¿Cómo puede esta sociedad ayudar a resolver los problemas del mundo? La Oficina de Planificación Estratégica de la UNESCO expuso esta cuestión la mañana del pasado 27 de febrero a un distinguido panel de expertos líderes, en un Foro de prospectivas organizado en el marco de la reunión CMSI +10 de la UNESCO
Las respuestas de los expertos pretenden contribuir a definir los objetivos de desarrollo que la comunidad internacional deberá adoptar después de 2015, fecha límite para los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por las Naciones Unidas. Hans d’Orville, Director de la Oficina de Planificación Estratégica y Asistente de la Directora General de la UNESCO, señaló que estas estrategias ayudarán a crear un mundo más sostenible, equitativo y pacífico.
Los oradores coincidieron en que la globalización basada en la tecnología de la información ha dado lugar a nuevas formas de intercambio de conocimientos, movilización de la opinión pública y propuestas de soluciones, pero la globalización no ha borrado las fronteras ni ha concretizado completamente la revolución que muchos esperan que Internet haga posible, argumentó Pankaj Ghemawat, profesor de Estrategia Global en el IESE de Barcelona y autor del World 3.0.
El profesor Ghemawat señaló también que los porcentajes de flujo de capital, en términos de PIB, y la migración de la gente son los mismos ahora que en 1910. Asimismo, añadió que la gente sigue confiando más en sus compatriotas que en ciudadanos de otros países, y sólo el 10% de los «amigos» hechos en Facebook son internacionales.
La conectividad es una realidad, argumentó Ghemawat, pero nuestra forma de pensar se concentra en fijar límites cada vez más ambiciosos para la globalización. La transformación de nuestros modelos sociales y de desarrollo requiere de un cambio no sólo en lo aparente, sino también en nuestra mente. Además de una transformación cognitiva, necesitamos un nuevo nivel de empatía.
Esta opinión fue compartida por Ana Carla Fonseca, Asesor Especial para la Economía Creativa de las Naciones Unidas (PNUD / UNCTAD), quien dijo que la creatividad era necesaria para hacer frente a una crisis que más que económica o financiera, es una crisis de valores. Sin embargo, la Sra. Fonseca cuestionó si los sistemas educativos fomentan la creatividad. «¿No estaremos a caso educando a millones de robots?», lanzó.
La creatividad también es necesaria para examinar nuestra comprensión de la globalización y para definir el papel de los gobiernos y las empresas, señaló Stefaan Verhulst – Jefe de Investigación de la Fundación Markle en EE.UU. El Sr. Verlhust añadió que esto es cada vez más importante, puesto que tanto las empresas como los gobiernos necesitan buscar conocimientos más allá de sus propias estructuras y un factor central de este proceso es encontrar distintas técnicas para monitorear los resultados.
La cultura, como expresión de la creatividad, también ocupó un lugar primordial en el debate y los participantes argumentaron que los nuevos parámetros establecidos deben facilitar el intercambio cultural. Varios oradores señalaron el hecho de que los derechos de propiedad intelectual se configuraron con base en las industrias culturales del pasado y que la era digital requiere un nuevo conjunto de normas de derecho de autor, teniendo en consideración la posibilidad de sustituir aquellos productos culturales que deben comprarse por servicios que pueden funcionar a través de suscripciones.
Los ponentes, en particular Izumi Aizu – Director Adjunto del Institute for HyperNetwork Society, Japón- señaló la enorme creatividad de algunas de las plataformas de Internet que han surgido en los últimos años, especialmente los talleres FabLab, que anuncian una revolución en la producción de bienes manufacturados.
En cuanto a la clasificación de las redes mundiales de soluciones, Don Tapscott, autor de Wikinomics, señaló la amplia gama de herramientas de Internet que pensadores comprometidos, militantes y ciudadanos tienen a su disposición para identificar los problemas sociales, sus posibles soluciones y a veces incluso, iniciar acciones concretas. Sin embargo, añadió que muchas de las respuestas a los problemas actuales se encuentran al seno de la sociedad civil, que todavía no está incluida en los acuerdos internacionales de las instituciones de gobernanza mundial.
Tampoco las instituciones del gobierno aprovechan los recursos innovadores disponibles, dijo el inspector francés de finanzas Nicolas Colin, autor de L’âge de la multitude y profesor en el Institut d’Etudes Politiques, quien abogó por la necesidad de un cambio a nivel institucional. Sin embargo, advirtió que las grandes empresas y los gobiernos deben ser capaces de ver más allá de sí mismos para poder adaptarse y sobrevivir en un mundo cambiante.
Lograr el cambio en las Naciones Unidas es particularmente difícil, sostuvo Colin, «puesto que la toma de decisiones en la ONU es consensual, lo que significa que todos los miembros tienen que estar de acuerdo para efectuar cualquier decisión o cambio.»
Sin embargo, Tapscott subrayó que aunque todos estamos de acuerdo en que vivimos momentos de gran peligro para el mundo, también hay muchas oportunidades.
De hecho, durante el Foro de las iniciativas en marcha, hubo numerosos ejemplos para alcanzar formas más sostenibles y equitativas de producción de bienes, uso de la energía y funcionamiento de las comunidades; soluciones originadas por la nueva forma de pensar generada por la conectividad de la era digital. El futuro nos dirá si Tapscott, quien señaló que hay una línea muy fina entre la visión y la alucinación, tenía razón al decir que hay un punto en el que permanecer donde estamos cuesta más que seguir adelante. Será entonces cuando probablemente los problemas que están en aumento hoy en día comenzarán a resolverse.