El Instituto Cervantes marca su estrategia para el próximo año: iberoamericanización, ciencia y expansión en África, e impulsar la red CANOA
Comenzó en San
Lorenzo de El Escorial (Madrid) la Reunión
Anual de Directores del Instituto Cervantes que marcará las pautas de
trabajo del próximo curso. El director, Luis
García Montero, avanzó
la estrategia de esta «institución de Estado, no institución de
Gobierno», que se resume en tres objetivos: colaboración con Iberoamérica
(de donde procede casi toda la fuerza demográfica del español), apuesta por
convertir nuestro idioma en «una lengua de ciencia y tecnología con raíces
humanas», y ampliación de la red de centros, sobre todo en África, Estados
Unidos y Asia. Por su parte, el secretario de Estado de Cooperación
Internacional, Juan Pablo
de Laiglesia, reiteró
los resultados «muy positivos» de la labor del Instituto
Cervantes y su papel decisivo como buque insignia de nuestra política
cultural en el exterior.
Luis García Montero dijo que el Cervantes desempeña una labor esencial en la
política exterior española y que está llamado a ocupar un lugar cada vez más
importante en la diplomacia cultural. Para ello, debe reforzar su
iberoamericanización (diálogo y cooperación con Hispanoamérica) y actuar como
puente entre esos países hispanohablantes y la Unión Europea. En esa política
se inscribe el proyecto Canoa, presentado por vez primera en Córdoba
(Argentina) el pasado marzo, y que pretende coordinar a todos los organismos
nacionales de cultura de España e Hispanoamérica.
García Montero apostó por «convertir la cultura en español en una
estrategia de seducción democrática» en unos tiempos en los que aumenta la
intolerancia. También aspira a «convertir el español en una lengua de
ciencia y tecnología» que hunda sus raíces en el humanismo y no
exclusivamente en la economía, porque el español «no es una lengua de pobres»,
sentenció.
Son algunas de las líneas de trabajo que marcó el director del Cervantes ante
los más de 70 directivos del organismo, tanto en España como en los centros,
reunidos en San Lorenzo de El Escorial. Los directores de centros, verdaderos
embajadores de la diplomacia cultural que ejerce el Cervantes, deben
«demostrar el mejor rostro de la sociedad española y convertir la cultura
en una apuesta por el sueño democrático» que, en su opinión, está «en
duda» en estos comienzos del siglo XXI. A todos ellos les pidió
«compromiso para que las dificultades económicas y de plantillas no sean
excusa para renunciar a esa tarea».
El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el
Caribe, Juan Pablo de Laiglesia, elogió «el entusiasmo, dedicación,
esfuerzo e imaginación para hacer más con lo mismo» de Luis García
Montero, quien precisamente cumple ahora un año al frente del Cervantes. Para
el también presidente del Consejo de Administración del Instituto, «la
lengua y la cultura siguen estando en el centro de la acción exterior del
Estado» y el español goza de muy buena salud en términos demográficos.
África, Asia y Estados
Unidos
Otro asunto fundamental de estos días es estudiar las diferentes formas de
presencia del Cervantes en el mundo en tres grandes áreas estratégicas: África
Subsahariana, Asia y Estados Unidos. Una presencia a través de centros, aulas,
antenas, extensiones y, la fórmula más reciente, «misiones
académicas». En breve se inaugurará el nuevo centro de Dakar (Senegal), el
primero que se abre desde 2012. Actuará como punta de lanza para la promoción
del español en África
Subsahariana a través de unas «misiones pedagógicas» que formarán
a futuros profesores de español en ese país y en otros de la zona, como Costa
de Marfil o Cabo Verde.
También se estudia la apertura de sedes en Estados Unidos (en concreto en Los
Ángeles y Washington) y en diversos países de Asia. El mes pasado se puso en
marcha una extensión en Bagdad (Irak), y se trabaja para abrir nuevas aulas
Cervantes en El Aaiún y en Tinduf, así como en Ramala (a través del centro de
Tel Aviv). Todo ello evidencia los avances en los planes de expansión
geográfica de la institución, a pesar de contar con unos presupuestos
prorrogados por razones políticas.
No obstante, el Instituto se autofinancia en un 50 por ciento gracias a los
ingresos por matrículas (clases de español), certificación (diplomas de español
DELE y SICELE y exámenes para
obtener la nacionalidad española) o acuerdos con entidades públicas y privadas.
Solo en el curso pasado consiguió 130.000 matrículas para estudiar español, una
lengua con 483 millones de hablantes nativos (de los que solo el 8 por ciento
vive en España) y que ronda los 580 millones si se cuentan los que lo conocen
parcialmente o lo estudian como lengua extranjera.
La inauguración del cónclave anual se celebró en el Real Coliseo Carlos III,
construido en 1770. La alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López
Esteban, glosó
los múltiples atractivos culturales, históricos y turísticos de la localidad
que acoge el inmenso Monasterio que mandó construir Felipe II.
La Reunión Anual continuó con una programación en la que destaca la sesión de
trabajo que la Reina Doña
Letizia mantuvo con los directivos de la institución,
«en una nueva expresión del apoyo que la Corona y la Casa Real siempre han
prestado al Instituto Cervantes», en palabras de Juan Pablo de Laiglesia.
Por otro lado, se inauguró la muestra Mario Muchnik, el fotógrafo, con
imágenes cedidas al Cervantes por el creador argentino, y los responsables de
la institución asistieron a la representación teatral Azaña, una pasión española, dirigida
e interpretada por José Luis
Gómez.
El Instituto Cervantes presentó con México, Colombia y Perú la red CANOA para internacionalizar la cultura en español
El Instituto Cervantes
presentó la CANOA, una plataforma panhispánica para internacionalizar la
cultura en español, que se pone en marcha en colaboración con tres importantes
instituciones hispanoamericanas: la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto
Caro y Cuervo (Colombia) y el Centro
Cultural Inca Garcilaso (Perú).
