Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, se reunió el 26 de marzo en la UNESCO con la Profesora Peng Liyuan, Enviada Especial de la UNESCO para la promoción de la educación de las niñas y las mujeres
Esta visita de la Profesora Peng Liuyan, Primera Dama de la República Popular China, a un acto sobre la educación de las niñas y las mujeres en la Sede de la UNESCO es una nueva expresión de su apoyo a la acción de la Organización en apoyo de esta cuestión prioritaria. Los ganadores de la cuarta edición del Premio UNESCO de Educación de las Niñas y las Mujeres mostraron con sus testimonios el impacto de este galardón en el empoderamiento de las niñas y las mujeres a través de la educación.
“La UNESCO aprecia mucho el compromiso personal de Peng Liyuan con la causa de la educación de las niñas y las mujeres, así como nuestra larga asociación con China para garantizar que el acceso a una educación de calidad para todos se convierta en una realidad. Esta es una cuestión prioritaria para nuestra Organización: una cuestión de dignidad, pero también un extraordinario vector del desarrollo de nuestras sociedades”, dijo Audrey Azoulay.
A continuación, la Directora General añadió, con respecto a las relaciones de la UNESCO con China: “China es una socia estratégica de la UNESCO, particularmente comprometida con el multilateralismo. Apoya misiones fundamentales de la UNESCO, como la educación de las niñas y las mujeres, por una parte, y nuestra labor en África, por otra, mediante importantes proyectos de educación en el continente”.
La visita del Presidente Xi Jinping y de la Primera Dama a la Sede de la UNESCO en marzo de 2014 marcó un hito importante en las relaciones de China con la Organización. Durante la visita de Audrey Azoulay a China el pasado mes de julio, el Presidente Xi había destacado el compromiso de China con una nueva era de cooperación con la Organización.
Entrevista con Peng Liyuan, por Jasmina Šopova
Peng Liyuan: “La igualdad de oportunidades es esencial”
China otorga una gran prioridad a la Educación para Todos, tanto en sus políticas nacionales como en su ayuda internacional a los países en desarrollo. Garantizar la igualdad de género en el acceso a la escuela, así como en el tratamiento recibido en ésta, la continuación de los estudios y la integración en la vida profesional es un objetivo perseguido con profunda convicción por Peng Liyuan, Primera Dama de la República Popular de China y Enviada Especial de la UNESCO para la promoción de la educación de niñas y mujeres, que además es profesora.
Es ampliamente reconocido el compromiso que usted, en su doble condición de mujer y de docente, ha contraído con la defensa de la igualdad de género en la educación. ¿Desde cuándo realiza una labor en este ámbito y cuál fue su motivación personal?
Mi compromiso con la educación está íntimamente vinculado a mi padre. A mediados del siglo XX, el retraso de la educación en la China rural era muy grande y gran parte de la población –especialmente la femenina– era analfabeta. Mi padre dirigía entonces la escuela nocturna de nuestra aldea, se encargaba de la alfabetización y trabajaba con empeño. Gracias a su labor, mucha gente aprendió a leer periódicos y libros, así como a escribir por lo menos su nombre. Después de los cursos, las madres de familia enseñaban a sus hijos las palabras que acababan de aprender. Mi padre influyó mucho en mí cuando era pequeña. Más tarde, cuando fui madre y ejercí la docencia comprendí aún mejor el valor de su compromiso profesional.
La desigualdad entre los sexos sigue siendo un problema muy arraigado en nuestra época. En muchos lugares las mujeres forman parte de los grupos de población más vulnerables: el 70% de los pobres y casi un 75% de los adultos analfabetos del planeta son mujeres, y más del 50% de los niños sin escolarizar en el mundo son niñas. Las mujeres se ven con frecuencia en la imposibilidad de ser dueñas de su propia vida y padecen todo tipo de adversidades a lo largo de ella. De ahí que aspiren más que nadie a la igualdad y el respeto. Por eso, yo quería hacer algo en favor de la educación de las niñas y las mujeres.
