El patrimonio vivo como fuente de resiliencia y recuperación durante las crisis
En línea con su respuesta al COVID-19, la UNESCO puso en marcha una plataforma en línea para compartir e intercambiar experiencias sobre el patrimonio cultural inmaterial (PCI) en el contexto de la pandemia, tanto en lo que respecta a sus repercusiones, como en relación a las diversas formas en que las comunidades recurren a su patrimonio vivo como fuente de resiliencia y recuperación.
Impacto en el Patrimonio cultural Inmaterial
Las experiencias compartidas hasta ahora a través de una encuesta en línea de la UNESCO han mostrado la magnitud de la disrupción en todo el mundo, con muchos eventos festivos y rituales significativos cancelados o pospuestos.
Algunas comunidades no pueden acceder a los espacios culturales y naturales, ni a los espacios necesarios para expresar su patrimonio cultural inmaterial, mientras que otras se ven impedidas para reunirse, compartir y disfrutar de muchos aspectos de su patrimonio cultural inmaterial, que es de vital importancia para la vida de sus comunidades.
Esta situación no ha causado únicamente alteraciones en la vida social y cultural de las personas, también ha ocasionado la pérdida de ingresos de los portadores y practicantes del PCI. Aquellos que trabajan en las artes escénicas y el sector artesanal, que en gran medida operan en el sector informal, se han visto especialmente afectados.
Aunque todavía es pronto para evaluar los costos económicos, los artesanos de todo el mundo han respondido a la encuesta señalando la pérdida de medios de subsistencia ya que cumplir con los pedidos y acceder a las materias primas es una ardua tarea en estos momentos.
Adaptarse a la crisis
El patrimonio cultural inmaterial es de naturaleza dinámica, y tiene la capacidad para adaptarse y evolucionar.
Los resultados de la encuesta demuestran que las comunidades han buscado formas para seguir practicando su patrimonio cultural inmaterial, a pesar de las medidas de cuarentena y confinamiento.
Muchas celebraciones de Semana Santa, por ejemplo, de Colombia a Venezuela y de Croacia a Italia, siguieron adelante este año, aunque de forma adaptada a las circunstancias.
Han surgido iniciativas y plataformas en línea que ofrecen alternativas para difundir y transmitir conocimientos sobre el patrimonio cultural inmaterial. En Georgia, las fiestas tradicionales siguen celebrándose en línea, con mesas de comidas y bebidas tradicionales dispuestas frente a las pantallas de las computadoras y brindis realizados virtualmente.
Las redes sociales juegan un papel importante para ayudar a las personas a mantenerse conectadas mientras están físicamente separadas. En el caso de los cantantes folclóricos de Rajastán (India), que a menudo deben viajar para llevar a cabo conciertos, han organizado actuaciones en directo a través de Facebook, lo que proporciona un sentido de solidaridad con otros artistas y les brinda inspiración para seguir adelante.
Pasar más tiempo en casa ha aumentado las oportunidades para transmitir el patrimonio cultural intangible al interior de la familia. Desde Jamaica hasta el Líbano, muchas prácticas culturales tradicionales, como las tradiciones culinarias y la artesanía, se siguen practicando durante la cuarentena. Los padres están cocinando comidas tradicionales en compañía de los miembros jóvenes de la familia, están utilizando recetas transmitidas por las generaciones anteriores y compartiendo los resultados en línea.
Herramientas para la resiliencia
Si bien la pandemia del COVID-19 ha puesto de relieve la fragilidad del PCI en situaciones de emergencia, dichas situaciones también proporcionan contextos revitalizantes o creativos para el patrimonio cultural inmaterial, propiciando el resurgimiento o la renovación del interés por los elementos abandonados o incluso la aparición de otros nuevos.
Muchos elementos del patrimonio cultural inmaterial se están transformando en el contexto de la pandemia para apoyar y reforzar las medidas de salud pública.
Los artistas del Perú y China, por ejemplo, están creando mascarillas utilizando diseños y técnicas tradicionales. Las comunidades amazigh de las montañas del Atlas marroquí comparten versos poéticos relacionados con el COVID-19.
Las tradicionales representaciones de títeres de cuerda en Sri Lanka cuentan historias sobre el confinamiento y el distanciamiento social, mientras que, en Senegal, la figura mítica de Kankurang, tradicionalmente garante del orden y la justicia, desfila por las calles desde las 8 de la noche hasta el amanecer, manteniendo el toque de queda del pueblo.