de ser el edificio mejor conservado de la antigua Roma.
Basílica de Santa María la Mayor: es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y es el más grande de los templos dedicados a la Virgen María.
Basílica de San Juan de Letrán: levantada en el siglo IV en honor a San Juan Bautista y al evangelista San Juan, San Juan de Letrán es la más importante de las cuatro basílicas mayores de Roma. Es también la Catedral de Roma.
Iglesia de Santa María de la Victoria: conmemora la victoria del emperador Fernando II en la Batalla del Monte Blanco, la basílica alberga la famosa escultura de Bernini «El Éxtasis de Santa Teresa».
Iglesia de Santa María del Popolo: se construyó para acabar con el fantasma de Nerón, la Iglesia de Santa María del Popolo fue ornamentada por artistas como Pinturicchio, Rafael, Caravaggio y Bernini.
Iglesia de Santa María de Cosmedin: es una iglesia medieval muy conocida por albergar en su pórtico la Boca de la Verdad. La iglesia fue construida en el siglo VI sobre los restos del Templo de Hércules en el Foro Boarium. La legendaria escultura de enormes dimensiones, cuenta con un diámetro de 1,75 metros, está dedicada al Dios del Mar representado por un rostro masculino con barba, con los ojos, la nariz y la boca perforados.
También Roma acoge museos de gran importancia por la calidad de las obras que albergan en su interior, así, se pueden visitar: Galería Borghese; Museos Capitolinos; Palazzo Massimo; Palacio Altemps; Termas de Diocleciano; Cripta Balbi; Galería Nacional de Arte Romano; Villa Giulia, entre otros.