La Corte Penal Internacional (CPI) declaró a Ahmed Al-Mahdi Al-Faqi culpable de crímenes de guerra y lo condenó a nueve años de prisión por la destrucción deliberada en 2012 de nueve mausoleos inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial la UNESCO y de la llamada puerta “secreta” de la mezquita Sidi Yahia
“La decisión de la Corte Penal Internacional es un paso histórico en el reconocimiento de la importancia del patrimonio para las comunidades que lo han conservado a lo largo de los siglos y para toda la humanidad. Esta decisión refuerza la convicción de la UNESCO sobre el importante papel que desempeña el patrimonio como motor de la reconstrucción y la paz”, afirmó la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova.
Esta decisión histórica, primera en su género desde la entrada en vigor del Estatuto de Roma, supone un paso importante en la lucha contra la impunidad de las destrucciones del patrimonio cultural. Confirma decisiones anteriores dictadas por la justicia internacional y las amplía con una sentencia dedicada íntegramente a la destrucción del patrimonio cultural. Es una etapa decisiva en la afirmación de la justicia que abre una etapa nueva para la paz y la reconciliación en Malí.
El caso de Tombuctú muestra que la protección del patrimonio se ha convertido en algo inseparable de la seguridad de las personas y la protección de las vidas humanas. Los ataques deliberados contra la cultura actúan como armas de guerra en una estrategia de limpieza cultural que persigue destruir a las personas, a los monumentos que sostienen su identidad, a las instituciones del conocimiento y la libertad de pensamiento.
“En el 2012, inmediatamente después de la destrucción, la UNESCO alertó a la comunidad internacional y pidió a la Corte Penal Internacional que estos crímenes no quedasen impunes. En el contexto de la violencia repetida contra las personas y su patrimonio, la sentencia de la Corte es un elemento central de la respuesta más amplia que tenemos que dar al extremismo”, añadió la Directora General.
Este proceso es un estímulo para la UNESCO para continuar la labor de protección y rehabilitación del patrimonio llevado a cabo durante años en Malí, en estrecha colaboración con la misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, MINUSMA. para preservar la diversidad cultural y los derechos humanos como base duradera para la paz.