CANOA dio su primer paso en el Congreso Internacional de la Lengua Española que
se celebró en Córdoba (Argentina). En una sesión especial de la tercera
jornada, firmaron el acuerdo –y escenificaron su puesta en marcha– el director
del Instituto Cervantes, Luis García Montero; el embajador de Perú
en Argentina –en nombre del Centro Cultural Inca Garcilaso- Peter Camino;
la directora del Instituto Caro y Cuervo, Carmen Millán,
y el coordinador de Humanidades de la UNAM, Alberto Vital.
Canoa fue la primera palabra de la América de sus pueblos originarios que fue
adoptada por la lengua española, que no tenía su propio nombre para denominar
tan desconocido medio de navegación sobre el agua sirviéndose de un tronco. Sus
cinco letras sirven hoy para bautizar este ambicioso proyecto.
CANOA es un instrumento de los países hispanohablantes para favorecer la acción
internacional conjunta y reforzar una presencia cultural potente y coordinada.
Se parte de la premisa de que la lengua común, un patrimonio compartido por más
de 570 millones de hablantes, y la riqueza de las expresiones culturales de
España e Hispanoamérica nos hacen cada vez más influyentes y relevantes como
polo de civilización en el mundo multipolar del siglo XXI.
El director de Relaciones Internacionales del Instituto, Rafael Soriano,
presentó en su momento la nueva red, cuyo objetivo es que los países
integrantes del “polo panhispánico” remen juntos con un mismo objetivo, aunque
cada país podrá divulgar sus propias expresiones nacionales.
Para que no quede en una mera declaración de intenciones, se pondrán en marcha
proyectos concretos y tangibles de divulgación de la cultura en español. Y se
invitará a otros organismos y entidades –públicas y privadas– de promoción
cultural del resto de países hispanoamericanos a integrarse en este espacio de
difusión cultural denominado CANOA.
Diploma de Acreditación
Docente
El Cervantes también presentó en el Congreso un nuevo Diploma de Acreditación
Docente (DAD) para profesores de español. Dado que estos son una pieza
fundamental en la enseñanza del español como lengua extranjera, el Instituto
–organismo de referencia internacional en la formación de profesores de
español– quiere mejorar el sistema que acredita su capacitación, lo que a la
postre contribuye a mejorar el aprendizaje por los no hispanohablantes. Para el
director Académico del Cervantes, Richard
Bueno, este nuevo diploma se convertirá en una herramienta
fundamental en la acreditación del profesorado en los próximos años.
También se presentó el proyecto “Instituto Cervantes Lab”, un laboratorio de
ideas que se enmarca en las líneas maestras de la estrategia cultural del
Instituto (panhispanismo, sostenibilidad, agenda digital…), según explicó el
director de Cultura, Martín
López-Vega. Se pretende mostrar una cultura vanguardista en
sus múltiples facetas, aplicable también a asuntos como la ciencia en español,
la memoria histórica de los exiliados o la defensa de las lenguas cooficiales
de España.
Todas estas iniciativas se dieron a conocer en la sesión plenaria especial que
el Congreso dedicó a las instituciones organizadoras: el Cervantes, la RAE y ASALE (la asociación de
Academias) y el país anfitrión, en este caso, Argentina).
Monasterio y Sitio de San Lorenzo de El Escorial declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1984
Construido a finales del siglo XVI, el Monasterio de El Escorial se encuentra en un sitio excepcionalmente hermoso en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama, al norte de Madrid. Fue el retiro de un rey místico, Felipe II, y se convirtió en los últimos años de su reinado en el centro del mayor poder político de la época.
Felipe II fundó el monasterio en 1563 como monumento votivo y panteón a los monarcas españoles desde el Sacro Emperador Romano Carlos V en adelante. Su diseño, que es complejo, pero también simple, fue creado por Juan Bautista de Toledo, alumno español de Miguel Ángel durante las obras de la Basílica Vaticana, y completado por Juan de Herrera después de la muerte de Toledo.
El sitio real incluye el monasterio, un complejo de piedra de extraordinarias dimensiones rodeado de jardines formales y los jardines de los monjes, la Casa de los Oficios y los Cuartos de la Compañía donde se alojaban los servicios del palacio y el monasterio. En el siglo XVIII, se construyeron las nuevas Casas de Oficios, que completaron la Lonja (la explanada de piedra) y, en consecuencia, un pequeño pueblo surgió alrededor del monasterio, convirtiéndose en un modelo de la Ilustración, acomodando la corte y los dos países. Villas para los hijos de Carlos III.
Dentro del enorme volumen del monasterio, hay un conjunto de diferentes edificios: el monasterio, la iglesia, el palacio real, la escuela, el seminario y la biblioteca real, organizados brillantemente en torno a once patios principales y tres patios de servicio. Algunos dicen que el diseño es similar al de la parrilla, el instrumento utilizado para el martirio de San Lorenzo. Su arquitectura austera, un estilo escasamente ornamentado, conocido como «herreriano», fue una ruptura con los estilos anteriores y tuvo una profunda influencia en la arquitectura española durante más de medio siglo. No obstante, varias habitaciones tienen una decoración muy rica y sublime. Los escritores contemporáneos lo elogiaron como uno de los más grandes paradigmas de las artes: la «Octava Maravilla».
El Real Monasterio y Sitio de San Lorenzo del Escorial es el monumento que simboliza la expresión ideológica y artística que inspiró y representó a la monarquía católica española durante la Edad de Oro, entre los siglos XVI y XVII, así como su permanencia hasta el final de El Antiguo Régimen.