En su empeño de atraer al público joven al Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco vuelve a sorprender con El Dúo de ´La Africana` hecho por jóvenes y para jóvenes
El proyecto Zarza persigue acercar el género de la zarzuela a las nuevas generaciones con unos precios muy ajustados, y qué mejor manera de hacerlo que utilizando su propio lenguaje.
Estará interpretado por jóvenes cantantes y actores, en su mayoría entre los 18 y los 28 años, elegidos a través de un largo y minucioso proceso de más de 100 audiciones a las que se han presentado más de 300 chicos y chicas, que tras una minuciosa elección en la que el Teatro de la Zarzuela, ha puesto a disposición de los seleccionados para representar la zarzuela, a los mejores profesionales para darles una gran formación en todos los ámbitos requeridos.
Se trata de una versión libre de la obra de Fernández Caballero firmada por Susana Gómez, quien se ocupa también de la dirección de escena. La dirección musical corre a cargo de Miguel Huertas.
El Teatro de la Zarzuela tiene el firme propósito de popularizar el género que le da nombre, la zarzuela, en este siglo XXI que avanza ya, y a toda prisa, por su segunda década. Sumar al público fiel que desde hace años asiste a las funciones y se abona a las temporadas, ese otro espectador que aún no acude al Teatro por prejuicios hacia el género o por desconocimiento. Y dentro de esta resuelta intención, cobra una especial importancia el público joven: lograr que este se acerque sin miedo y libre de ataduras a la zarzuela, dándole así continuidad y asegurando su futuro, es el laborioso objetivo.
En esta zarzuela se recoge el concepto de metateatro como invitación al público para asomarse tras el telón, allí donde habitualmente no puede acceder. De esta manera, encontramos dos marcos sucesivos de ficción: la representación de La africana, ópera de Meyerbeer que no tiene apenas espacio real en el desarrollo de la obra, pero que funciona como el desencadenante de la verdadera trama. Ésta narra las dificultades de una compañía lírica para llevar a buen término la realización de su espectáculo.
Esta otra perspectiva del público pone al descubierto a los intérpretes de La africana, humanizados y cercanos por ser observados en el desarrollo habitual de su profesión. Por otro lado, la idea de sorprender a la compañía tras el telón proporciona la oportunidad, no sólo de hacer sentir al público que forma parte de la compañía, sino de flexibilizar el espectáculo dando cabida en él a todo lo que se desee, puesto que la propia zarzuela se propone como un ensayo.
La zarzuela no es para jóvenes
En el siglo XXI nadie parece apostar por un género que parece condenado a la desaparición o al museo. Los profesionales del teatro musical siempre se sentiran más inclinados a trabajar sobre óperas extranjeras o piezas contemporáneas antes de abordar el ingente repertorio en español. El entorno educativo tampoco está familiarizado con los códigos de la zarzuela más allá de las referencias familiares y, por otro lado, el público aficionado que en alguna ocasión podemos encontrar en las butacas de los teatros supera en muchos casos la edad de la jubilación . ¿Por qué entonces se insite en hacer zarzuela con jóvenes y para jóvenes?
A menudo se considera que este género nada tiene que ver con el mundo en el que vivimos. Posiblemente a eso se podrá responder que –en el mejor de los casos– se trata de historias universales, como son El barberillo de Lavapiés o Luisa Fernanda. ¿Es nuestra zarzuela una forma escénica ya superada? ¿Están trasnochados los temas que abordan La Gran Vía o El dúo de “La africana”? ¿O simplemente falta voluntad para trasladar a los intereses del público actual zarzuelas que en su momento fueron todo un fenómeno de masas? Tenemos que reconocer nuestros prejuicios y desconocimiento sobre un género que, a pesar de su longevidad, todavía tiene mucho que ofrecer al nuevo espectador de teatro musical.
La zarzuela por horas nació como un género vivo que respondía a los vaivenes sociales de una época convulsa y que no tenía ningún reparo en variar e introducir nuevas letras o melodías en función de los acontecimientos que tenían lugar fuera del escenario. Era el lugar de reunión, espejo de una sociedad en el que los espectadores podían asistir a una versión irónica y divertida de los acontecimientos que se daban a conocer a través de la prensa o en los lugares de encuentro de las clases populares, ya fueran corralas, tabernas o bares. Nada queda ya de ese mundo. Internet es el foro de encuentro y, a través de él, no sólo recibimos noticias sino que participamos –aparentemente– en el devenir de la historia y la cultura. Los musicales son la forma escénica que de algún modo ocupan hoy el lugar de aquellas zarzuelas y, tanto éstas, como gran parte de su público insisten en mantener un formato que resulta a todas luces obsoleto.
