No obstante, el informe de la UNESCO dice que algunos países escapan a esta tendencia de niños sin escolarizar y muestran que es posible avanzar rápidamente
Según un nuevo documento de política de la UNESCO, aún hay 58 millones de niños de entre 6 y 11 años sin escolarizar, lo que supone una escasa mejora general desde 2007. No obstante, el documento señala que es posible lograr cambios positivos, destacando los casos de 17 países que han reducido el número de niños sin escolarizar cerca de un 90% en poco más de un decenio.
Estos países han invertido en medidas positivas como la supresión de los derechos de matrícula, la adecuación de los planes de estudios y el apoyo económico a las familias necesitadas.
Estos datos se hicieron públicos en una conferencia de prensa de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, que tuvo lugar en Bruselas, en el marco de una conferencia sobre promesas de contribuciones organizada por la Alianza Mundial para la Educación, en la que se espera que los donantes y los países renueven su compromiso de lograr que todos los niños accedan a la escuela y al aprendizaje.
En palabras de la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, “sumada a los recientes datos de la UNESCO que muestran una nueva disminución de la ayuda para la educación, la falta de avances en la reducción del número de niños sin escolarizar confirma nuestro temor: efectivamente, no existe posibilidad alguna de que los países alcancen el objetivo de la educación primaria universal de aquí a 2015”. “No podemos seguir inmóviles ante estos datos. Al contrario, debemos dar la señal de alarma y recabar la voluntad política necesaria para garantizar que se respete el derecho a la educación de todos los niños”.
Las nuevas estadísticas mundiales recopiladas por el Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) muestran que alrededor del 43% de los niños sin escolarizar
-15 millones de niñas y 10 millones de niños- probablemente nunca pisarán un aula de mantenerse las tendencias actuales.
La falta de avances a escala mundial se debe en gran medida al elevado crecimiento demográfico en el África Subsahariana, una región donde actualmente hay 30 millones de niños sin escolarizar. La mayoría de estos niños nunca empezarán la escuela y aquellos que lo hagan corren el riesgo de abandonarla. En toda la región, más de uno de cada tres niños que se incorporaron al sistema educativo en 2012 lo abandonarán antes de llegar al último grado de primaria.
Asimismo, el documento revela profundas brechas en la educación de los niños de mayor edad, de entre 12 y 15 años. En 2012 había un total de 63 millones de adolescentes sin escolarizar en todo el mundo. Aunque en el Asia Meridional y Occidental las cifras se han reducido cerca de un tercio desde 2000, esta región cuenta con el mayor número de adolescentes sin escolarizar: 26 millones. En el África Subsahariana hay 21 millones de adolescentes sin escolarizar, una cifra que seguirá aumentando si se mantienen las actuales tendencias.
El documento incluye una serie de análisis del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo en los que se observa que 17 países, que representaban alrededor de un cuarto de la población mundial sin escolarizar en 2000, consiguieron desligarse de esta tendencia al reducir un 86% sus cifras de población no escolarizada, de 27 millones a menos de 4 millones, en poco más de un decenio. En Nepal, por ejemplo, en 2000 no estaban escolarizados el 24% de los niños, pero en 2013 este índice había caído hasta el 1%. En ese mismo periodo, en Marruecos, la población sin escolarizar se redujo un 96%.
El análisis llega a la conclusión de que las siguientes seis políticas han contribuido a que los niños en edad de cursar enseñanza primaria acudan a la escuela; de ellas se podrían extraer conclusiones útiles para otros países:
- Eliminación de los derechos de matrícula: Burundi suprimió los derechos de matrícula escolar en 2005 y, en un plazo de seis años, la matriculación en enseñanza primaria pasó del 54% al 94%.
- Transferencias de efectivo con fines sociales: en Nicaragua, que en 2000 inició un programa de transferencias de efectivo para ayudar a las familias a hacer frente al costo de la escolarización, el porcentaje de niños que nunca habían ido a la escuela se redujo del 17% en 1998 al 7% en 2009.
- Mayor atención a las minorías étnicas y lingüísticas: en 2003, Marruecos introdujo en la educación primaria la enseñanza del idioma local amazigh, con lo que el porcentaje de niños que nunca habían ido a la escuela descendió del 9% en 2003 al 4% en 2009.
- Aumento del gasto en educación: tras duplicar el gasto en educación, Ghana experimentó un incremento en el número de niños matriculados en la escuela, desde los 2,4 millones de niños en 1999 hasta los 4,1 millones en 2013.
- Mejora de la calidad de la educación: Vietnam, tras implantar un nuevo plan de estudios que pone especial atención en los alumnos desfavorecidos, logró reducir a menos de la mitad entre 2000 y 2010 el porcentaje de niños que nunca habían ido a la escuela.
- Superación de los conflictos: en Nepal, al acabar la guerra civil, en 2006, se había logrado poner fin a la desigualdad en el acceso a la educación entre los niños que vivían en zonas de conflicto y los demás, gracias a unos programas que incrementaron las oportunidades educativas, especialmente mediante la concesión de becas a grupos marginados.
Según la Sra. Bokova, “estos países se enfrentan a circunstancias muy distintas, pero todos ellos comparten la voluntad política necesaria para lograr un auténtico cambio en la educación. Aunque han conseguido un cambio trascendental, su labor está lejos de haber terminado: ahora deben velar por que todos los niños finalicen su escolaridad y adquieran las competencias necesarias para llevar una vida sana y productiva. En cualquier caso, otros países pueden aprender desde ya de estas experiencias, que demuestran que es posible lograr un verdadero avance. Debemos perseguir ese avance, se lo debemos a los niños”.