¿Qué objetivo considera prioritario en su calidad de Enviada Especial de la UNESCO para la promoción de la educación de niñas y mujeres? ¿Qué cambios considera más necesarios en la educación para ofrecer a las niñas y los varones las mismas oportunidades?
Defender la educación de las niñas y mujeres es una causa noble y primordial. En marzo de 2014, cuando la Directora General, Irina Bokova, me entregó en la sede de la UNESCO mi nombramiento como Enviada Especial para la promoción de la educación de niñas y mujeres, valoré el honor que se me hacía y fui consciente también de la gran responsabilidad que recaía sobre mis hombros. Ofrecer a las mujeres las mismas oportunidades educativas que a los hombres es una condición indispensable para fomentar el progreso social, la igualdad de género y el desarrollo sostenible. La educación desempeña un papel esencial en todos esos aspectos.
Igualdad en la educación implica igualdad de oportunidades, igualdad de tratamiento e igualdad de resultados. Nuestro objetivo debe ser garantizar la igualdad de género en el acceso a la escuela, el tratamiento recibido en ésta, la continuación de los estudios y la integración en la vida profesional, así como lograr el reconocimiento social de dicha igualdad. Haré todo cuanto esté a mi alcance para cumplir este objetivo.
¿Puede darnos algún ejemplo de sus actividades en calidad de Enviada Especial de la UNESCO? ¿Visita a menudo escuelas en sus desplazamientos? ¿Desea transmitir algún mensaje al alumnado y el profesorado?
Desde que la UNESCO me nombró Enviada Especial, hace algo más de dos años, he visitado en diversos países de África y Asia un gran número de escuelas y centros de enseñanza para chicas adolescentes y jóvenes, así como de organismos para el desarrollo de la mujer, a fin de conocer sobre el terreno la situación de todas esas entidades, inspirarme en sus conocimientos y energía, e intercambiar experiencias con ellas. En esas visitas y en otros eventos suelo hacer llamamientos para que se cobre conciencia del papel fundamental desempeñado por las profesoras y de la importancia que tiene promover la educación de las niñas y mujeres. En la reunión de alto nivel de la Iniciativa Mundial La Educación ante Todo, celebrada en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, insté a los países de todo el mundo a conceder más importancia a la promoción de una educación equitativa y de mejor calidad.
En China tenemos el Programa “Chunlei”, cuyo objetivo es apoyar la escolarización de niñas de familias desfavorecidas. Desde que se inició en 1989, este programa ha prestado ayuda a 3.420.000 niñas, ha financiado la construcción de 1.489 escuelas “Chunlei”, ha impartido formación profesional específica a 523.000 alumnas que alcanzaron la edad preceptiva para recibirla, y ha publicado y difundido millón y medio de folletos sobre la protección de las niñas. En mi condición de Enviada Especial de este programa visité un campamento veraniego de niñas que habían vuelto a la escuela después de desertarla, y me conmovió profundamente comprobar cuán diversas eran sus capacidades y qué alegría de vivir las invadía.
El mensaje que deseo transmitir es que la igualdad de oportunidades para acceder a la educación es esencial para que los hombres y las mujeres se realicen plenamente y den un sentido a sus vidas. Esa igualdad también es decisiva para el desarrollo sostenible de la humanidad. Estoy convencida de que las niñas y mujeres lograrán realizarse en la vida siempre que mantengan sus aspiraciones y la perseverancia e intrepidez necesarias para alcanzarlas.
En 2016, usted y la Directora General de la UNESCO entregaron por primera vez en Beijing el Premio UNESCO de Educación de las Niñas y las Mujeres, financiado por el gobierno de su país, ¿qué impresión le causaron las primeras galardonadas con esta recompensa y qué importancia tiene esta distinción a nivel internacional?
