Rawnaq, fue testigo de la devastación de la guerra y la opresión cuando Mosul cayó ante los extremistas violentos en junio de 2014, Tenía solo 15 años
«La música alimenta mi alma. Escucho música cuando estoy feliz y cuando estoy triste», – explica Rawnaq, una joven violinista de Moslawi, que incluso en sus peores momentos creyó que la música podía ayudar a la gente a alcanzar sus metas y sueños.
Moslawi, ciudad iraquí, conocida como una de las más antiguas del mundo, ha acogido durante siglos a personas de orígenes, etnias y creencias religiosas muy diversas.
La diversidad cultural de Mosul (Iraq) dio vida a muchas representaciones y expresiones musicales, pero en el verano de 2014, cuando se criminalizó la música, fueron silenciadas.
Hoy en día, la música ha vuelto a Mosul y se expande por todas partes como las semillas de una flor de diente de león, pero en este caso no es el viento quien las hace volar sino las melodías enriquecidas por siglos de tradición musical.
Como muchos otros jóvenes talentos de Mosul, Rawnaq está abriendo un nuevo camino para su ciudad. Con su banda, toca música en las calles para concienciar sobre los derechos de la mujer y romper estereotipos.
Rawnaq utiliza la música para contar una nueva historia – la del renacimiento de Mosul, donde mujeres y hombres están igualmente comprometidos en la reconstrucción del lugar que llaman hogar.
Como parte de la iniciativa Revivir el espíritu de Mosul a través del patrimonio, la vida cultural y la educación, el proyecto de la UNESCO «Escuchar Iraq» se centra en reunir a diferentes comunidades y revivir su vida cultural a través de la música.