En Las cien mejores películas sobre periodismo (Cacitel) el periodista y filólogo vallisoletano David Felipe Arranz recorre el quehacer informativo a través de un centenar de películas
El periodista y filólogo David Felipe Arranz ha reunido un centenar de películas sobre el quehacer informativo en Las cien mejores películas sobre periodismo (editorial Cacitel), en el que asegura que el cinematógrafo ha sido uno de los grandes aliados de la profesión periodística y que la gran mayoría de los filmes se basan en hechos reales.
Arranz, profesor de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, recoge títulos que ensalzan paradigmas periodísticos, como El cuarto poder (1952), de Richard Brooks, Todos los hombres del presidente (1976), de Alan J. Pakula, o El año que vivimos peligrosamente (1983), de Peter Weir, y otros que critican la mala praxis de la prensa sensacionalista, como El gran carnaval (1951), de Billy Wilder, o Nightcrawler (2014), de Dan Gilroy. Una de las conclusiones del ensayo es que la mayor parte del cine sobre periodismo, que el autor considera un subgénero, está basado en hechos reales.
Periodistas como Edward R. Murrow, Mike Wallace, Truman Capote, David Frost, “Weegee”, Paul Julius Reuter, Walter Howey, Ernie Pyle, Charles Einstein, John Reed, Bob Woodward, Carl Bernstein, Walter Winchell, Hunter S. Thompson, Veronica Guerin, Judith Miller, Michael Nicholson o Stephen Glass han inspirado grandes películas, así como sus odiseas personales y el constante ejercicio de la investigación, a veces a través de la heterodoxia, pero siempre con el contrapoder como horizonte.
Cada película es analizada desde un punto de vista interdisciplinar e histórico, que indaga en las raíces del reportaje o periodista real que dio pie al guion: así, en la película A la sombra de los muelles (1933) el director James Cruze reivindica la figura de Max Miller, que con tan solo veintiocho años y la publicación de I Cover the Waterfront (1932) se anticipó al Nuevo periodismo de Truman Capote. En Llamada a un reportero (1985), el cineasta Philip Borsos retrata el ambiente de trabajo del mítico Miami Herald y los reportajes que hizo John Katzenbach para el rotativo. Y, sobre todo, el autor investiga los orígenes de la mítica trilogía periodística conformada por Un gran reportaje (1931), Luna nueva (1940) y Primera plana (1974), a partir de la famosa pieza teatral de Ben Hecht y Charles MacArthur, que trabajaron en el Herald and Examiner, conocido como el “manicomio de la calle Madison”,a las órdenes de Walter Howey, quien llegó a tener en nómina a telefonistas de las comisarías de Chicago, enfermeras en los hospitales, botones de varios hoteles e incluso policías, para que le informaran puntualmente de cada suceso. Y quien mejor ha dado vida, sin duda, a este reportero ha sido Walter Matthau en Primera plana.
Además, Arranz analiza los hitos de la profesión en cada película, como el caso de la editora de The Washington Post, Kay Graham, enfrentada al presidente Lyndon B. Johnson por la guerra de Vietnam en Los archivos del pentágono (2017), de Steven Spielberg; los avances laborales conseguidos por la periodista Adela Rogers St. Johns en La que apostó su amor (1935), en la que es interpretada por Bette Davis con el nombre de Ellen Garfield; algunas luchas titánicas contra las élites del poder, como la mantenida por el programa “60 minutos” de Mike Wallace y Lowell Bergman emitido en la CBS contra la tabacalera Brown & Williamson y filmada por Michael Mann en El dilema (1999), o contra la xenofobia y el Apartheid, como Grita libertad (1987), de Richard Attenborough, que recoge la historia real del periodista Donald Woods, que tuvo que escapar de Sudáfrica disfrazado de sacerdote anglicano, en la Nochevieja de 1977.