Creado y financiado por iniciativa del gobierno chino, ese Premio es el primer y único galardón concedido por la UNESCO en este ámbito específico. Está destinado a recompensar las contribuciones excepcionales de particulares u organizaciones a la educación de las niñas y mujeres, a fin de que un mayor número de personas participe activamente en el avance de esta noble causa. En 2016, durante la ceremonia de entrega del Premio en Beijing, me satisfizo mucho entrevistarme con las representantes de las dos entidades ganadoras de Indonesia y Zimbabwe y pude apreciar la importancia de sus aportaciones concretas. La acción de estas y muchas otras personas desinteresadas y tenaces no sólo merece toda nuestra admiración, sino que constituye un estímulo para todos nosotros. Por eso, quiero desde aquí rendirles un emotivo homenaje y expresarles mi más sincero agradecimiento.
¿Qué es para usted un buen profesor?
En China la estima y el respeto por la enseñanza y los maestros son ancestrales. Han Yu, un importante letrado de la época de la dinastía Tang, decía que “[enseñar] es cultivar la moralidad, transmitir el saber y despejar las dudas”. Para los alumnos, un buen maestro debe ser un mentor, capaz de transmitir conocimientos, infundir sabiduría, iluminar el pensamiento y suscitar apasionamiento; y para la sociedad tiene que ser el labriego que siembre en el corazón de sus discípulos las semillas que hagan germinar ideales de bondad, justicia y paz. Creo que un buen profesor debe ser siempre diligente, motivado, abierto a la innovación y el autoperfeccionamiento, y apto para educar cultural y estéticamente a los alumnos a fin de ayudarles a crearse una personalidad equilibrada y sana, robustecida por la capacidad creativa. Un buen profesor tiene que ser también respetuoso, paciente y comprensivo en palabras y actos con sus educandos para infundirles ideales de generosidad, tolerancia y no discriminación, que serán muy importantes cuando les llegue la hora de ponerse al servicio de la sociedad.
China ha logrado éxitos muy notables en la promoción de la educación, ¿cuáles son, en su opinión, los elementos más importantes de la política educativa de su país?
En China, un elemento esencial de la política nacional de educación es el fomento de la igualdad de oportunidades para todos. Nuestro país garantiza el derecho a la educación de las niñas y mujeres con múltiples medios: promulgación de leyes, elaboración de políticas, ayuda económica a alumnas desfavorecidas y suministro de comidas escolares de buena calidad nutricional. En el marco del Plan de Acción de Educación para Todos de China (2001-2015), se efectuó un control anual de la situación educativa en las colectividades de muestreo. Ahora, en el Plan de Desarrollo de la Mujer y el Plan de Desarrollo de la Infancia adoptados por nuestro país se han precisado las medidas que se deben aplicar en el quinquenio 2015-2020 para lograr el objetivo de la igualdad de derechos de las mujeres en los ámbitos de la salud, la educación y la economía. Esos planes exigen un respeto absoluto de la igualdad de género en la educación, garantizan el derecho de las niñas y las mujeres a un acceso equitativo a la enseñanza y contemplan el incremento constante de su nivel educativo. Actualmente, nuestro país ya ha alcanzado la meta de eliminar la disparidad de género en la educación, correspondiente al Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, con lo cual se ha fortalecido manifiestamente la capacidad de la mujer china para tomar en sus manos su propio destino y participar en el desarrollo.
Al mismo tiempo, China se esfuerza activamente por incrementar la cooperación y ayuda internacionales en el ámbito de la educación. En 2015, con motivo de la sesión “Beijing+20”, el Presidente Xi Jinping anunció la donación de 10 millones de dólares para financiar actividades relacionadas con la aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995) y con la persecución de los objetivos correspondientes de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. China apoya de diversas maneras –por ejemplo, con la creación de fondos y premios UNESCO– la labor que realizan otros países en desarrollo para luchar contra el analfabetismo, impartir formación a los docentes y promover la educación de las niñas y mujeres.
Asumiré todas las responsabilidades que me incumben como Enviada Especial de la UNESCO y no escatimaré esfuerzo alguno para apoyar a la Organización en su labor de promover la educación de las niñas y mujeres.
“Reproducido del Correo de la UNESCO”. 2017 Abril – Junio