Isabel de Falla, sobrina del compositor, depositó el importante legado in memoriam en el Instituto Cervantes. Su música «sigue siendo icono de nuestra identidad», dijo Luis García Montero, quien después leyó a Alberti en un concierto del Cuarteto Aguilar
Un manuscrito
de la obra El retablo de
Maese Pedro, escrito en tinta a mano y firmado por Manuel de Falla
en 1923, reposa en la Caja de las
Letras. Se trata de un valioso legado in memoriam del gran compositor gaditano
(1876-1946) cedido por la Fundación
Archivo Manuel de Falla y el Ayuntamiento de Granada al Instituto
Cervantes, que lo mantendrá custodiado bajo llave hasta el año 2023.
María Isabel de Falla López, sobrina
del creador de El amor
brujo y presidenta de la Fundación, depositó dicho el legado
en la caja de seguridad número 1223, en una ceremonia a la que asistieron el
secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el
Caribe, Juan Pablo de la Iglesia;
la gerente de la Fundación Archivo Manuel de Falla, Elena García de Paredes;
la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Granada, María Leyva, y el vicerrector de la Universidad de
Granada, Víctor Medina.
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero,
catedrático y poeta granadino, dijo que Manuel de Falla es «uno de los mayores
exponentes mundiales de la cultura española» y que su música «sigue siendo
icono de nuestra identidad». Destacó que «Falla es universal, pero también muy
granadino», su música está muy relacionada con aquella tierra y «su magisterio
fue fundamental para otro gran nombre del siglo XX: Federico García
Lorca».
El retablo de Maese Pedro,
una obra para teatro de títeres, es una adaptación musical y escénica de un
episodio de la segunda parte del Quijote,
que Manuel de Falla compuso en 1923. La música y el libreto constituyen «uno de
los más bellos homenajes» que el músico brindó a Miguel de
Cervantes, según afirmó Elena García de Paredes, quien recordó la
polifacética creatividad de Falla: escribía, componía, pintaba y representaba.
La hoja manuscrita de dicha obra quedó guardada en la antigua cámara acorazada
de la sede del Cervantes hasta el 11 de diciembre de 2023, una fecha que será
el colofón del centenario del estreno de la obra.
El secretario de Estado de Cooperación Internacional rememoró el exilio de
Falla en Argentina, país al que se trasladó al estallar la Guerra Civil en
España y donde murió (en la localidad de Alta Gracia) en 1946. Esa Córdoba que
le acogió será la próxima semana sede del VIII Congreso Internacional de la
Lengua Española que inaugurarán los Reyes el día 27 y que incluirá un homenaje
al autor de El sombrero
de tres picos.
Invitación a un viaje sonoro
La entrega del legado tuvo un colofón de lujo: el concierto Invitación a un viaje sonoro. Cantata para verso y laúdes, interpretada por
el Cuarteto Aguilar en
colaboración con Luis García Montero. El director del Cervantes leyó textos de Rafael Alberti,
quien en 1944 ofreció junto con Paco Aguilar un concierto privado de esta pieza
a Manuel de Falla en su casa argentina.
Aquellos versos fueron recitados con frecuencia por el propio Alberti junto al
Cuarteto Aguilar cuando éste se recompuso. Tras su muerte le sustituyó el actor
José Luis Pellicena. Hoy, y en presencia de las sobrinas de Falla y de Alberti,
Isabel y Teresa respectivamente, García Montero leyó ante el público aquellos
sentidos versos que reflejan –afirmó– la melancolía del exiliado, la
reivindicación de la poesía y la belleza, y el vitalismo desesperado frente a
la tragedia de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial.