El Museo Nacional del Prado presenta por primera vez en sus salas San Juan Bautista, obra de su colección recientemente atribuida a Tiziano y restaurada con el apoyo de la Fundación Iberdrola en su calidad de miembro protector del programa de restauraciones del Museo. La presentación de esta nueva atribución del Prado tiene lugar en el marco de una pequeña exposición en la que se exhiben también otros dos San Juan Bautista del artista, procedentes de Venecia y El Escorial.
El Museo del Prado presenta, por primera vez en sus salas, la obra San Juan Bautista, h. 1555, atribuida recientemente a Tiziano y anteriormente catalogada, desde su llegada al Museo en 1872, como anónimo madrileño del siglo XVII. Tras años de estudio y restauración, la obra – depositada entre 1886 y 2007 en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen en Cantoria (Almería)- se revela como un original del artista veneciano, basada en una versión anterior al San Juan Bautista de la Galleria dell’Accademia de Venecia, pintado hacia 1530-32.
Hasta el próximo 10 de febrero la obra de Tiziano, propiedad del Museo del Prado, permanecerá expuesta en la sala D del edificio Jerónimos junto a las otras dos obras que se conservan del pintor dedicadas a San Juan Bautista y que forman parte del catálogo tradicional del artista; la más temprana, custodiada en la Galleria dell’Accademia de Venecia, y la última, conservada en el monasterio de San Lorenzo del Escorial.
San Juan Bautista de Tiziano en el Prado
San Juan Bautista es la única obra de Tiziano del Museo del Prado que no procede de la Colección Real, sino del Museo de la Trinidad. Llegó en 1872 al Museo como «anónimo madrileño del siglo XVII» y, como tal, fue enviado, catorce años después, a la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen en Cantoria, una localidad de la provincia de Almería.
En el catálogo de la exposición “Tiziano” en 2003, Miguel Falomir, Jefe de Departamento de Pintura Italiana y Francesa (hasta 1700) del Museo Nacional del Prado y comisario de la muestra, ya proponía que la obra podía ser la copia puntual de un San Juan Bautista de Tiziano perdido. Así, en octubre de 2007, el Museo del Prado comenzó su estudio y este reveló que no era una copia sino un original del artista veneciano. Características técnicas, como la preparación de albayalde con adición de carbonato cálcico, y la similitud del paisaje con los de otras obras de Tiziano de inicios de la década de 1550, permiten fechar entonces el cuadro del Prado.
El San Juan Bautista del Prado llegó al museo en un lamentable estado de conservación. La magnífica restauración de Clara Quintanilla ha permitido recuperar la legibilidad de la composición al restablecer el equilibrio de la figura con su entorno y, en las áreas menos dañadas (celaje y paisaje), apreciar la grandeza y sutilidad del arte de Tiziano. La importancia del nuevo San Juan Bautista no es sin embargo tanto estética (ha sufrido demasiado para ello), como documental. De un lado, se ha podido constatar que fue una de las composiciones religiosas de Tiziano más populares en España a tenor del elevado número de copias que se han localizado. Que las más tempranas procedan de Zaragoza y alrededores sugiere que su primer propietario debió residir allí, y probablemente fuera Martín de Gurrea y Aragón, IV duque de Villahermosa (1526-1581). En segundo lugar, ofrece un testimonio excepcional sobre el modo como Tiziano replicaba sus composiciones (véase siguiente epígrafe). Finalmente, ofrece información sobre los otros dos San Juan Bautista de Tiziano conservados y, en el caso del procedente del Escorial, apuntala su autoría ticianesca, puesta en duda recientemente.
La realización de réplicas en la bottega de Tiziano
Cuando pintaba una obra, y previendo eventuales encargos, Tiziano solía realizar simultáneamente una copia. Esta copia se conservaba en la bottega hasta que Tiziano decidía transformarla en una réplica. Para ello introducía pequeños cambios que la diferenciaban de la composición de la que derivaba y convertían la réplica en un nuevo original. En ese momento se hacía una nueva copia, a fin de guardar un ricordo para eventuales réplicas. El resultado es que no hay dos ticianos idénticos
Este proceso se observa en las radiografías de las obras que se incluyen en la exposición, ya que muestran invariablemente la composición de la que parten. La radiografía de la última versión, la del Escorial, muestra una composición diferente a la que se ve en superficie, con un santo más musculoso que viste un chaleco de piel de camello abotonada y descansa su mano derecha sobre el pecho, es decir, reproduce la obra del Prado. De la misma manera, la radiografía del Bautista del Prado deja ver el cuadro de la Accademia, el más temprano. Los tres San Juan Bautista proporcionan el ejemplo más dilatado en el tiempo del modo cómo Tiziano realizaba sus réplicas, pues entre la primera versión (Venecia, h. 1530-32) y la última (El Escorial, h. 1565-70), median aproximadamente treinta y cinco años.
Catálogo
La muestra está acompañada por una publicación que documenta todo el proceso de restauración del cuadro así cómo la historia del mismo. El catálogo ha corrido a cargo de Miguel Falomir, comisario de la muestra.
Actividades complementarias
El Área de Educación del Museo ha preparado un programa de actividades en torno a esta muestra
Conferencias
28 de noviembre, miércoles. 18.30h.
Tiziano. San Juan Bautista
Miguel Falomir
Museo Nacional del Prado
Itinerarios didácticos
Durante el mes de enero, los visitantes del Museo podrán asistir gratuitamente a una breve charla didáctica en la sala de exposición.
Enero
Miércoles 11.00 h
Jueves a las 17.00 h.
Inscripción necesaria 15 minutos antes del comienzo de la actividad en el punto de encuentro del Área de Educación en el vestíbulo del edificio Jerónimos.