Un sistema de alerta temprana es una medida de adaptación al cambio climático que utiliza sistemas de comunicación integrados con el fin de ayudar a las comunidades a prepararse para los peligros relacionados con el clima
Un sistema de alerta temprana diseñado correctamente ayuda a salvar vidas, puestos de trabajo, tierras e infraestructuras, y contribuye a la sostenibilidad a largo plazo. Los sistemas de alerta temprana ayudan a funcionarios públicos y administradores a planificar, ahorrar dinero a largo plazo y proteger las economías. La ONU, en colaboración con distintos socios, ha introducido numerosas iniciativas de innovadores sistemas de alerta temprana en áreas vulnerables de todo el mundo.
El programa especial del PNUD para el fortalecimiento de la información climática y los sistemas de alerta temprana para el desarrollo de la resiliencia climática y la adaptación al cambio climático es un programa exhaustivo implementado a lo largo de África, Asia y el Pacífico. Se han implementado sistemas a nivel subregional y regional para garantizar una respuesta rápida y una capacidad de preparación ante los desastres naturales. Estos utilizan un modelo que integra el conocimiento, la supervisión y la anticipación de los riesgos, la diseminación de la información y la respuesta ante alertas.
En Uganda, donde el 64 % de la población depende de la agricultura para su subsistencia, la mayoría de estaciones meteorológicas quedaron deterioradas tras la guerra civil, los cambios gubernamentales y un mantenimiento deficiente. El proyecto para el fortalecimiento de la información climática y los sistemas de alerta temprana (SCIEWS) ha sustituido estaciones meteorológicas antiguas e inadecuadas con sistemas actualizados, lo cual ha contribuido a la reducción del riesgo de desastres con medios más eficaces para generar y diseminar la información.
En el Sudeste Asiático, el amplio litoral y los países en zonas bajas convierten a esta región en una zona especialmente vulnerable frente al aumento de las condiciones climáticas extremas. En Camboya, por ejemplo, más de 1,7 millones de personas se vieron afectadas en 2013 por inundaciones, lo que supuso una pérdida de 365 millones de dólares; en 2016 el número de personas afectadas por pérdidas había aumentado a más de 2,5 millones de personas, lo que reflejaba un crecimiento de las inundaciones relacionadas con el clima. Un programa de cuatro años implementado por el PNUD, en colaboración con el gobierno y otros socios, fomentó la instalación y la reactivación de estaciones climáticas y agrometeorológicas automáticas, así como de estaciones hidrológicas automáticas, en todo el país. Ahora los agricultores pueden acceder a boletines climáticos para obtener información detallada y poder planificar de manera informada con el fin de evitar consecuencias que resulten costosas, tanto a nivel económico como personal.
El proyecto de alerta temprana del PNUMA denominado «Climwarn», una alianza con organismos de Burkina Faso, Ghana y Kenia, ha sustituido métodos meteorológicos rudimentarios con un sistema más sofisticado que utiliza tecnologías modernas para avisar a las comunidades de posibles inundaciones y otros riesgos. Esta información se transmite a las regiones rurales por correo electrónico y mensaje instantáneo, lo que contribuye a una mejor preservación de los cultivos y recursos de subsistencia.
Los organismos de la ONU también proporcionan asistencia como socios para la implementación de la iniciativa de riesgo climático y sistemas de alerta temprana (CREWS), presentada en la Conferencia de París sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas en 2015. La iniciativa CREWS fomenta la capacidad de los sistemas de alerta temprana de riesgos múltiples, y se ha implementado en 19 países de África y el Pacífico, incluidos los países menos adelantados (PMA) y pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), que son más propensos a sufrir inundaciones y ciclones tropicales. En junio de 2018, la iniciativa CREWS anunció que el programa se implementaría en la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Malí y Níger. El Comité Directivo de la iniciativa CREWS sigue identificando nuevos países de África y Asia en los que es posible financiar los programas.