La cultura ha demostrado ser indispensable durante el periodo de la COVID-19 y la demanda de acceso virtual a los museos, sitios del patrimonio, teatros y espectáculos ha alcanzado niveles nunca vistos
Al paralizar la COVID-19 el turismo mundial, millones de personas en cuarentena han empezado a buscar experiencias culturales y viajeras desde sus casas.
Con más del 80% de los bienes del Patrimonio Mundial cerrados, el sustento de millones de profesionales del turismo está en grave peligro.
Si el turismo aspira a contribuir a la supervivencia del sector cultural, es decir, los cines, las artes y otros muchos segmentos, debería reforzar la identidad cultural y el branding de los destinos turísticos.
A pesar de todos los retos, el turismo y la cultura ahora tienen la oportunidad de crear nuevas alianzas y colaboraciones, reinventarse juntos, diversificar la oferta, llegar a otros públicos, desarrollar nuevas capacidades y apoyar la transición global a las nuevas condiciones.
Las recomendaciones que se exponen a continuación han sido preparadas por el Departamento de Ética, Cultura y Responsabilidad Social de la Organización Mundial del Turismo (OMT), en colaboración con sus socios internacionales competentes en materia de cultura y turismo.
Respuesta inmediata
Mejorar el intercambio de información y datos entre los sectores
El flujo de información entre sectores es clave para entender el impacto de la pandemia e idear respuestas efectivas. La disponibilidad de datos específicos sobre el impacto socioeconómico de la COVID-19 en la cultura y el turismo, así como sobre las soluciones que se están adoptando para la supervivencia del turismo cultural, permitirán diseñar planes de mitigación más específicos que respondan a las diferentes necesidades y repliquen con éxito las buenas prácticas.
Poner en marcha alianzas innovadoras
El confinamiento ha demostrado la importancia de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación en nuestra vida diaria. Con millones de personas confinadas en sus casas, este es un momento oportuno para desarrollar y promover experiencias culturales para una audiencia cautiva. El reto es proporcionar estas experiencias de una manera que aporte beneficios directos a las organizaciones y a los profesionales afectados. Durante esta transición digital, el turismo y la cultura pueden forjar alianzas con las compañías tecnológicas y el sector privado a fin de mejorar el acceso a los programas de capacitación sobre turismo cultural y sostenible, disponibles online.
Inspirar un futuro más sostenible para el turismo cultural
Los sectores del turismo y la cultura deben seguir trabajando de manera conjunta para inspirar un futuro más sostenible del turismo cultural. Las estrategias de marketing turístico están poniendo de relieve expresiones culturales locales no solo para llegar a nuevos públicos, sino también para inspirar un turismo más responsable Los destinos y los sitios culturales están luchando por sobrevivir en este periodo de hibernación mientras planifican su reapertura hacia el turismo.
Formar una fuerza de trabajo en el turismo y la cultura que sea más resiliente
Los perfiles profesionales de los trabajadores de la cultura y el turismo requerirán nuevas capacidades para poner en marcha acciones inmediatas y participar en la recuperación de sus respectivos sectores. Ambos necesitan desarrollar soluciones de empleo creativas e inventivas para crear una fuerza de trabajo más resiliente, después de décadas de precariedad. Los puestos de trabajo existentes en el turismo cultural deberían mantenerse y elevar su cualificación, puesto que el talento humano y el conocimiento ya están allí.
Fortalecer las estructuras de gobernanza para una mejor coordinación y un mayor intercambio de información
Esta crisis es una oportunidad idónea para construir modelos de gobernanza intersectorial entre los agentes clave del turismo y la cultura. Estos modelos deberían involucrar a socios tecnológicos para construir plataformas y foros de intercambio a fin de coordinar acciones e intercambiar información. Las plataformas deberían contar con un sistema de comunicación efectiva que permita la adopción de decisiones y acuerdos sobre la fijación de los límites del desarrollo turístico en relación con los bienes culturales.
Atraer nuevos públicos
El sector cultural, al tender puentes a los niños y los jóvenes, está formando unos ciudadanos globales comprometidos, quienes serán los turistas del futuro. Los vínculos emocionales que emergen ahora entre los ciudadanos y los creadores culturales marcarán la diferencia en los próximos años. El confinamiento puede conseguir también que los visitantes que visitan a menudo un mismo destino, al igual que los turistas culturales de mayor edad, apoyen la cultura con acciones de patrocinio y solidaridad.
Recuperación
Pasar de la cantidad a la calidad
El éxito del turismo se medía tradicionalmente por estadísticas que ponían de relieve el número de visitantes, mientras que los indicadores cualitativos y perfil de esos visitantes importaban menos. En la recuperación conjunta del turismo y la cultura, se deberán alinear las políticas de resiliencia y las nuevas prioridades con unos nuevos valores de medición, así como con estrategias de marketing a medida.
Diversificar los productos de turismo cultural
Los destinos deberían atraer a mercados nuevos y tradicionales y a perfiles específicos de visitantes culturales, cuyos intereses y prioridades pueden verse transformados después de la crisis de la COVID-19. La cultura necesitará apoyo para sobrevivir y florecer, ya que enriquece la identidad de los destinos e inspira la revitalización del turismo. Algunos encuentros culturales pueden reemplazarse temporalmente por productos alternativos, mientras van afianzándose los nuevos escenarios.
Impulsar la participación de las comunidades y el turismo interno
Involucrar a plataformas ciudadanas en la revitalización de la oferta cultural local tendrá una importancia social y económica estratégica. El papel de las comunidades locales será esencial para recibir los primeros flujos de visitantes, con precauciones. Restablecer la confianza de los consumidores internos acelerará la primera fase de la recuperación del turismo cultural.
Personalizar la oferta cultural para los visitantes internacionales
Traer de vuelta el turismo cultural internacional será difícil hasta que los consumidores decidan viajar al extranjero. Personalizando su oferta cultural, los gobiernos, los destinos y las industrias culturales pueden tener mayor alcance internacional. Las alianzas internacionales e intersectoriales tendrán un papel clave.
Favorecer el emprendimiento y la innovación en el turismo cultural
La innovación en las pymes, las cooperativas y la economía creativa será necesaria para la recuperación, y especialmente para el empoderamiento de las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas. La COVID-19 afectará fuertemente a estos grupos, ya que su economía es a menudo informal, sobre todo en destinos emergentes. Sus medios de vida mejorarán con la consolidación de su acceso a los mercados y su inclusión en la cadena de valor del turismo cultural. El paso de la economía informal a la economía formal beneficiará a muchas comunidades y destinos.
Hacer el turismo cultural accesible para todos
La accesibilidad de las instalaciones, productos y servicios culturales debería impulsarse para atender mejor a las necesidades de las personas con discapacidad, las personas mayores y las familias con niños pequeños, tanto si son locales como visitantes. Incrementar la accesibilidad en la cultura es bueno para todos.