Tras la explosión que destruyó parte del edificio que alberga el Museo de Arte Islámico del Cario y la Biblioteca Nacional el pasado 24 de enero, una misión de emergencia de la UNESCO visitó la capital egipcia para evaluar el daño causado
La misión, compuesta por representantes de la UNESCO, del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y del Comité Internacional del Escudo Azul, se entrevistó con el ministro de Estado de Antigüedades, Mohamed Ibrahim, así como con los directores y trabajadores de ambas instituciones, y llevaron a cabo una evaluación exhaustiva del daño causado en el edificio y las colecciones de arte que albergaba.
A pesar de unas primeras impresiones poco halagüeñas, la misión constató que la estabilidad estructural del edificio no corre peligro. No obstante, sí que registraron importantes daños en el revestimiento de la fachada exterior y en casi todas las salas de exposición de las dos instituciones, al igual que en las claraboyas del techo.
Las primeras acciones de emergencia consistirán en cubrir el tejado y las ventanas para evitar que entre agua en el edificio, impidiendo así cualquier posible daño en caso de lluvia. También se comprobará urgentemente el estado de los carteles decorativos presentes en la fachada del edificio y se retirarán aquellos que estén dañados para evitar que caigan sobre los viandantes.
En el Museo de Arte Islámico, todas las vitrinas de exposición y las instalaciones de visualización han quedado dañadas. Hasta 171 objetos han sido o bien total o parcialmente destruidos, de manera que su restauración necesitará años y una financiación considerable. En particular, la colección de cristales preciosos, incluyendo nueve importantes lámparas procedentes de varias mezquitas (algunas de las cuales son del siglo IX). El personal del museo está recopilando y ordenando estos objetos, aunque de momento no existe un método para restaurarlos.
Los objetos de cerámica también han resultado gravemente dañados. La colección de objetos de madera, y en particular dos “mihrabs”, están ya siendo restaurados. En la colección de piezas en metal tan sólo un objeto quedó ligeramente dañado y podrá ser restaurado rápidamente por el personal del museo. Afortunadamente, los talleres de conservación y los almacenes, que en su mayor parte son subterráneos o se encuentran en la parte trasera del edificio, solamente sufrieron daños menores y están siendo usados para reparar y guardar las colecciones.
En lo que respecta al archivo de la Biblioteca Nacional, todas las vitrinas están destrozadas, aun así, sólo unos pocos manuscritos y libros resultaron dañados, principalmente por el agua y los restos de cristales. Su reparación y limpieza será en principio fácil pero requerirá de varios meses de trabajo.
La UNESCO presentará próximamente un plan de rehabilitación de estas dos instituciones y de sus colecciones a los potenciales donantes en Egipto y el resto del mundo.
Las negociaciones ya han empezado con varios gobiernos e instituciones que han expresado su interés en ayudar al pueblo egipcio a restaurar su excepcional patrimonio cultural, parte fundamental de su propia identidad cultural.
Esta misión de emergencia llegó tras el comunicado de la Directora-General de la UNESCO, Irina Bokova, el 24 de enero, en el que afirmó:
“Hoy me comprometo a movilizar toda la experiencia y los conocimientos de la UNESCO para reconstruir el museo y restaurar los daños, pues es un lugar esencial para el pueblo de Egipto y para la humanidad”
“Ese patrimonio es parte de la historia universal de la humanidad, compartida por todos. Debemos hacer todo lo posible para salvaguardarlo”, dijo Bokova. “Pido hoy a todos los Estados Miembros que, en un espíritu de solidaridad, apoyen las acciones para rehabilitar el museo, sus galerías y sus vitrinas”