El principal objetivo del proyecto BODAH, liderado por Turismo de Santiago de Compostela y en el que participan otras seis entidades de España, Francia, Portugal y Reino Unido
Se trata de medir y entender mejor el comportamiento tanto de los visitantes como de los habitantes de las ciudades patrimoniales del Espacio Atlántico para facilitar su gestión y lograr un turismo sostenible.
Santiago de Compostela, ciudad Patrimonio de la Humanidad, es uno de los cuatro destinos pilotos del proyecto Big and Open Data for Atlantic Heritage (BODAH) en el que se recopilarán, analizarán y modelizarán una amplia variedad de datos para comprender mejor y poder gestionar los flujos turísticos en las ciudades patrimoniales del arco atlántico. Los otros destinos piloto son San Sebastián, País Vasco francés y Cork.
Santiago de Compostela fue declarada en 1985 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, al considerar que a su belleza urbana y a su integridad monumental se añadían los profundos ecos de su significación espiritual como santuario apostólico y destino del más importante movimiento religioso y cultural de la Edad Media: la peregrinación por el Camino de Santiago.
Las anteriores razones, tanto de tipo monumental como cultural, dejan clara la capital importancia de la ciudad desde su nacimiento en la Edad Media, constituyéndose en el paradigma de la ciudad universal por ser destino de peregrinación, no solo religiosa, sino también cultural.
Dentro del casco histórico de la ciudad, la Catedral, sus cuatro plazas y las calles aledañas concentran el mayor número de turistas y visitantes de la ciudad. En este casco histórico se concentran los lugares de mayor atractivo para los turistas.
Sistema de indicadores
Para la recopilación de datos en Santiago, desde el proyecto BODAH se ha elaborado un sistema de indicadores que establece qué aspectos es necesario medir y evaluar para alcanzar una adecuada gestión del turismo. Así, responde a cinco cuestiones fundamentales: qué lugares son los más visitados, cuántas personas reciben, cómo afecta ese tránsito al sitio en cuestión, qué percepción tienen el turista y el habitante del destino y, qué efectos socio-económicos se generan en la ciudad.
La respuesta viene determinada por 30 indicadores, con una triple funcionalidad: conocer la situación real de los lugares o espacios monitorizados; anticipar y prevenir posibles saturaciones y establecer estrategias de acción orientadas a fomentar las buenas prácticas en el ámbito del turismo.
De este modo, el sistema desarrollado dentro del proyecto BODAH permitirá, por ejemplo, saber cuántas personas visitan en un determinado momento el centro histórico de la ciudad de Santiago, cuánto tiempo permanecen allí, cómo afecta su visita al entorno, qué imagen se lleva el turista de la ciudad o cómo percibe su estancia la población local.
Una información fundamental para poder gestionar el turismo en cualquier momento y muy especialmente ahora, cuando las medidas de seguridad han de ser extremas y, en todo momento, los flujos de visitantes han de estar controlados para garantizar la seguridad.
Los datos correspondientes a Santiago se recopilarán en los próximos meses y, evidentemente, no alcanzarán las cotas de visitas que existían antes de la pandemia, pero, sin duda, contribuirán a una mejor gestión del turismo con o sin restricciones.
El proyecto BODAH, en el que junto a Turismo de Santiago, participan Fomento de San Sebastián, Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, Universidade Nova de Lisboa, Cork Institute of Technology , Glasgow Caledonian University y Bangor University se desarrolla dentro del programa Interreg Atlantic Area, con un presupuesto total de 1.573.373 euros, de los cuales un 75% son aportados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).