Por ello, se hace hoy más necesario que nunca rescatar todo lo que de válido tiene el teatro musical en español, que es mucho, y darlo a conocer a los jóvenes de un modo en el que puedan conectarse. Y no es tan difícil. La música es capaz de romper todo tipo de barreras: también las generacionales.
Asimismo, un grupo de profesionales de todos los ámbitos de la cultura, se están uniendo para que un género lírico como es la Zarzuela, sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, con lo que se conseguirían dos objetivos fundamentales, por un lado, la conservación y protección del género y, por el otro, fomentar el talento creativo para la creación y representación de nuevas zarzuelas y, nuevos y variados públicos para mantener viva la zarzuela.
Sinopsis de ´El Dúo de la Africana`
Una modesta compañía lírica se prepara para el ensayo de La africana, ópera de gran éxito de Meyerbeer. Querubini, el empresario que dirige dicha compañía, tiene la política de gastar lo menos posible, tanto en los decorados como en los cantantes. Él mismo explica que “E una compañía qüesta di ópera barata, di verano” y que ahorra costes porque contrata a familiares para no tener que pagarlos: “Non si paga qüi a nadie. Per mé tutto”, a la vez que se exaspera por lo poco que se trabaja en los ensayos.
Durante la función, el tenor Giussepini aprovecha descaradamente la situación para abrazar a la primera cantante de la compañía, la Antonelli, esposa de Querubini. Éste reacciona celoso interrumpiendo el dúo, a lo que el público responde con abucheos. Querubini llama a capítulo al tenor, del que no se quiere deshacer, pues canta sin cobrar, “por amor al arte”. Para alejarle de su esposa, le ofrece la mano de su hija Amina, sin embargo, aquél no se decide.
En el siguiente dúo de Giussepini y la Antonelli, la pareja canta de nuevo ardientemente, por lo que Querubini vuelve a interrumpir la función. El creciente revuelo del público obliga a intervenir a la policía. Por añadidura, se sumará la madre del Giussepini, dona Serafina, que irrumpe en el escenario pretendiendo llevarse a su hijo a casa. La Antonelli se desmaya al ver que pierde a su amante, el público se enfurece y, ante la posibilidad de tener que devolver el dinero a los espectadores, Querubini reanima a su esposa y reanuda el espectáculo dando fin a la obra.
Ficha artística
Música: Manuel Fernández Caballero
Libreto: Miguel Echegaray
Estrenada en el Teatro Apolo de Madrid el 13 de mayo de 1893
Equipo artístico
Dirección musical Miguel Huertas
Dirección de escena Susana Gómez
Escenografía Elisa Sanz
Vestuario Gabriela Salaverri
Iluminación Alfonso Malanda
Coreografía Ferran Carvajal
Videoescena Bruno Praena
Adaptación musical Javier López de Guereña
Reparto
INOCENTE LÓPEZ, INO Natán Segado
SINFOROSO, SINFO Mitxel Santamarina
RUBINI, GUILLERMO RUBIO Felipe Forastiere
AMINA Cielo Ferrández
GIUSSEPÍN, JESÚS CASTRO Alberto Frías
ANTONELLI, TONI GARCÍA Talía del Val
CANTANTE David Pérez
SERAFINA DEL ENCINAR, FINA Lara Chaves
INSPECTOR José Luis Fernández
Compañía: María Arévalo, Cristina García, María José Garrido, Ángel Martínez, Robert Matchez, Paula Moncada, Raúl Ortiz, Lara Sagastizábal, Cristina Teijeiro.
Funciones
Escolares
28 de febrero y 1 de marzo de 2018, a las 10.00 h. y 12:30 h.
2 de marzo de 2018, a las 10.00 h.
Abiertas al público
2 de marzo de 2018, a las 19:00 h.
3 de marzo de 2018, a las 19:00 h.
4 de marzo de 2018, a las 12.00 h.
Teatro de la Zarzuela, Jovellanos, 4.- 28014 Madrid – España